lunes, 28 de junio de 2010

Presidente Zelaya no se arrepiente de haber iniciado transformaciones sociales en Honduras

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A un año del golpe militar y la instauración de la sangrienta dictadura de Roberto Micheletti, “Mel” Zelaya desde Santo Domingo dice que no se arrepiente de las decisiones que tomó en beneficio de las clases desposeídas. Al mismo tiempo, ha dejado en claro que la prioridad es regresar a Honduras para reencontrarse con el pueblo que apoyó su gestión de tres años y medio, que fue interrumpido por la oligarquía cerril, encabezada por el panameño michelettista Ricardo Maduro, bajo la falacia de que “el comunismo venía hacia Honduras”.

Santo Domingo. El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya, depuesto vía golpe de Estado militar del que hoy se cumple un año, asegura que no se arrepiente de las decisiones que tomó, a pesar de que desencadenaron su derrocamiento, y reafirma su compromiso con la democracia y con los derechos humanos en su país.

El ex mandatario asegura que su principal motivación, un año después de su expulsión del poder por la oligarquía silvestre hondureña, es luchar por su país. "Hoy solo tengo un objetivo en mi vida: que la lucha que ya se inició en Honduras no se detenga nunca más hasta vencer. Lucharé junto al pueblo hasta mi muerte".

Zelaya fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009 cuando promovía una consulta popular, dirigida a realizar transformaciones en un país donde más del 70 por ciento de la población vive en la extrema pobreza y dentro de esa cantidad, y un 30 por ciento vive con un dólar al día.

Tras regresar clandestinamente a
Honduras y pasar casi cuatro meses recluido en la embajada de Brasil, buscando su restitución en la presidencia, arrebatada por el dictador Roberto Micheletti, se trasladó a la República Dominicana, tras la toma de posesión de Porfirio Lobo como presidente.

"Estamos luchando por nuestro retorno a Honduras y que se nos respete nuestra dignidad y la de la familia, por los derechos humanos, por la libertad y por la democracia", afirma.

El actual presidente, Porfirio Lobo, ha asegurado que Zelaya puede regresar a
Honduras cuando quiera, pero el ex mandatario no confía en poder volver; no existen las mínimas condiciones de seguridad para él y su familia, porque los michelettistas buscan hacerle daño, y organizaciones de la extrema derecha, Como la Unión Cívica Democrática (UCD) han jurado que habrá derramamiento de sangre, si “Mel” pone un pie en el país.

"El propio presidente Lobo ha dicho que hay un movimiento para derrocarle. Yo pregunto: Si Lobo no puede garantizar ni su seguridad, ¿cómo podrá garantizar la mía?", añade.

En su balance sobre el tiempo transcurrido desde su derrocamiento, Zelaya señaló que después de un año del golpe, "se han ido aclarando las causas y los actores intelectuales, que se mantenían ocultos".

"Ya sabemos por los hechos 'post golpe' que lo que sospechamos se ha confirmado. Los Estados Unidos estuvieron detrás del golpe de Estado. Al principio el Departamento de Estado negó su vinculación con el golpe, inclusive (sus responsables) hicieron demostraciones de condena".

Agregó que transcurrido este tiempo, "EE.UU. confirma con sus actos ser su mejor defensor" (del golpe) y que "todas las acciones" del gobierno de facto y de Porfirio Lobo (el actual presidente) van encaminadas a "favorecer las trasnacionales norteamericanas, especialmente las del petróleo".

En su opinión, "la nueva política exterior de
Honduras de retirarse de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) sigue copia fiel al mandato de Washington, que -dijo- "me prohibía relaciones con (el presidente venezolano Hugo) Chávez".

En esa línea resaltó que se ha paralizado el proyecto de recuperación de la base militar estadounidense de Palmerola, promovido por él, y criticó manifestaciones realizadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos sobre Honduras.

Según Zelaya, esas manifestaciones "desconocen intencionalmente la impunidad y los privilegios de que gozan los golpistas actualmente", así como los informes sobre asesinatos de opositores y periodistas.

"A un año del golpe de Estado el pueblo Hondureño es testigo fiel del papel que juegan los intereses económicos de Estados Unidos en este trágico evento", apostilló.

En cuanto al plan de reconciliación que promueve y que ha presentado en varios países de América, explicó que la Organización de Estados Americanos (OEA) está "buscando salidas", pero el proyecto se ve dificultado porque el presidente Lobo "no da indicios de querer un diálogo con la oposición".

"Por el contrario, continúan los asesinatos y la persecución política", agregó.

Sobre el papel de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que ha salido en su defensa en varias ocasiones, el ex mandatario consideró que "han hecho bastante, en defensa de la democracia. Ponerse frente a Europa y Estados Unidos, que manifiestan sus fervientes deseos de dejar impune el golpe y el golpismo", lo cual "habla muy bien de" esa organización, estimó.

Zelaya se mostró "agradecido con el pueblo dominicano y con su presidente (Leonel Fernández) y la primera dama (Margarita Cedeño)" por la acogida que ha tenido en la República Dominicana.

Y sobre el mandatario dominicano, manifestó que Fernández "es un demócrata y está ayudando a la reconciliación de la familia Hondureña y al restablecimiento de la democracia en Honduras".

Nota realizada en colaboración con agencia EFE.

Fuente: ellibertador.hn


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