martes, 21 de diciembre de 2010

LAS MENTIRAS DE CLINTON


Por Fidel Castro

Realmente me apena tener que desmentirlo. Hoy no es más que un hombre de aspecto bonachón consagrado al legado histórico, como si la historia del imperio e incluso algo más importante: el destino de la humanidad, estuviese garantizado más allá de algunas decenas de años, sin que por Corea, Irán o cualquier otro punto conflictivo estalle una guerra nuclear.
Como se conoce, la Organización de Naciones Unidas lo designó su “enviado especial” en Haití.
Clinton ―que por cierto fue Presidente de Estados Unidos después de George H. W. Bush y antes que George W. Bush― por ridículos celos políticos impidió que el expresidente Carter participara en las negociaciones migratorias con Cuba, promovió la Ley Helms-Burton y fue cómplice de las acciones de la Fundación Cubano-Americana contra nuestra Patria.
Sobre esa conducta existen sobrados testimonios, pero no por ello lo tomábamos demasiado en serio, ni éramos hostiles a sus actividades en torno a la misión que por razones obvias le asignó la ONU.
Veníamos cooperando con ese hermano país desde hacía muchos años en varios campos, especialmente en la formación de médicos y la prestación de servicios a su población, y Clinton no nos estorbaba para nada. Si le interesaba tener algún éxito, no veíamos razones para obstaculizar nuestra cooperación en tan sensible campo con Haití. Vino el inesperado terremoto que tanta muerte y destrucción causó y posteriormente la epidemia.
Hace solo dos días, una reunión que se realizó en la capital dominicana en torno a la reconstrucción de Haití vino a complicar las cosas. Alrededor de 80 personas, entre ellas varios embajadores, representando los donantes de más de 100 millones de dólares, numerosos miembros de la Fundación Clinton, del gobierno de Estados Unidos y el de Haití participaron en la misma.
Pocas personas hicieron uso de la palabra, entre ellos el embajador de Venezuela, por ser uno de los donantes más importantes, lo cual hizo brevemente, con sentidas y certeras palabras. Casi todo el tiempo lo utilizó Clinton en un encuentro que comenzó a las 5 y 30 de la tarde y terminó a las 12 de la noche. Allí estaba, como invitado de piedra, el embajador de Cuba a petición de Haití y Santo Domingo. No se le concedía derecho a decir una palabra, aunque sí ser testigo de un evento en el que no se resolvió absolutamente nada. Se suponía que proseguiría al día siguiente. Pero nada de eso ocurrió.
La reunión en República Dominicana fue una maniobra de engaño. La indignación de los haitianos estaba absolutamente justificada. El país destruido por el terremoto ocurrido hace casi un año, en realidad había sido abandonado a su suerte.
Hoy jueves 16 de diciembre un despacho de la agencia norteamericana de noticias AP, publicaba lo siguiente:
“El expresidente Bill Clinton declaró su confianza sobre el esfuerzo de reconstrucción de Haití durante una visita de un día en medio de desórdenes civiles, un mal endémico y una crisis política inextricable.
            “El enviado especial de la ONU a Haití viajó al afligido país un día después que la comisión de reconstrucción interina, cuya presidencia comparte, fue obligada a sostener una reunión en la vecina República Dominicana por la violencia que estalló después de las disputadas elecciones presidenciales haitianas del 28 de noviembre.
            “Clinton visitó una clínica especializada en pacientes afectados por el cólera que administra “Médicos sin Fronteras”, donde han sido tratadas 100.000 personas afectadas por la epidemia que estalló en octubre. A continuación fue a visitar la principal base de pacificación de la ONU para sostener reuniones con funcionarios haitianos e internacionales.
            “En la reunión del día previo se aprobaron proyectos por unos 430 millones de dólares. Pero lo más notable fueron las expresiones de indignación por el lento ritmo de la reconstrucción y una carta enviada por frustrados miembros haitianos que afirmaban que se les marginaba de las decisiones y se quejaban de que los proyectos aprobados ‘no contribuían a la reconstrucción de Haití, ni al desarrollo a largo plazo’.”
Observen lo que según el despacho añadió después en una conferencia de prensa:
            “‘Comparto su frustración…’.”
            “…cientos de miles de haitianos hallarán vivienda permanente el próximo año y muchos más dejarán de vivir en tiendas y carpas de lona que han albergado a más de un millón de personas desde el terremoto del 12 de enero.
            “Sin embargo esas promesas han sido hechas antes. […] Sólo han sido entregados 897 millones de dólares de la ayuda prometida de más de 5.700 millones de dólares para el 2010-11.”
            Los 897 millones de que se habla no se ven por ninguna parte.
            Constituye, además, una absoluta falta de respeto a la verdad afirmar que en una clínica administrada por “Médicos sin Fronteras” han sido tratados 100 mil personas.
En una declaración a la prensa de la doctora Lea Guido, representante de la OPS-OMS en Haití, informó hoy que el número de afectados hasta el 11 de diciembre se elevaba a 104 918 personas, una cifra realmente sin precedentes que no podían ser atendidos en una clínica por “Médicos sin Fronteras”.
Es evidente, y le consta al señor Clinton, que Europa, Estados Unidos y Canadá sustraen médicos, enfermeras, rehabilitadores y otros técnicos de la salud a los países del Caribe, y carecen del personal necesario para cumplir esa tarea, salvo honrosas excepciones.
Obviamente, Clinton con sus mentiras pretende ignorar el trabajo de más de mil médicos, enfermeras y técnicos cubanos y latinoamericanos que están llevando el peso principal de la batalla para derrotar la epidemia de la única forma posible, que es penetrando hasta los más apartados rincones del país. La mitad de sus casi
10 millones de habitantes viven en las áreas rurales.
Tan elevado número de personas, en tales condiciones, no habría sido posible atenderlas sin el apoyo de la eminente latinoamericana que representa a la OPS-OMS en Cuba y Haití.
            Nuestro país se ha comprometido a movilizar el personal humano necesario para cumplir esa noble tarea.
            Como ella indicó: “Los recursos humanos que está enviando Cuba están dirigiéndose en estos momentos a las zonas más aisladas de esta nación. Y eso es muy oportuno.”

            Ya están llegando y muy pronto estará allí el personal necesario.
            En el día de ayer se atendieron por la Brigada Médica Cubana 931 pacientes, con dos fallecidos, para una tasa de letalidad ese día del 0,2%.

Corte sectaria

Editorial de Diario Tiempo
Lo que la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) ha concluido en su informe sobre "La Administración de Justicia, la Independencia del Poder Judicial y la Profesión Legal en Honduras" no sorprende a nadie en nuestro país, como tampoco sorprende que el resultado de esta importante investigación resbale y que hasta ahora no anime a la rectificación.
No obstante, este informe de la CIJ es trascendental porque denota la preocupación en el ámbito de la comunidad mundial de juristas por lo que sucede en nuestro país, habida cuenta de que la politización —o, mejor dicho, el sectarismo en el vientre del Poder Judicial— pudre la base del orden, la seguridad y la convivencia en la sociedad hondureña.
Esto es, a nuestro entender, la confirmación de la gravedad de la crisis política, que hizo ver la punta del "iceberg" con el golpe de Estado 28-J, de la que fue partícipe la Corte Suprema de Justicia. La continuidad de esta situación da pie a la indicación de la CIJ en el sentido de que "la vuelta a la legalidad democrática exige depurar la responsabilidad de los autores (del golpe), sin perjuicio de otras medidas necesarias para la reconciliación como elemento de convivencia".
Al pasar revista sobre los diversos acontecimientos relacionados con la impartición de justicia, el comportamiento del comisionado nacional para la defensa de los derechos humanos, la situación de los derechos humanos en Honduras, el rol de la sociedad civil y las ONG's y el elevado índice de impunidad, la CIJ no puede menos que demandar un cambio de actitud.
"El Estado de Honduras debe hacer todos los esfuerzos a su alcance para investigar los casos de femicidios, asesinatos de abogados, amenazas contra los operadores de justicia, asesinatos de periodistas, acciones contra los defensores de los derechos humanos y ejecuciones extrajudiciales... "Sin embargo, aún resta un largo camino por recorrer y es necesario que las instituciones del Estado den muestras concretas".
La Comisión Internacional de Juristas observa que en Honduras la administración de justicia, la independencia del Poder Judicial y la profesión legal "se ven afectados por el partidismo político que impregna a un alto número de actores de los poderes públicos", a pesar de que "se han producido positivos cambios normativos".
Hay mucha verdad en esta conclusión, pero también cabe señalar que el mayor daño del "partidismo político", que nosotros identificamos como "sectarismo político", tiene que ver con la ausencia de valores —o la marcada presencia de antivalores— en la escogencia de los funcionarios públicos, sobre todo en los cargos de más alta responsabilidad, tanto en la administración de Justicia como en los demás Poderes del Estado.
Es lógica y necesaria, entonces, esa indicación sobre la contaminación sectaria-partidista en el Poder Judicial, y la innegable consecuencia de que allí está el meollo de la crisis política hondureña —y de su solución—, puesto que, como lo ha planteado la CIJ, con el rompimiento del orden constitucional en 2009 "vino a agravar la situación".
También es digna de la mayor atención el apunte de la CIJ respecto a que el Estado de Honduras debe tener presente que es parte del Estatuto de Roma, que crea la Corte Penal Internacional, y de la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

Fuente: Tiempo.hn