lunes, 28 de junio de 2010

Vientos de cambio en América Latina condenan al golpismo en Honduras

La conocida estrategia de la guerra fría que generó décadas de enfrentamiento, entre la política imperialista de expansión sobre América Latina, África y Asia, dio origen a la luchas de liberación en varios países de estos continentes.

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Por: Diego Olivera

Nuevamente las botas militares se hacen sentir en América Latina. El gobierno de facto de Honduras ha logrado mantenerse en el poder, la ambigüedad de la política del gobierno de EE.UU. de Barack Obama, ha permitido que se instaure una nueva dictadura en este Continente. No basta con declarar el reconocimiento al gobierno constitucional del presidente Manuel Zelaya, si en la práctica sectores de la CIA y militares de EE.UU. apoyan este tipo de acciones, las cuales han justificado en la historia bajo el lema de combatir "el comunismo", tal como lo fueron el apoyo y financiamiento del golpe de Chile en 1973 contra el presidente Salvador Allende, práctica imperialista que financió y dio soporte institucional a todas las dictaduras militares de las décadas del 60, 70 y 80 en Latinoamérica.

La conocida estrategia de la guerra fría que generó décadas de enfrentamiento, entre la política imperialista de expansión sobre América Latina, África y Asia, dio origen a la luchas de liberación en varios países de estos continentes. Aún está Cuba en América Latina como digno representante de la lucha por el socialismo. Vietnam, pueblo que venció la intervención de EE.UU., y varios países de África y el Medio Oriente, que lograron crear el sueño de la independencia. La desaparición de la URSS -producto de sus propias contradicciones internas- como el aparato estatal que frustro los sueños de la revolución de octubre, dejó el terreno libre a la voracidad del imperialismo estadounidense, creándose la teoría del mundo unipolar con un solo gendarme: el gobierno de los EE.UU, que determina que es democracia, que crea apartheid con países que piensan distinto, que interviene en cualquier nación del mundo en aras de imponer su sistema, que apoya gobiernos o dictaduras corruptas que benefician a las trasnacionales y que vendan sus recursos a estos monopolios.

El nuevo enemigo para EE.UU. son los gobiernos progresistas

Hoy el nuevo "lobo feroz" a combatir es el proyecto del ALBA y la revolución bolivariana, con la figura del presidente Hugo Chávez en el proceso de cambios en Latinoamérica. El ALBA, esta nuevo avance de países que hablan del socialismo. Se crean y promueven instancias integradoras como el Grupo de Río, la Unasur, como el propio ALBA, que se van transformando en un freno a las ambiciones de EE.UU. en la región.

Las posturas asumidas por estas instancias latinoamericanas, se han convertido en un talón de Aquiles para la geopolítica estadounidense. Sus posturas frenaron el conflicto de Ecuador y Colombia, impidiendo un conflicto regional de incalculables consecuencias. Los países que integran el ALBA abrieron el camino para una condena generalizada al gobierno de facto de Honduras, que no solo abarcó este continente, sino también la ONU y la Comunidad Europea. Hasta EE.UU. condenó y habló de reconocer al presidente Manuel Zelaya, pero aplicando el doble discurso, una nueva practica de esta administración, tal como lo fue su postura en la OEA sobre el tema de Cuba, que por primera vez en la historia no se opone a levantar la sanción.

EE.UU. busca un culpable y crea la matriz de la exportación de la revolución bolivariana

Los argumentos más persistentes de los golpistas hondureños, en el gobierno de facto de Roberto Micheletti, han sido el ingreso de Honduras al ALBA, la "amistad" entre el presidente Manuel Zelaya y el presidente de Venezuela Hugo Chávez, o que se quiere imponer el modelo de revolución bolivariana en su territorio. En el marco de esa justificación mediática, diputados y políticos acusan hoy a Zelaya de tratar de consolidar un proyecto continuista y de buscar la modificación de la Constitución hondureña, lo cual es considerado en este país como "traición a la Patria".

Pero lo increíble de estas posturas hipócritas, es que el golpista Micheletti en 1985 trató de convertir el Congreso Nacional de esa nación en una Asamblea Nacional Constituyente, para modificar la carta magna que hoy defienden estos golpistas como su símbolo más importante ante la actual crisis política. En medio de una trifulca, se suspendió la presentación de la propuesta, dado que en aquel entonces la acción de Micheletti también se consideró traición a la patria y los diputados opositores del partido nacionalista sabían que esa Constituyente únicamente buscaba la extensión del mandato del presidente liberal Suazo Córdoba.

La derecha latinoamericana y EE.UU. atacaran los cambios en el continente

Hoy sin embargo este personaje siniestro de la derecha hondureña, apoya un quiebre del hilo constitucional, bajo argumentos falsos, porque no existió ni violación a la constitución, ni el presidente Zelaya renunció. La única verdad es que se dio un golpe de estado y cualquier decisión que emane de este "gobierno" carece de legitimidad. La única culpa que puede tener el mandatario venezolano Chávez, es que abrió una puerta al cambio, que logro en el marco democrático por la vía pacífica armar una revolución hacia el socialismo del siglo XXI, que utiliza los recursos del petróleo para el intercambio y desarrollo solidario con la naciones del continente.

Hasta la iglesia ha intentado satanizar los cambios en Latinoamérica, asumiendo posturas similares a sus apoyos a las dictaduras finales del siglo XX, al mejor estilo de la Inquisición, que mataba o torturaba a los indígenas si no entendían la religión católica. Hoy como ayer las altas autoridades de la iglesia, venden su prédica para defender el modelo imperialista, como lo vendieron en la conquista española.

Lo sucedido en Honduras en muy grave, si se perpetúan los golpistas en el poder, ya existen rumores en Guatemala, la campaña se amplia contra el gobierno Ortega, posiblemente comenzaran la campañas mediáticas en el Salvador. El imperialismo y las oligarquías no descansaran, no pueden aceptar nuevos cambios en América Latina. No lograron el golpe contra el gobierno de Venezuela en el 2002, la insurrección de los jefes departamentales de Bolivia fue derrotada, la oligarquía de Ecuador fracasó en su intento. Este golpe y su continuidad puede ser el inicio de una nueva ofensiva, bajo la nueva égida imperial, el doble discurso condenó públicamente y por debajo financió y apoya a los golpes de estado.

Fuente: Tele Sur


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