lunes, 5 de octubre de 2009

Programa Dossier con Walter Martinez



Fuente: www.vtv.gob.ve - www.albedrio.org




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The Writings on the Walls: Graffiti from the Coup Resistance

By Kara Newhouse and Laura Taylor

Even as tireless Honduran protesters approach their 100th day of resistance, continuing to avoiding police tear gas and attend funerals of slain resisters, some facets of quotidian Tegucigalpa life continue under the dictatorship: cars cram into traffic-filled streets, those Hondurans with jobs go to work, and wealthy consumers hit the shopping malls. To maintain this facade of control, on September 27th the Micheletti dictatorship issued a decree dissolving fundamental rights such as the right to assembly and free speech, and the following day closed the critical media sources in the country by force. Yet the literal writings on the walls deny the state of calm that the coup leaders claim exists and expose the state of exception that they impose. These photos capture the ongoing conversations in a shrinking space for expression.

  1. “The Walls Talk When the Media Lies”/ El Heraldo 666


    Since June 28th, large scale media outlets owned by businessmen benefiting from the coup—such as the newspaper El Heraldo—have
    consistently misreported and ignored the violent repression of coup resistance in Honduras. On September 28th, Roberto Micheletti's de facto government shut down Radio Globo and Canal 36, eliminating the most widely available outlets critical of the coup. While some members of the resistance look to international media to report the realities of dictatorship in Honduras, many foreign news outlets mirror the ambivalent responses of foreign governments such as that of the United States.
  2. “Blanquito, I'll be back tomorrow don't paint over this.”

    Resistance members refer to Micheletti supporters as 'blanquitos' because of the white shirts they sport in an ironic attempt to represent “peace” and “democracy.” The term also links today's struggles with the racial heritage of the oligarchy and the legacy of European oppression in Honduras.
  3. Red and white flags of the Liberal Party (the party of the coup administration) are reclaimed by the resistance movement in support of President 'Mel' Zelaya.
  4. “No to the elections, yes to the constitutional assembly”

    Before Zelaya's return to the capital on September 21st, the resistance was planning a national strike to demand constitutional reform through a
    constituent assembly. For the resistance, Zelaya's presence in the country represents the nearing possibility for constitutional reform. In response, the coup leaders have been scrambling to gain international recognition for the November elections.
  5. “Mel is necessary / Mel is urgent”

    The phrase 'Urge Mel' has been revived from a song used in his 2005 election campaign. The country's coup-supporting business elites, led by
    Adolfo Facussé, recently proposed Zelaya's return to the presidency in hopes of gaining U.S. recognition for the November election. Their plan is a thinly masked maintenance of coup control, as it also calls for limitations on Zelaya's power, his prosecution under charges of stealing money, and the installation of Micheletti as a Congressman for life.
  6. “Mel-gar is a thief”

    This layered message reclaims the statement, 'Mel is a thief,' by changing the name to that of General Juan Melgar Castro, who overtook the Honduran presidency through a military coup in 1975. Like Melgar, General Romeo Orlando Vasquez Velasquez, the military leader of Zelaya's overthrow, received training at the U.S. Army
    School of Americas.
  7. “My country free or death”
  8. Zelaya image, “Billy Joya is an assassin/the people will do you justice,” “Long live Mel”

    Billy Fernando Joya Améndola , the ministerial adviser on security for the coup regime, served in Battalion 3-16, an elite army death squad responsible for the disappearances of at least 180 Hondurans in the 1980s.
  9. "Chavez, Honduras needs you [need crossed out and replaced with hate]”

    Public justifications of the coup government focus on a poll that Zelaya proposed as a way to initiate discussion of constitutional reform. To provoke panic about a removal of presidential term limits in Honduras, conservative media have called this a “Chavez-style” move, but
    juridical analysis clearly shows that the poll established no implications for re-election.
  10. “Out with the coup regime,” “Sold out journalists your day will come,” “Micheletti you are not my president! Signed, The People.”

    These declarations are scrawled across the Congress building in Tegucigalpa's city center.
  11. “Honduras is Repressed,” “Censorship”

    These pieces of masking tape come from activists who place tape over their mouths to draw attention to the
    censorship of the Honduran media and people.
  12. “We will not give up”

Fuente: quotha.net

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POSICIONAMIENTO DEL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIACONTRA EL GOLPE DE ESTADO SOBRE EL DIÁLOGO Y EL ACUERDO DE SAN JOSÉ

La dictadura militar-civil de la oligarquía hondureña y sus aliados de la derecha internacional, debilitados por la acción constante del Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe en la calle y presionada por las más importantes instancias internacional, como la OEA, la ONU, el Grupo de Río, entre otros, se han visto obligados a aceptar un proceso de "diálogo" con el Presidente Manuel Zelaya Rosales bajo la facilitación de una Comisión de Cancilleres de la OEA. Mediante dicho diálogo la OEA busca la firma del "Acuerdo de San José" que implica como primer punto la restitución del Presidente Zelaya, pero que lo ata a importantes
condicionalidades, entre otras, la renuncia a la Asamblea Constituyente.

El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, fija su posición frente a este diálogo en los siguientes términos:

1. Sostenemos que el diálogo es un medio adecuado para solventar diferencias, pero éste no es posible bajo medidas de represión que desde el 28 de junio ha adoptado la dictadura militar-civil, violentando garantías constitucionales y los derechos humanos fundamentales. Mientras se mantengan esas medidas de fuerza no hay un ambiente propicio para que el diálogo que sea válido.

En tal sentido, coincidimos con las condiciones puestas por el Presidente Zelaya para que dicho diálogo sea posible, que son:

La derogación del decreto PCM-M-016-2009 que suspende garantías constitucionales fundamentales.

Termine el aislamiento, el hostigamiento de que es objeto el Presidente Manuel Zelaya así como la desmilitarización del perímetro donde esta ubicada la Embajada de Brasil.

El respeto a la libertad de expresión, restituyendo inmediatamente el funcionamiento de Radio Globo, Canal 36 y otros medios que han sido clausurados y censurados, así como el cese de la persecución contra periodistas independientes y contra redes de comunicación alternativas.

Y además exigimos la libertad inmediata de los Presos Políticos detenidos por la dictadura.

2. Demandamos que el diálogo debe tener como resultados:

La salida del poder de la dictadura militar-civil.

La Restitución del Presidente Manuel Zelaya a su cargo sin condiciones, de forma inmediata y segura-

Definición de mecanismos para la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente democrática, incluyente y participativa.

3. Llamamos a todos los Frentes Locales, Municipales, Departamentales y Regionales a profundizar la lucha por estas demandas con movilizaciones y actividades en todo el país.

A CIEN DIAS DE RESISTENCIA, AQUÍ NADIE SE RINDE.


Tegucigalpa, M.D.C. 5 de octubre de 2009

Coordinación Nacional del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado

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Guatemala: Solidaridad con el pueblo hondureño se moviliza


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Movimientos armados en Latinoamérica: ¿volverán?

Marcelo Colussi

¿Qué pasó con las guerrillas?

Desde hace algún tiempo suele decirse que los movimientos armados en Latinoamérica, las legendarias guerrillas de corte socialista, han desaparecido, y además que ya no son una opción política válida. De ambas aseveraciones puede decirse que son relativas. Es decir: hay que ver quién dice eso, y en qué contexto.

Sin ningún lugar a dudas vemos que muchos, o quizá la mayoría de movimientos político-militares nacidos hacia los años 60 y 70 del pasado siglo desaparecieron, fueron derrotados en el plano bélico. Esa es una verdad inobjetable. La política contrainsurgente impulsada por Washington en el marco de la Guerra Fría, que dio como resultado la Doctrina de Seguridad Nacional en que se formaron las fuerzas armadas de la región, fue el factor clave para contener el ascenso de las luchas populares y los movimientos armados que se expandían por aquel entonces. Sería miope no ver que de casi todas esas guerrillas -muy bien organizadas en su momento, con fuerte impacto popular en muchos casos- hoy día no queda nada, o queda muy poco. O peor aún: lo que queda es un espíritu de derrota y un profundo miedo incorporado en el imaginario colectivo. ¿Cuántas de ella hoy ejercen el poder político en sus países? ¿Cuántas quedaron totalmente desintegradas?

En general, todos los movimientos armados que se alzaron para aquella época sufrieron terribles golpes merced a las guerras sucias que barrieron el continente, con tácticas que no repararon en nada. La desaparición forzada de personas, las torturas, los ataques indiscriminados contra población civil que jugaba el papel de su base social, el clima de militarización de toda las sociedades, la sistemática violación de derechos humanos básicos como parte de las campañas intimidatorias, todo eso fueron elementos de la maquinaria contrainsurgente con que se les derrotó en el plano militar. Pero lo importante a destacar es que ello no sólo significó una derrota bélica: fue, básicamente, una derrota para toda la población civil. Luego de ese tiempo de combate contra el “enemigo interno”, cuando el fantasma del “comunismo apátrida y ateo” fue el blanco de todas las fuerzas armadas de prácticamente todos los países latinoamericanos, lo que quedó fue una desmovilización mayúscula, terror instalado en todas las poblaciones, desánimo.

Sobre esa derrota -que es la derrota de las guerrillas, pero más aún lo es de los procesos organizativos de los pueblos- se erigieron las políticas de ajuste estructural que hicieron retroceder a todas las sociedades en varios años. En el medio de la euforia triunfalista del gran capital, reforzada por la caída del bloque soviético, se cerraron prácticamente todos los espacios de disidencia política. La idea de protesta armada quedó sepultada en el olvido. Los movimientos guerrilleros que lograron sobrevivir la debacle de las políticas neoliberales no tuvieron mucho más espacio político que negociar salidas decorosas (con mucho de rendiciones encubiertas, porque no había condiciones para seguir la lucha). Así, con suertes distintas, se transformaron en fuerzas políticas en el marco de las democracias constitucionales vigentes.

Retomando la afirmación con que se abría el artículo, podemos decir que es cierto en relativa medida que los movimientos armados desaparecieron, pero no lo es totalmente. En Colombia continúan vigente, y de hecho, de los dos grupos que operan, uno de ellos es el más viejo del continente, con ya más de 50 años de existencia y un poderío que no parece poder ser derrotado en lo inmediato (según estimaciones de estrategas tanto colombianos como estadounidenses, así se replegaran totalmente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia demorarían unos 20 años en ser vencidas en el plano militar). Por otro lado en Chiapas, en el sur de México, el movimiento zapatista (movimiento guerrillero bastante sui generis, por cierto, que no usa las armas, pero guerrilla al fin) sigue vivo y sin miras de ser derrotado en lo inmediato. Es decir: si bien en términos generales estas expresiones han sufrido derrotas contundentes en lo militar o se han “reciclado” pasando a formar parte del juego político vigente (con saco y corbata, y todo lo que eso significa), no puede decirse que hayan desaparecido en su totalidad: en algunos lugares siguen operativas y los planes geoestratégicos de Estados Unidos para todo su patio trasero las contempla como un factor importante del panorama político-social.

Pero lo más importante de la afirmación citada va en relación a si, hoy por hoy, son o no una forma política válida.

¿Opción política?

Habría que contextualizar la pregunta: ¿opción “válida” para quién? ¿En qué sentido? Para las derechas, obviamente que no lo son. Son subversivas, y punto. Es decir: son la más radical expresión de opción de cambio, mucho más que cualquier partido político de izquierda (los de saco y corbata), o que un movimiento popular incluso, visto que se ayudan con el poder de las armas. Ahora bien: para el campo popular, para quienes pueden pensar y anhelar genuinamente procesos de transformación, ¿constituyen hoy los movimientos armados una salida?

Después de las experiencias de terribles represiones vividas las décadas pasadas en Latinoamérica, y luego de la fenomenal marea mediática que une “izquierda” con “violencia” -ahí está el caso Chávez como patética expresión de esta matriz que ya se ha impuesto: el “autoritario castro-comunista que, mostrando los dientes, exporta su revolución y su socialismo del siglo XXI por otros países del área trayendo la confrontación”-; después de los fantasmas de una Guerra Fría que nunca se han extinguido -el “comunismo” sigue siendo malo y violento por antonomasia, “expropia televisores o artículos de cocina y roba niños para dárselos al Estado”-, después, incluso, del fracaso de proyectos de izquierda que se centraron en la acción armada (desde la columna guerrillera del Che en Bolivia hasta las guerrillas urbanas de Uruguay y Argentina, desde los movimientos guerrilleros de Venezuela de la década del 60 hasta el desaparecido Sendero Luminoso en Perú, etc., etc.), en todos los casos desarticulados y exhibidos como “fanáticos violentos” que sólo trajeron desgracia a los pueblos donde operaban; después de todo este historial no muy glorioso precisamente, queda la pregunta: ¿son realmente una opción válida para plantearse cambios revolucionarios?

En estos momentos, inicios del siglo XXI, el poder de la derecha política, de los grandes capitales, de la industria cultural que maneja planetariamente las cabezas de buena parte de -por no decir toda- la humanidad, es grande, muy grande, desmedidamente grande. Su poder asienta, entre otras cosas, en el miedo que ha creado, y en la sensación de casi invencibilidad con que se presenta. Los movimientos armados sobrevivientes pudieron comprobar fehacientemente este poder con el operativo que terminara en marzo del 2008 con el segundo comandante de las FARC, Raúl Reyes, en una incursión asistida con la más desarrollada tecnología militar que pudo detectarlo de noche en el medio de la selva. Ante ese sofisticado y aparentemente imbatible poderío militar cabe la pregunta práctica, lógica y necesaria, con los pies sobre la tierra, si es posible enfrentarse con visos de realidad a esa fuerza que se muestra tan colosal. Poder de fuego, por cierto, del que dispone la gran potencia del Norte y que se puede traspasar a las fuerzas armadas de cualquier país latinoamericano para controlar estos movimientos subversivos. Si la diferencia militar se muestra tan grande: ¿es legítimo entonces, es racional, es lógico plantearse la lucha armada hoy?

Esta es una pregunta no sólo práctica sino en definitiva -y quizá básicamente-, ética: ¿para qué se organiza un movimiento de lucha armada? ¿Qué se busca con una organización político-militar como cualquiera de las numerosas guerrillas que han surgido en Latinoamérica? (igual que en otras partes del mundo, en África, en Asia). La lucha armada no es un deporte, no se lleva a cabo por el puro placer de disparar tiros, obviamente. Tiene una finalidad política. Es un instrumento, una herramienta, un paso para la consecución de fines superiores: la toma del poder político acompañando procesos populares de construcción de un nuevo modelo de sociedad. Por eso, lo que la motiva es una cuestión profundamente ética, de convicciones, de principios irrenunciables. Aún a riesgo de parecer producto de un soñador desconectado de lo real, valen los versos de Luis Burela: “¿Con qué armas, señor, pelearemos? ¡Con las que les quitaremos! dicen que gritó”. Por todo ello, entonces, no deja de ser necesario aclarar lo que se preguntaba más arriba: después de las experiencias de movimientos armados fracasados, y ante la despolitización que sufren las sociedades productos de las represiones sufridas y de los planes neoliberales que sólo dejan espacio para la sobrevivencia a las grandes mayorías, ¿cómo encarar una lucha transformadora? ¿Son realmente válidas las expresiones armadas? Hoy por hoy, ¿pueden triunfar y dar paso a la construcción de experiencias como las de Cuba o Nicaragua, que fueron justamente triunfos de guerrillas acompañadas de pueblos movilizados?

Si vemos la respuesta de la derecha (la de Washington y la de las oligarquías nacionales de los países de América Latina), es que no. Luego de Nicaragua, la última revolución triunfante del siglo XX, en 1979, la represión fue feroz. Los movimientos armados de la región centroamericana, que al igual que los sandinistas podrían haber llegado a tomar el poder político con el fuerte apoyo popular con que contaban, fueron brutalmente reprimidos. El genocidio de Guatemala (200.000 muertos y 45.000 desaparecidos, proporcionalmente comparable al holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial) y las masacres de El Salvador (75.000 muertos) son la elocuencia de cómo se les cerró el camino a esos grupos insurgentes. Luego de feroces procesos de guerra sucia, ambos terminaron deponiendo las armas y concertado salidas negociadas a las guerras internas en que se encontraban. Puestos ya en la arena de la lucha constitucional, siguieron derroteros distintos, pero más allá de las evaluaciones de cómo se movieron cuando pasaron a la legalidad, sus posibilidades de impulsar transformaciones sociales quedaron muy menguadas. En Guatemala pasaron a ser una muy pequeña fuerza política casi sin incidencia parlamentaria, y en El Salvador, si bien ganaron la presidencia a principios del 2009 -con la figura de un extrapartidario, no hay que olvidar-, queda la pregunta de hasta dónde podrán profundizar cambios reales. De hecho, en este orden, el legendario movimiento urbano Tupamaros, de Uruguay, acompañó al actual presidente, Tabaré Vásquez, y ya vemos por dónde anda este gobierno (más de lo mismo, no pasa -o no puede pasar- de las recetas neoliberales). Entonces: ¿“traición” de los Tupamaros, o constatación de las posibilidades reales de cambio que puede ofrecer la legalidad capitalista?

La pregunta abierta gira básicamente en cómo construir alternativas reales para la transformación social; los movimientos armados que se creyeron una herramienta para ello algunas décadas atrás, hoy día abren estos interrogantes. ¿Quién está más cerca de la revolución socialista: los colombianos con dos grupos insurgentes muy operativos o, por ejemplo, los chilenos, con varios gobiernos elegidos democráticamente que se vienen sucediendo dentro de los patrones de la legalidad capitalista? ¿O el cambio será gradual, lento y sin traumas, como lo quiere la Revolución Bolivariana de Venezuela, socialismo por decreto? ¿Es posible cambiar algo? ¿Sigue siendo válido el socialismo revolucionario, o hay que declararlo ya finiquitado? ¿Qué significan los recién festejados 60 años de “socialismo” chino, ahora en su versión de socialismo de mercado -y cuarta potencia mundial en lo económico, con poderosos arsenales nucleares-? ¿Sigue teniendo sentido el llamado a “enmontañarse” para luchar por un mundo nuevo?

¿Es posible cambiar algo?

Esto lleva a plantear el papel de las vanguardias revolucionarias -¡menudo tema!-. ¿Para qué existe un movimiento político-militar como todas esas guerrillas que funcionaron en décadas pasadas en Latinoamérica? ¿Son un elemento catalizador de procesos populares? En Cuba y en Nicaragua, en otros contextos, con un campo socialista aún vigente, con otros escenarios políticos a nivel internacional, evidentemente sí sirvieron para disparar procesos de organización popular que resultaron en cambios políticos profundos. Luego de esas experiencias, ninguna guerrilla pudo llegar a tomar el poder. El caso del movimiento zapatista en el sur de México es algo distinto: son un referente, son un laboratorio si se quiere, pero aún no se puede decir que hayan iniciado un proceso de real de construcción de un nuevo modelo de sociedad. A no ser que los municipios liberados donde actúan sea el camino. Otra pregunta para profundizar entonces: ¿socialismo nacional?, ¿socialismo municipal?

Bolivia, Ecuador, Venezuela, sin movimientos de acción armada que hayan facilitado cambios y en el medio de andamiajes legales capitalistas, transitan hoy procesos políticos que quizá pueden ir conduciendo hacia modelos socialistas. ¿Es ese el camino? ¿Qué se necesita para transformar las sociedades: poderosos movimientos de base como en Bolivia y en Ecuador, líderes carismáticos como en Venezuela? Obviamente no hay manual. Décadas atrás se podía ver en las columnas guerrilleras, fusil en mano, un instrumento para eso. Y en ese contexto se podían pedir “varios Vietnam” en el mundo como modo de apurar los procesos de transformación. Hoy día, viendo con los pies en la tierra que las tecnologías militares de la derecha pueden detectar y aniquilar una persona en todo el globo terráqueo con una precisión digna de película de ciencia ficción (por ejemplo, recordemos la recaptura de la embajada de Japón en Perú en 1996, donde con asistencia satelital y detectores de calor humano se pudo implementar un contragolpe militar demoledor, sólo como para dar una pequeña muestra de ese poderío), viendo eso, y además considerando el grado de desmovilización imperante: ¿son una opción válida los movimientos de acción armada?

Es cierto que después del fabuloso montaje mediático del 11 de septiembre de 2001 con la peliculesca caída de las Torres Gemelas quedó oficializada la sentencia: “Toda resistencia, en cualquier parte del mundo, se haga con un arma o una pluma, denunciando algo o fomentando la organización de la gente, es terrorismo e insurgencia, y como tal será castigado”. ¿Qué queda después de eso? ¿Es válida o no entonces la resistencia del pueblo iraquí? ¿Es válida o no la resistencia armada en los lugares invadidos por la bota imperial? En general, ante esta estrategia de guerras preventivas que impuso la Casa Blanca, ¿es válida o no la resistencia, cualquiera sea?

Tomando esto como matriz de lo que va siendo nuestro mundo, nuestra aldea global, ¿deja de ser válida entonces la resistencia? Es cierto que los iraquíes mueren por cantidades industriales con las tropas estadounidenses dentro de su territorio (ya van más de un millón), pero ¿qué otra alternativa les queda que resistir de esa manera, fusil en mano o con bombas caseras eliminando, cuando pueden, a un pobre soldado norteamericano, en muchos casos negro o latino, tan alejado de Wall Street como cualquier habitante del Sur? Extendiendo esa matriz al mundo, donde las fuerzas del gran capital dominan en forma impune, y donde no dejan de poner zancadillas a cada proceso de liberación que se intenta por aquí o por allá, ¿no es válida toda forma de resistencia entonces?

Este pequeño escrito no pretende para nada ser un llamado a la lucha armada. Solamente intenta fomentar un debate por mucho tiempo silenciado: ¿cuáles son los caminos para conseguir un poco más de justicia?: ¿el juego de las instituciones democráticas dentro de la legalidad capitalista?, ¿la organización popular de base?, ¿las vanguardias armadas?, ¿una combinación de todo ello?, ¿rezar o prender velas para que las cosas cambien?

Sin dudas que las guerrillas en Latinoamérica no lograron grandes cambios, porque fuera de los dos países mencionados (y en uno de ellos, Nicaragua, por poco tiempo), toda la lucha de décadas pasadas no prosperó como muchos pensaban. ¿Dónde va Colombia con dos movimientos armados en lucha y más de 50 años de guerra interna? ¿Dónde va el zapatismo: qué logrará en el mediano y largo plazo? ¿Reaparecerán grupos armados en el corto plazo en América Latina? ¿Y dónde va Bolivia con el actual proceso con sus campesinos indígenas cada vez más organizados? Hugo Chávez, como militar del ejército venezolano, perseguía guerrilleros algunas décadas atrás; hoy habla de socialismo del siglo XXI y tiene algunos ex combatientes en su gabinete. ¿Para dónde va ese experimento?

Son todas preguntas para ampliar, no para cerrar el debate antes de comenzarlo. Quizá lo más dinámico hoy por hoy en la lucha por arrancarle al sistema mayores cuotas de justicia son los movimientos populares que han ido surgiendo estos últimos años, ese “pobretariado” -como lo llamó Frei Betto- que se va constituyendo en el principal fermento de protesta, en muchos casos sin mucha direccionalidad política, pero evidentemente con un gran potencial transformador.

Cerrados los espacios reales de transformación económico-social como ha venido pasando en estos últimos años con los planes neoliberales, más allá de las democracias formales que se mantienen siempre bajo vigilancia (Honduras es la patética demostración de qué son esas “democracias”, siempre al borde de poder ser violadas), no es impensable que puedan reaparecer movimientos armados. Quizá como reacción desesperada, así como puede ser cada francotirador iraquí apostado en algún rincón de su país (si es que a eso se le podría llamar “reacción desesperada”). Sin dudas que la diferencia de potencial bélico entre la derecha dominante y posibles grupos insurgentes de izquierda es enorme, mucho mayor hoy que hace algunas décadas cuando surgían las primeras guerrillas en el continente. Pero también es enorme el retroceso sufrido en el plano político, por lo que no sería nada impensable que aparezcan esas respuestas ¿desesperadas?

No estamos proponiéndolas; simplemente estamos diciendo que, ante la cerrazón de los mecanismos “democráticos” no parecen tan imposibles nuevas reacciones insurgentes. Ernesto Guevara fue el heroico guerrillero unos años atrás, en algún sentido casi reverenciado; hoy, ¿sería un loco soñador, un dinosaurio prehistórico? Sin dudas las cosas son de acuerdo a las circunstancias. En la década de los 60 del pasado siglo, con toda la ola libertaria que barría el mundo, con una Revolución Cultural impetuosa en China, con teorías de cambio dando vueltas por todos los espacios sociales, con cuestionamientos varios a los poderes constituidos, en esa marea de marea de cuestionamientos muchos vieron en la lucha armada una opción. Hoy el mundo es distinto. Entre hiper consumo de show futbolístico por televisión y fanáticas iglesias evangélicas que dan salida regulada al fabuloso descontento popular, la energía transformadora se ve bastante golpeada, manipulada, encajonada. ¿Qué permiten estas actuales democracias vigiladas, de baja intensidad? No mucho. ¿Todo cambio real necesita la movilización, la fuerza, la protesta subida de tono, tal como son estos “violentos” movimientos populares que barren el continente sin ser partidos políticos ni grupos organizados: movimientos indígenas, campesinos sin tierra, desocupados, jóvenes sin futuro, piqueteros, etc.? Sin dudas. Nos guste o no, la violencia sigue siendo la partera de la historia.

En todo caso, todo este escrito es un simple comentario y no un llamado a la acción armada concreta. Más precisamente, es una invitación a debatir estos puntos: no sería imposible que los movimientos armados de izquierda reaparezcan, dadas las dinámicas políticas que se van dando en la región. Quizá eso sería entrar en un nuevo espiral de contra-violencia estatal, peor aún al sufrido años atrás, con ejércitos más represores que los que ya pasaron. Pero hay que entender la dinámica en juego; si ello sucediera es, como dijo el sub-comandante Marcos en Chiapas, porque “tomamos las armas para abrir paso a un mundo en el que ya no sean necesarios los ejércitos”.

El debate está abierto.

Fuente: www.albedrio.org

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Homicidio, corrupción y mentiras en el pasado de los Custodio

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Cuando a Ramón Custodio López le fue notificado el retiro de su visa por parte de Estados Unidos, aseguró: “puedo decir que soy un hombre honesto, de principios, de conciencia y represento a mi pueblo más que a ningún gobierno”.

¿Honesto? ¿De principios? ¿De conciencia? ¿Se le olvida a este tipejo lo que hizo cuando su hijo Ramón Custodio Espinoza atropelló a una estudiante del Instituto Central en Tegucigalpa?

Se los voy a recordar: en lugar de presentarlo a la justicia, como correspondería a un honorable representante de los derechos humanos, lo sacó hacia El Salvador y luego lo mandó a Suiza. Le consiguió una representación diplomática en Estados Unidos, de donde pasó a Bélgica y Luxemburgo. Allí se mantiene viviendo a sus anchas de nuestros impuestos, pese a que no representa a nadie porque a este gobierno golpista no lo reconoce ni su abuela.

Gran premio para un ebrio homicida, porque sí, cuando atropelló a la muchacha andaba más borracho que una cuba ¿Eso es honestidad, principios y conciencia, Ramón Custodio?

Cuando algún periodista honesto osaba preguntarle sobre el homicidio, se hacía el enojado, adoptaba posturas de abuelo reumático y regañaba a su interlocutor e igual, no contestaba.

Pero el que es malo y corrupto, lo es donde se pare y parece que los Custodio saben mucho de eso. Cuando Ramón Custodio Espinoza fungió como cónsul en Washington fue señalado de apropiarse cerca de un millón de dólares de cantidades que les cobraba a nuestros pobres hondureños que hacían trámites en la delegación diplomática. Resulta que este individuo cobraba entre tres y seis veces el costo real de los trámites, según una serie de auditorías practicadas por cancillería.

Según las denuncias, Custodio Espinoza cobraba hasta 150 dólares por extender una certificación que costaba 25; y 120 dólares por un pasaporte que valía 60.

Como “castigo” por sus robos en el consulado de Washington lo enviaron a Bruselas. Con el dinero estafado se compró un Mercedes y otros artículos de lujo. Por cierto que el auto hizo que se lo embarcarán rumbo a Europa, a un costo impensable para cualquiera de nosotros, simples mortales.

En Bruselas, por supuesto, no ha hecho nada por Honduras. Su único acto destacable fue involucrarse en un caso de tráfico de influencias al patrocinar una exposición de pinturas de Federico Rosa en la sede central de la Comisión Europea, lo que fue ampliamente aireado por algunos medios del Viejo Continente que ven inconcebible como los pocos recursos de un país pobre pueden invertirse en promocionar a un “artista” desconocido. Por cierto, el gran mérito de este pintor es ser hijo del ex fiscal general Leónidas Rosa Bautista. Claro, entre golpistas se entienden.

A Custodio los medios europeos también lo acusan de haber mantenido empleada a una persona identificada como Elizabeth Gamundi, quien fue considerada non grata por el gobierno belga hace algunos años y que no está acreditada oficialmente.

Y como toda gente sin principios, igual que su padre, al nomás darse el golpe de estado, corrió a ponerse a la orden del dictador Micheletti, por lo que fue retirado de su cargo. No obstante, los golpistas le siguen girando miles de dólares para que mantenga su vida ostentosa en Europa.

Su innecesaria presencia allá fue notoria cuando el pasado 3 de septiembre el jefe de la unidad Europe Aid B/2, Basile Papadopoulos, lo convocó, por error, para la firma de un addendum para echar andar el Convenio de Financiación del Programa Euro-Solar.

Al darse cuenta de que Espinoza representaba al gobierno golpista y no al gobierno constitucional que representa Manuel Zelaya Rosales, el 9 de septiembre el gabinete de la comisaria de Relaciones Exteriores y Política Europea de Vecindad, Benita Ferrero-Weidner, lo desautorizó y le advirtió que no le permitiría firmar el documento, que si fue ratificado por otros países del área. Con ello, Honduras se quedó por fuera de un programa que permitiría la instalación de sistemas de energía solar en áreas rurales de nuestro país.

Por lo atípico de la situación en el ámbito diplomático, el indigno embajador fue consultado por algunos medios, como eurotribune.eu., ante quien desmintió a los voceros de la Unión Europea y dijo que nunca había sido convocado. Esto nuevamente dio que hablar a los analistas de medios, quienes lo calificaron de “mentiroso”, un término grave en un continente acostumbrado a que sus políticos afronten sus hechos como hombres y a que digan las cosas como son.

Entonces, Custodio ¿Vas a seguir hablando de honestidad, principios y conciencia? Por cierto, se ve feo que ahora estés del lado del homicida Billy Joya, a quien denunciaste en los años 80…

Y de representar al pueblo… Bueno, de eso ni hablemos.

Fuente: rubenescobarerazo.wordpress.com

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NYC Press Conference Oct. 5 to announce fact-finding U.S. Delegation to Honduras

FOR IMMEDIATE RELEASE
**Media Advisory** Contact:
Teresa Gutierrez: 917.328.6470

Press Conference Oct. 5 to announce fact-finding U.S. Delegation to Honduras

WHAT: A press conference featuring representatives of the U.S. Delegation to Honduras, who will announce their intention to travel to Honduras from Oct. 7-11 on a fact-finding mission. The delegation calls on elected officials, the Obama administration and the State Department to assure our safety.

The delegation planned to attend the “First International Conference Against the Coup D’Etat and for the Constituent National Assembly in Honduras,” scheduled to take place Oct. 8-10. However given the political and social crisis in the country the conference has been postponed.

The U.S. Delegation is nevertheless continuing its trip to Honduras and will conduct a fact-finding investigation of the situation. It will meet with students, labor, women, youth, representatives of the resistance to the coup and others to find the truth about the situation in Honduras.

WHO: The U.S. Delegation to Honduras, which was initiated by the International Action Center, will include the following participants:

  • Berta Joubert-Ceci—Co-Director, IAC, Philadelphia chapter; Women’s Fightback Network
  • Heather Cottin—Freeport Workplace Project; Professor, LaGuardia Community College
  • LeiLani Dowell—National Co-Coordinator, FIST youth group; Managing Editor, Workers World Newspaper
  • Wellington Echegaray—Cuba Solidarity New York
  • Michael Gimbel—Central Labor Council Delegate; AFSCME local
  • Teresa Gutierrez—Director of Latin America and Immigration Projects, International Action Center; Co-Coordinator, May 1st Coalition for Worker and Immigrant Rights, International Migrant Alliance Depty. Secty. General
  • Manolo de los Santos- San Romero de Las Américas Church-UCC/Pastors for Peace
  • Michael Kramer—Veterans for Peace
  • Danilo Lachapel—Director of Community Relations, Evangelical Church of the Bronx
  • Lucy Pagoada—Honduran Resistance U.S.A.
  • Jennifer Waller—International Action Center, FIST youth group
  • Dave Welsh—Delegate, San Francisco Labor Council

WHERE: Center for Constitutional Rights
666 Broadway, 7th Floor
Between Bond & Bleeker, Take Trains F, V, or D to Broadway Lafayette, two block walk

WHEN: Monday, October 5th at 1:00pm

WHY: The repression against the Honduran people’s resistance movement has intensified since President Manuel Zelaya’s return to his country, where he has found refuge in the Brazilian embassy in Tegucigalpa. Violating international law, the Micheletti coup government has consistently attacked the Brazilian embassy, dropping chemical gas, shutting off the water and electricity, and using Long-Range Acoustic Devices that can result in permanent hearing loss.

Throughout the capital city, the coup regime’s repression against Zelaya’s supporters and all Honduran people has reached a new peak. Individual liberties and Constitutional rights have been suspended; journalists and radio broadcasters are being severely punished for doing their jobs; and people everywhere are being detained, abused, and tortured by soldiers and police. Wounded demonstrators are being picked up from hospitals and then detained without medical treatment; people are undernourished as a result of the coup regime’s curfews.

Nevertheless, three months of constant resistance, and determination to restore their democratically elected President has earned the Honduran people the title Los Incansables (the tireless ones). The U.S. delegation to Honduras will not only gather facts from the resistance, but also express its solidarity with the people and resistance of Honduras.

We are calling on our elected officials, Members of Congress, the State Department and representatives of the press to assure the success and safety of the U.S. delegation by aggressively declaring the illegitimacy of the Michelleti government, by condemning the repression on the Honduran people and by demanding the immediate restoration of Honduras’ democratically elected President, Manuel Zelaya.

Fuente: www.quotha.net

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100 días de Resistencia el Hermano Pueblo Hondureño

Cien días! Amigas, amigos, compañeras, compañeros… 100 días de Resistencia el hermano pueblo hondureño! 100 días! Y van, con coraje y buenos sueños sin amedrentarse de toletes, disparos, gases, amenazas, autos anónimos con cañones y torturadores dentro. No dejan de resistir, aunque clausuren el país, lo llenen de sombras, de muertos y de heridos. Con mandíbulas rotas gritan por la democracia (la verdadera Democracia, no la que por “imperio” de las clases del poder económico se imponen históricamente en nuestros pueblos). Con brazos rotos alzan el puño, la llama del futuro.

No pueden los neanderthal con tanta maravilla! Podrán dar uno, cien, mil golpes de Estado. No podrán cambiar el destino, la historia la hacen los pueblos y paso a paso.

Como en Argentina (donde el hambre da escalofríos, y los bastonazos de la policía sobre los trabajadores no son galletitas con chocolate), como en Chile, donde el enemigo además es cada miembro de nuestros pueblos originarios, igual que en Perú, por ejemplo, o México.

La poesía expresa al hombre y su tiempo.

Por los 100 días de resistencia de todos y cada uno de nuestros pueblos. Por la memoria y los sueños de un mundo para todos.

Por el canto solidario.

El abrazo, siempre

gabriel

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Congresistas de la Florida se reúnen con Goriletti

Los tres jinetes del Apocalipsis: Mario, Lincoln e Ileana. (Foto: AFP)

Los tres jinetes del Apocalipsis: Mario, Lincoln e Ileana. (Foto: AFP)

Los legisladores de Miami Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln y Mario Diaz-Balart se reunieron en Tegucigalpa con el golpista Roberto Micheletti, miembros del Congreso y partidos políticos de la nación centroamericana en lo que llamaron una “misión de investigación”, sin ocultar sus simpatías por el gobierno de facto.

De acuerdo con una nota que publica hoy The Miami Herald, los congresistas por la Florida regresan este martes, e hicieron pública su solidaridad con el golpismo: “Ya que los líderes hondureños no pueden viajar a Estados Unidos, nosotros vamos allá”, declaró Lincoln Diaz-Balart en el Aeropuerto International de Miami, citado por el Herald.

El trío republicano ha apoyado el gobierno de Micheletti y se opone al regreso del Presidente constitucional Zelaya. En una conferencia de prensa, los representantes rechazaron la decisión de la administración Obama de revocar las visas a los miembros del gobierno golpista.

Fuente: www.cubadebate.cu

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Resistencia demanda cese de la represión para diálogo en Honduras

Tegucigalpa, 5 sep (PL) El Frente Nacional contra el golpe de Estados de Honduras ratificó hoy su decisión de participar en un proceso de diálogo para una solución a la crisis desatada por el golpe militar de junio pasado.

Sostenemos que el diálogo es un medio adecuado para solventar diferencias, pero este no es posible bajo medidas de represión, subraya esa alianza de fuerzas populares en un comunicado divulgado este lunes.

En una conferencia de prensa en la calle, durante un protesta antigolpista frente a la embajada de Estados Unidos, recordó que el gobierno de facto viola los derechos humanos y las leyes desde la asonada militar, el 28 de junio.

Mientras se mantengan esas medidas de fuerza no hay un ambiente propicio para el diálogo sea propicio, apunta.

Añade que coincide con las condiciones del derrocado presidente Manuel Zelaya, quien regresó sorpresivamente al país el pasado 21 de septiembre y se encuentra bajo el amparo de la embajada de Brasil.

Entre esas exigencias está la derogación del decreto que el 26 de septiembre suspendió las garantías constitucionales y la desmilitarización del área de la sede diplomática brasileña.

Demanda el respeto a la libertad de expresión, restituyendo inmediatamente el funcionamiento de Radio Globo, el canal 36 de televisión y otros medios que han sido clausurados o censurados, así como la persecución a periodistas y redes alternativas.

Y además, exigimos la libertad inmediata de los presos políticos detenidos por la dictadura, agrega.

Esa alianza de fuerzas populares plantea que el diálogo debe tener como resultado como primer aspecto la salida del poder de la dictadura militar-civil.

Sostiene que debe concluir con la restitución de Zelaya en su cargo sin condiciones, de forma inmediata y segura.

También, la definición de mecanismos para la convocatoria de una asamblea nacional constituyente democrática, incluyente y participativa.

Llama también a todos los frentes locales, municipales, departamentales y regionales a profundizar la lucha por otras demandas con movilizaciones y actividades en todo el país.

La alianza popular dio a conocer su posición en un plantón frente a la embajada de Estados Unidos, que concluyó con una marcha hacia el parque central bajo estrecha vigilancia policial, en el noveno día del estado de sitio.

lac/rl

Fuente: www.prensa-latina.cu




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Entrevista en exclusiva con el presidente Manuel Zelaya

Giorgio Trucchi. *

Adital -
El pueblo en resistencia debe seguir su rumbo hacia la Constituyente
A 100 días de resistencia contra el golpe


Ante la imposibilidad de acceder a las instalaciones de la embajada de Brasil, presidiada noche y día por un impresionante cerco militar y aislada por voluntad expresa del gobierno de facto, Sirel y otros medios de Italia, Cataluña, Estados Unidos, Argentina y Venezuela logramos una entrevista telefónica en exclusiva con el presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales.

El proceso de diálogo, el camino hacia la Asamblea Constituyente, la violación a los derechos más elementales del pueblo hondureño, el papel de la comunidad internacional, el proceso electoral, entre otros, fueron los temas planteados en la entrevista.

-La semana pasada se ha reunido con diferentes sectores a nivel nacional e internacional ¿Cuál es el estado actual de proceso de diálogo?
-El diálogo no es sincero de parte del gobierno de facto porque me tienen en un cerco militar, solo me han mandado personas afines a ellos y representantes de la comunidad internacional, como los miembros de la OEA, Canadá y los diputados de Brasil.
No puedo hablar con miembros de la Resistencia, de mi gabinete, con empresarios y religiosos. No permiten visitas, están entorpeciendo las llamadas telefónicas y para hablar con ustedes tengo que venir a encerrarme en un cuarto con papel de aluminio para poder comunicarme. Además han decretado una suspensión de garantías constitucionales por 45 días y han cerrado medios de comunicación.
La gente quiere el diálogo, pero el régimen mantiene la represión y no está siendo ni sincero ni abierto, sino todo lo contrario.

-¿Qué se espera de la visita de la OEA prevista para esta semana?
-Los Cancilleres podrían estar sometidos a un grandísimo riesgo de burla y de escarnio si no vienen determinados a firmar el Plan Arias. La visita debe tener este objetivo, porque si se trata solamente de seguir discutiendo bizantinamente temas infinitos, los gobiernos americanos van a perder mucho de su credibilidad.

-Usted ha aceptado firmar el Plan Arias o Acuerdo de San José, en el cual no se contempla la principal demanda del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, que es iniciar un proceso para llegar a instalar una Asamblea Constituyente. ¿Esto supone una cesión por parte suya?
-El que va a firmar el Plan Arias soy yo como representante electo del pueblo hondureño. El Plan tiene dos componentes: mi restitución para decirle no a los golpes de Estado, que es lo que les interesa a los Presidentes latinoamericanos para sentirse seguros de que se va a respetar la soberanía popular y de que no se sustituya la voluntad del pueblo por una élite militar, económica y política.
El segundo componente son los procesos y reformas sociales y tienen que ver con el tiempo. Yo me he comprometido a que antes de las elecciones no voy a tomar ninguna iniciativa en ese sentido, pero eso no quiere decir que los procesos van a detenerse. Yo nunca plantee la Constituyente para que se desarrollara durante mi gobierno, sino para el próximo gobierno donde yo ya no voy a ser Presidente.
La Constituyente no es una facultad ni del Presidente, ni del régimen de facto, ni de ningún otro grupo. Es una facultad del pueblo hondureño que, a través de una consulta popular, puede determinar cuándo se va hacer. Por eso la firma del Plan Arias es congruente con mi posición en relación con las reformas que tienen que continuar.

-¿Qué relación mantiene con la Resistencia?
-La Resistencia me estaba acompañando antes del golpe de Estado para hacer una consulta al pueblo sobre la Constituyente, pero la decisión de hacer una Constituyente en Honduras corresponde al pueblo que es soberano. Si alguien algún día quiere hacerlo tiene que empezar con una consulta popular como hice yo.
Cuando se haga, habrá que determinar los mecanismos legales para presentar una ley en el Congreso Nacional que sea de carácter obligatorio. Pero el Plan Arias es un plan de emergencia para salir de una crisis de un Estado de facto, que al mismo tiempo no paraliza los procesos sociales, ni mucho menos puede detener lo que significa la voluntad del pueblo soberano.
Esto es algo que voy a firmar con el fin de restituir la democracia en el país y no viola todos mis planteamientos que le hice al pueblo.
El 90 por ciento de la batalla la ganó el pueblo hondureño y la comunidad internacional, y tengo fe que antes de dos semanas el problema estará totalmente solucionado en beneficio de la paz que merece el pueblo, que no puede seguir en este abismo económico y en una situación de ingobernabilidad en todo el país.

-El decreto ejecutivo ha desatado una mayor represión contra los derechos del pueblo y actualmente su derogación es uno de los primeros puntos en la agenda de negociación. ¿Cree que ha sido una estrategia de la derecha nacional e internacional para desviar el asunto principal que es el golpe de Estado?
-Ese decreto es el mayor abuso de poder en la historia de Honduras. Es algo inaudito. Solo se daba en los tiempos de Calígula o de Nerón, de los grandes dictadores de la prehistoria de la civilización. Es intolerable, y la humanidad entera debe exigirle al dictador que retire y clausure ese decreto.

-Cuando sea restituido en la Presidencia, ¿Cómo podrá gobernar con unas instituciones controladas por los sectores que planearon y actuaron el golpe de Estado?
-El principio esencial de la democracia es la división de poderes. Cuando un poder es subalterno a otro no hay democracia.
En mi gobierno, el Congreso y la Corte Suprema de Justicia siempre estuvieron en contra mía, conspirando hasta que se unieron para dar el golpe de Estado. Así que yo no vuelvo a ningún paraíso, sino a la misma situación que viví a lo largo de tres años y medio, pero con una lección aprendida, es decir que los golpes no son autorizados en la democracia, sino el debate público y el diálogo pacífico.

-¿Qué papel jugaron las Fuerzas Armadas en el golpe?
-Las Fuerzas Armadas se unieron a la élite económica de una manera irregular, al atender una orden de la Corte de Justicia después que yo separé del cargo al general Romeo Vásquez Velásquez.
Cuando la Corte violó esa decisión y lo restituyó se dio la primera inconstitucionalidad y el primer paso para que se diera el golpe de Estado.

-¿Existen sectores internacionales que han apoyado el golpe?
- Es cierto que han venido personas de afuera a apoyar el golpe, pero su origen es la ambición de un grupo económico que gobierna y que hoy quiere monopolizar no sólo la economía, sino los tres poderes del Estado. Esto es ambición pura y cruda, y se han aprovechado de una circunstancia para echarle la culpa a Venezuela, al comunismo, para decir que la Constituyente es un delito. Un montón de especulaciones para buscar una justificación al golpe.

-Hoy estuvimos en el entierro del maestro Mario Fidel Contreras, una víctima más de la represión. ¿Valieron la pena todos estos sacrificios?
-Los derechos humanos son una nueva conquista de la humanidad, tienen muchos enunciados y son reconocidos por todos los países del mundo, y sólo se pueden defender en regimenes democráticos, donde exista transparencia, participación ciudadana y donde el pueblo sea respetado como soberano.
La batalla que Honduras está dando por el respeto a la soberanía popular va más allá de nuestra frontera. Si fracasamos el mundo habrá perdido y tendríamos que esperar varias décadas otra vez antes de volver a no permitir el retorno a la violencia y a los golpes de Estado para parar procesos políticos.
En este sentido, los mártires y la sangre que se está derramando, el esfuerzo del pueblo y el riesgo que mi familia y yo hemos asumido tienen el objetivo de dejar huellas profundas a la humanidad, con el fin de hacer valer más los principios que los intereses particulares.
Ningún esfuerzo va a ser en vano si obtenemos el resultado esperado, y el despertar del pueblo hondureño tiene ya un valor inestimable dentro de nuestra historia. El pueblo se quitó la venda de los ojos y las élites económicas se quitaron las máscaras. Así que hoy podemos sentarnos a una mesa para hablar de la realidad con todos los actores para llegar a una conciliación y a acuerdos.
Lamentamos que los muertos y los sacrificios los puso el pueblo, mientras ellos siguen en sus banquetes disfrutando de una usurpación del poder que el mundo condena.

-¿Van a quedar impunes los crímenes de la dictadura?
-Hace días estuve en Chile y Argentina donde se estaban procesando los culpables de los crímenes de las dictaduras de hace unas décadas. Estos crímenes nunca van a ser olvidados y la historia, el pueblo y la ley no los va a dejar impunes.

-Los candidatos presidenciales de los partidos tradicionales no pidieron su restitución y aparentemente sólo les preocupa las elecciones. ¿Cómo ve usted esta decisión?
-Yo soy un demócrata. He participado en doce procesos electorales durante 30 años.
A un Presidente no lo puede poner una cúpula militar o económica. Yo creo en las elecciones como mecanismo para resolver los grandes conflictos de una nación. En este sentido mi restitución garantiza las elecciones de noviembre, permite al pueblo encontrar los caminos pacíficos y democráticos.
Los que no quieren un proceso electoral limpio y transparente y no creen en el sistema electoral y político son los que dieron el golpe de Estado, que han impuesto la represión contra el pueblo, han clausurado los medios para que no haya competencia, que tienen restringidas las libertades públicas.
Mi restitución garantiza las elecciones, y si no me restituyen la comunidad internacional y el pueblo van a desconocer esos resultados.
Los que estamos verdaderamente interesados somos nosotros, mientras que quienes están interesados en desfigurar el proceso electoral, para quedarse en el poder y desestabilizar el país, son los que están en la dictadura.

-Pronto se va a vencer el ultimátum para que Brasil defina su estatus estando al interior de su embajada en Honduras. ¿Qué opina al respecto?
-Mi estatus es el de Presidente electo por el pueblo. Más bien le tendríamos que preguntar a Micheletti cuál es su estatus y quién le nombró Presidente. Los Presidentes son elegidos por el pueblo, y la Constitución dice que en su ausencia absoluta, que se entiende el desaparecimiento físico, tiene que haber una sucesión Presidencial.
Sin embargo, estando el Presidente aquí con una protección de Brasil, ¿cómo puede haber otro Presidente? Yo estoy aquí con un estatus de Presidente reconocido por Brasil y me están dando protección para que no pierda la vida frente al acecho y las amenazas de este régimen.

-El lunes 5 de septiembre se cumplen 100 días de resistencia contra el golpe. ¿Qué mensaje quiere enviar?
-Agradezco al pueblo hondureño y me mantengo firme. Ha sido una resistencia heroica y exigimos la restitución de Radio Globo y Canal 36, que se derogue el decreto ejecutivo y demandamos el cese a la represión. Pedimos a la comunidad internacional que sea inflexible con los dictadores durante la visita de los cancilleres de la OEA.

Fuente: www.adital.com.br

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Willy Meyer (IU): "Es vergonzoso que el Parlamento Europeo aún no haya condenado el golpe de Estado en Honduras".

La Comisaria de Asuntos Exteriores y Política de Vecindad, Benita Ferrero-Waldner compareció ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo.
Willy Meyer, eurodiputado de Izquierda Unida y coordinador de su grupo parlamentario en esa comisión explicó que "la política de la administración norteamericana de Bush nos ha dejado un mundo más injusto. A ese respecto, la administración Obama está rectificando algunas de esas políticas, por lo que la UE debería tomar ejemplo y dar respuestas más contundentes a conflictos e injusticias como el caso de oriente Próximo".
Meyer continuó exigiendo de la UE "gestos más claros hacia un estado como el de Israel que incumple sistemáticamente las resoluciones de Naciones Unidas y los Acuerdos de Anápolis con la continuación de los asentamientos judíos".
Respecto a Honduras, Meyer se mostró "indignado" porque "al día de hoy, esta cámara, el Parlamento europeo, no ha emitido aún condena alguna al golpe de estado en Honduras". "Este Parlamento debería tomar nota de lo que sí han hecho el Consejo y la Comisión y condenar sin paliativos el golpe y demandar claramente la restauración del orden democrático en el país."

Meyer anunció ante los diputados y diputadas de la Comisión de Exteriores la visita el miércoles 7 de octubre de Erasto Reyes, sindicalista, abogado y representante del Frente de resistencia de Honduras y demandó a la Comisaria Ferrero que lo recibiera.

Fuente: blogs.larioja.com

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Contra el golpe en Honduras Entrevista Erasto Reyes en Barcelona

Entrevista con Erasto reyes dirigente del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras durante su estancia en Barcelona



Fuente: porhonduraslibre.blogspot.com

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Cualquier acuerdo con los golpistas, será una trampa para la Resistencia

¡El movimiento tiene la fuerza para derribar a la dictadura mediante la insurrección!

Unos días después del ataque químico a la embajada brasileña en Honduras, el viernes 25 de septiembre, y tras el llamamiento de Zelaya a las masas a la Insurrección final, la dictadura puso en práctica el decreto ejecutivo PCM-M-016-2009 de Estado de sitio con vigencia de 45 días. El decreto, que a la fecha no ha sido ratificado por el congreso golpista, profundizó la represión, suspendió las garantías individuales de reunión, manifestación y cualquiera puede ser arrestado simplemente por ser “sospechoso”. El día 28 fueron clausurados dos medios informativos nacionales que se posicionaron decididamente contra el golpe desde el inicio y que en la práctica han jugado el papel de principales mecanismos de difusión de la Resistencia: la ya heroica Radio Globo y el Canal 36 Cholusat sur. El 30 fueron desalojados los campesinos que —cuidando los trámites de títulos de propiedad—, resguardaban desde el 28 de junio el Instituto Nacional Agrario, 38 de ellos han sido acusados de sedición y enfrentan juicio en los tribunales golpistas.

El aspecto más destacable de estos días es que a pesar de la represión, el movimiento no ha sido derrotado y ha continuado desarrollándose desafiando a la dictadura. Ciertamente la campaña de terror que impuso el Estado de sitio tuvo un impacto, las manifestaciones se vieron disminuidas y significó un fermento de confusión, desorganización y desinformación; pero a escasos días, la dirección del Frente está logrando reorganizar a las masas, esto es un elemento clave en la ecuación —paralelamente y hasta cierto punto, las masas están intentando auto organizarse, guiadas por su instinto—. Radio Globo salió casi inmediatamente al aire a través de internet y poco a poco, las masas se organizan para conseguir acceso a internet, colocando parlantes y bocinas en sitios comunitarios.

A pesar de la feroz represión, todos los días ha habido acciones de la Resistencia, y no se han interrumpido a pesar del Estado de sitio. Esa es una heroica demostración de que las masas —y en especial su sector avanzado—, están dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias. La dirección del Frente envía diariamente un boletín a través de correo electrónico, en donde plantea elementos de análisis y acciones para el día siguiente. Lo fundamental es que la moral revolucionaria de las masas se mantiene intacta y más aún, se ha fortalecido a pesar del Estado de sitio o mejor dicho, el Estado de sitio ha actuado como látigo de la revolución. Lo que hace falta es seguir convirtiendo en organización a la rabia, la indignación y la ira que provoca el golpe y en concreto el Estado de sitio.

A la vez que la represión no ha aplastado a la Resistencia, la oligarquía y sus distintos secuaces en el ejército y los partidos burgueses, han dado claras muestras de división. Por un lado Romeo Vázquez, el jefe del ejército, manifestó que “recomendó a sus superiores el diálogo” y señaló en entrevista a Telesur que “se han tomado las medidas necesarias para evitar que el país se pueda desangrar”. Paralelamente los candidatos golpistas de los partidos Nacional y Liberal, se han colocado abiertamente contra el decreto de Estado de sitio, obviamente porque la situación en la práctica pone fuera del orden del día a las elecciones del 29 de noviembre. Pero lo más relevante de las contradicciones interburguesas es la intervención de Adolfo Facussé, —quizás el representante más astuto y recalcitrante de la oligarquía—. Si el régimen de Micheletti fuese fuerte y la correlación de fuerzas le favoreciera, el titiritero no tendría que haber intervenido, la intervención de Facussé significa que Micheletti no ha hecho bien la tarea.

Lo que se ha dado en llamar el “Plan Facussé”[1], es sencillamente una barata tomadura de pelo: plantea una total claudicación por parte de Zelaya (mucho más que el Plan Arias o también conocido como San José), restituirlo en la presidencia sin poder real —ya que no tendría autoridad sobre las Fuerzas armadas y acotado por un consejo de ministros— además, Zelaya se debería presentar ante los tribunales para ser juzgado; a cambio, los militares que sacaron a Zelaya el 28 de junio serían juzgados y se colocaría a Micheletti fuera de la presidencia, pero premiado “por patriota” como congresista vitalicio; todo esto con la supervisión de una fuerza militar extranjera de “países amigos” como EUA y Colombia, que garantice los acuerdos, porque “desconfiamos del señor Zelaya por toda la guerra que nos hizo antes del 28 de junio”, dice Facussé en la entrevista. A todo esto, Micheletti sólo alcanza a hacer declaraciones contradictorias, envalentonadas, mentirosas y serviles, demostrando en cada momento que sólo se trata de un dócil títere de la oligarquía. También se habla del “Plan de San José 2” que instalaría a un tercero interinamente en la presidencia. Todas estas expresiones de los distintos sectores del régimen, son una muestra más de su debilidad y de que se están profundizando sus diferencias.

Así, tenemos una situación de fortaleza aparente del régimen golpista, pero que en realidad expresa su debilidad en la medida que sólo se sostiene a través de la represión. Un régimen militar, con nula base social, en medio de una crisis capitalista internacional y en un país atrasado como Honduras, es incapaz de sostenerse por un periodo prolongado. A la vez, tenemos a una clase obrera y un campesinado pobre que ha despertado del largo letargo de postración. A lo que asistimos en Honduras es a una revolución en toda la regla, con las masas haciendo política en las calles. No es descartable que el Estado de sitio se anule como resultado de las contradicciones del régimen y la fortaleza moral del movimiento, esto no excluye que la represión —tal como la vemos hoy día—, seguirá vigente hasta que la dictadura sea derribada o sustituida mediante algún mecanismo, por algún tipo de régimen “democrático”.

Como la dictadura no se puede sostener en las condiciones actuales y antes de que todo salga absolutamente de control, hay sectores de la clase dominante internacional que buscan una salida con base en la diplomacia y así intentar eclipsar a la fuerza de las masas en las calles; es por eso que están organizando una “Misión diplomática” encabezada por la OEA y cancilleres de varios países, incluido España. Micheletti se reunió en secreto —en las instalaciones de la base militar estadounidense Palmerola— con el secretario de la OEA, José Miguel Insulza, quien dijo que la reunión “tuvo por objeto promover un diálogo entre las partes en conflicto a fin de restablecer la democracia y el orden constitucional en Honduras”.

Zelaya ya ha confirmado que se están tendiendo puente para el diálogo, y lo ha condicionado a tres aspectos: “El primer punto es la aprobación y firma del Acuerdo de San José; el segundo, los cambios que se le puedan hacer al Acuerdo del presidente Arias, y el tercero, que se dé cumplimiento con garantes nacionales e internacionales”, precisó el asesor de Zelaya, Carlos Eduardo Reina, quien aseguró que, ya reinstalado, Zelaya se abstendría de llamar a una Asamblea Nacional Constituyente. "Si el régimen acepta esa agenda, nosotros la aceptamos ya y podemos iniciar inmediatamente el lunes o martes el diálogo", dijo Reina, y agregó: “otra condición para el diálogo era la derogación de un polémico decreto que suspendió la libertad de prensa, asociación y circulación, y con el que las fuerzas de seguridad han disuelto manifestaciones.”

Cualquier acuerdo con los golpistas sería una peligrosa trampa para Zelaya y para la Resistencia. En el supuesto diálogo con los golpistas, no hay posibilidades de un acuerdo favorable para las masas. Cualquier “acuerdo” será traicionado por los golpistas a la primera oportunidad. Necesariamente la dictadura debe ser derribada por la fuerza de las masas hondureñas y centroamericanas.

El diputado del Partido Unificación Democrática, Marvin Ponce, expresó que “el diálogo propuesto puede ser una trampa de los golpistas para provocar un quiebre en la unidad lograda entre el movimiento popular y los liberales seguidores de Zelaya, ganar tiempo y consolidar el gobierno de Micheletti”, y agregó: "estamos en consultas para decidir cómo y con qué posición vamos a participar frente a las diferentes propuestas de solución al conflicto". Es decir, una cosa es lo que pueda plantear Zelaya, quien sin duda tiene un gran margen de maniobra y lo usará, pero eso no significará en automático la aceptación del acuerdo por parte de la Resistencia.

El que la dirección de la Resistencia se esté conformando sobre el desarrollo de los acontecimientos, no ha permitido que la fuerza de las masas paralice la sociedad y use su poder para ganarse al ejército a la causa de la revolución, a pesar de que en las calles se ha mantenido el movimiento ininterrumpidamente. Pero sin duda, ha habido un salto enorme en la conciencia y en la organización del pueblo trabajador y eso no va a pasar ni va a desaparecer, el nivel de consciencia ha crecido enormemente y la revolución no ha hecho sino empezar. Incluso en los hondureños en EUA y Canadá están organizándose enviando dinero a la Resistencia. Eso era impensable antes del 28 de junio.

En Radio Globo se pueden escuchar muchas llamadas del pueblo con expresiones como las siguientes: "con marchas no vamos a sacar a los golpistas", "estamos mitad vivos, mitad muertos", "estamos llenos de ira e impotencia", "preferimos morir luchando que seguir aguantando a estos golpistas". Si la dirección del Frente no encuentra la forma de coordinar acciones que vayan más allá de las marchas, crecerá la posibilidad de enfrentamientos armados aislados que serían dañinos al movimiento y darían la “justificación” que están esperando los golpistas para intentar alongarse en el poder a través del terror. Paralelamente a los preparativos del “diálogo”, los golpistas asesinaron de dos balazos en la cabeza —dejando nota advertencia al magisterio—, al maestro Mario Contreras, miembro de la Resistencia. Las medidas pacifistas en realidad están empezando a actuar en contra del movimiento. Medidas como la Bullaranga —hacer bulla todos a la misma hora—, vestirse todos de color verde esperanza o encender las luces de los autos, sólo pueden jugar un papel emotivo y secundario. Lo que hace falta urgentemente es organizar la insurrección revolucionaria de las masas para derrocar a los golpistas. Hay que organizar comités de autodefensa, organizar la logística de las manifestaciones sobre la base de la autodefensa, por ejemplo evitar rutas donde puedan ser emboscados. Cientos de miles de manifestantes armados con palos y machetes harían sucumbir a la policía y el ejército; hay que buscar alternativas para armar al pueblo, y evitar a toda costa escaramuzas aisladas de elementos indisciplinados.

Las masas están a la espera, expectantes y dispuestas a actuar de forma decidida y hasta las últimas consecuencias, pero en ausencia de un levantamiento insurreccional, el proceso podría dirigirse a algún tipo de “acuerdo” orientado al terreno electoral, que en realidad representaría un tipo de empate y el resurgimiento del movimiento a otro nivel en un momento posterior, cuando los golpistas lo incumplan.

Samuel Santibáñez

México, D. F. 04 octubre 2009.

Fuente: hablahonduras.com

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Campesinos hondureños detenidos inician una huelga de hambre

Este sábado 38 campesinos hondureños iniciaron huelga de hambre para exigir la restitución del presidente constitucional, Manuel Zelaya. Un total de 55 campesinos quienes se encontraban en las oficinas del Instituto Nacional Agrario fueron desalojados violentamente por fuerzas militares y policiales. Liberaron a dos niños y siete mujeres, otros ocho adultos fueron condenados a ''medidas sustitutivas de cárcel''.

Unos 38 campesinos hondureños que se encuentran detenidos, después que las fuerzas militares y policiales del gobierno de facto los desalojaran violentamente de las oficinas del Instituto Nacional Agrario (INA), iniciaron este sábado una huelga de hambre para exigir, entre otras cosas, la restitución del presidente constitucional Manuel Zelaya.

El dirigente campesino, Rafael Alegría, afirmó que los detenidos "también piden que se les ponga en libertad".

Un total de 55 campesinos simpatizantes de Zelaya fueron desalojados violentamente, el pasado miércoles por fuerzas militares y policiales de las oficinas del INA, en la ciudad de Tegucigalpa, en cumplimiento del decreto que restringe las garantías constitucionales.

"Nuestros compañeros exigen además la protección de los documentos agrarios en el INA que tienen que ver con tierras para los campesinos que la necesitan y que se agilice el proceso de reforma agraria en el país", añadió Alegría.

Alegría quien también es miembro del Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado, manifestó que la situación en la cárcel podría empeorar. "Los campesinos están bien de salud, pero su situación se podría complicar porque en la Penitenciaría Nacional (PN) hay hacinamiento de reos", acotó Alegría.

El movimiento de resistencia popular que a diario exige la restitución de Zelaya y el fin a la crisis política hondureña, denunció a nivel internacional el encarcelamiento de lo 38 campesinos por protestar contra el golpe de Estado, según indicó Alegría.

Tras el desalojo liberaron a dos niños y siete mujeres, otros ocho adultos fueron condenados a "medidas sustitutivas de cárcel", expresó Benedicto Flores, campesino detenido.

La huelga de hambre se inicia en vísperas de que se concrete un diálogo entre las partes y que se derogue el decreto que suprime la libertad de expresión y de prensa por 45 días, anunciado por el presidente de facto Roberto Micheletti.



Fuente: http://www.telesurtv.net




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Honduras y los cascos azules

Salvador Capote

La crisis en Honduras permanece sin resolver y puede conducir a un conflicto de mayores proporciones con un alto costo para la oligarquía de ese país. No es extraño, por tanto, que en los círculos más reaccionarios de la nación centroamericana y también, desde luego, en los de Estados Unidos, se esté pensando ya en utilizar uno de los recursos de mayor efectividad para frustrar el ascenso al poder de los sectores populares. Esto es, imponer el envío de tropas “pacificadoras”, como los “cascos azules” de la ONU.
Si algunos ingenuos piensan que dichas tropas, ya sean de la ONU o bajo la bandera de otros organismos multilaterales, se integran de una manera equitativa, igualitaria, con la participación de todos los países miembros y que su función es crear y mantener la paz, viven en el mundo del realismo mágico. En la mayoría de los casos, si no en todos, la presencia de fuerzas extranjeras agrava y profundiza el conflicto y lo que mantiene no es la paz sino el statu quo, siempre en favor de las clases privilegiadas. Las llamadas misiones de paz de la ONU son financiadas casi totalmente por Estados Unidos y por los países europeos de la OTAN mientras que los soldados de fila provienen de países del Tercer Mundo. Unos son los que pagan y otros son los que mueren. Pero el que paga manda.
De acuerdo a datos oficiales, los cinco países que contribuyeron (año 2008) con mayor número de soldados a las misiones de la ONU fueron, siguiendo el orden que se expone: Pakistán, Bangladesh, India, Nigeria y Nepal. A los tres primeros corresponde una tercera parte de los 100,000 cascos azules desplegados en zonas de conflicto alrededor del mundo. Del último provienen los feroces gurkhas.
La ONU paga mensualmente al gobierno al que pertenece cada soldado $1,101, y $1,404 si éste domina alguna especialidad militar. El dinero lo cobra el gobierno que corresponde, el cual paga luego a la tropa la cantidad que estima conveniente (siempre una ínfima parte de lo recibido). Estos salarios, más el armamento, equipos y entrenamiento que proporciona la ONU, permiten a países pobres mantener una modernidad en sus ejércitos que de otra forma no podrían sostener. Surge así la paradoja de un militarismo incentivado por las misiones de paz. Por otra parte, como participar en estas misiones resulta lucrativo para los gobiernos y una forma de vida para los soldados, tanto los primeros como los últimos poseen un interés económico y militar en la prolongación de los conflictos.
Además, como la ONU carece de una logística propia, ésta depende absolutamente de los países desarrollados. Un funcionario de la ONU, el “Chief Administrative Officer” desempeña sólo un papel coordinador. Los países donantes, Estados Unidos en particular, determinan el flujo de abastecimientos y, por tanto, tienen en sus manos el control de todas las misiones aunque sus ciudadanos no participen. Y que nadie piense que éstas constituyen una carga económica para Estados Unidos y sus aliados. La intervención de las tropas de la ONU evita, hasta cierto punto, su presencia directa en los conflictos. Si la ONU no cumpliera esta tarea, ¿en cuántos lugares del mundo no estarían combatiendo o realizando funciones de gendarmería las tropas norteamericanas? Susan Rice, la nueva embajadora de Estados Unidos ante el máximo organismo internacional, citada por Jack Curry (1), afirma que la ONU realiza sus intervenciones por 1/8 de lo que costaría a Estados Unidos si actuara directamente. “Es un buen negocio –dijo- tanto desde el punto de vista de la seguridad como desde el punto de vista financiero”.
Estos soldados del Tercer Mundo tienen, casi siempre, muy bajo nivel de escolaridad, desconocen totalmente la historia, la cultura y la idiosincracia del país al cual son destinados, hablan probablemente un idioma distinto, no entienden las raíces ni las características del conflicto y la paga es su única o principal motivación. Debido a que actúan bajo la égida de un organismo internacional no clasifican como mercenarios, pero lo son en realidad.
En un estudio (Informe Machel) realizado por la ONU en 1996, Graça Machel, primera dama entonces de Mozambique, documentó: “En 6 de 12 investigaciones de campo realizadas para confeccionar este informe acerca de la explotación sexual de niños en situaciones de conflicto armado, el arribo de tropas de las fuerzas de paz se relaciona con un rápido aumento en la prostitución infantil”. Durante el conflicto en Bosnia, estas fuerzas se vieron involucradas en un sonado escándalo debido a que raptaban niñas para trabajar en burdeles como esclavas sexuales. Varios años después, el problema del abuso sexual a niños por parte de los cascos azules permanecía sin resolver. Un nuevo informe, preparado por la organización “Save the children”, publicado en mayo de 2008, denunció que “el abuso sexual de niños por trabajadores humanitarios y fuerzas de paz es común y los esfuerzos por proteger a los menores de estas agresiones son inadecuados”. “Save the children” basó su informe en visitas realizadas en 2007 a Haití, el sur de Sudán y Costa de Marfil. El estudio mostró un amplio espectro de abuso y explotación: niños intercambiando sexo por comida, sexo forzado, prostitución y pornografía infantil, tráfico de niños. El estudio ofrece el relato de un muchacho de 14 años que trabajaba en un campo de las fuerzas de paz en Costa de Marfil: “Nos piden especialmente niñas de nuestra edad. Generalmente son entre ocho y diez hombres que comparten a dos o tres niñas. Cuando sugiero una chica más grande, ellos dicen que quieren una niña pequeña”.
En un artículo publicado el primero de octubre de este año (2), el Washington Times señala que “el Congo es anfitrión del MONUC, acrónimo de la mayor y más costosa operación para mantener la paz en la historia de las Naciones Unidas. A pesar de una fuerza de 18,000 soldados y un presupuesto anual de más de $1.2 billones, las fuerzas de paz han sido incapaces de proteger a los pueblos y aldeas de los grupos rebeldes y de los soldados del gobierno”. Y cita al embajador de Austria, Thomas Mayr-Harting, diciendo que es “absolutamente imperdonable” que los civiles tengan que vivir bajo la amenaza de violencia donde está desplegada una misión de paz de la ONU. En el Congo, de acuerdo con el Fondo de Desarrollo para la Mujer de esta organización, cada día un promedio de 36 mujeres y niñas son violadas o torturadas sexualmente.
Para vergüenza nuestra, varios países latinoamericanos forman parte de MINUSTAH, acrónimo del nombre en francés de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití. No olvidemos que es el mismo Brasil cuya embajada en Tegucigalpa acoge al presidente Zelaya el país que la encabeza y cuyos soldados han masacrado, al menos en dos ocasiones, al pueblo rebelde pero indefenso de Cité Soleil. ¿Para qué ha servido MINUSTAH? –Para consagrar el golpe de estado de George W. Bush, en 2004, contra el presidente legítimo Jean Bertrand Aristide; para sostener la brutalidad del régimen espúreo interino de Gérard Latortue; para apoyar la persecución contra Lavalas; para sembrar el terror en los vecindarios considerados “pro-Aristide” de Bel-Air, Martissant, Grand Ravin, Pele y, por supuesto, en Cité Soleil. MINUSTAH no ha sido otra cosa que un ejército de ocupación que responde a los intereses de la elite haitiana y de la administración de Estados Unidos.
En una reciente y hábil iniciativa de la oligarquía hondureña, Adolfo Facussé, presidente de la Asociación Nacional de Industrias, junto a otros poderosos empresarios, dio a conocer a La Jornada un nuevo plan para salir de la crisis. Una de las propuestas del “Plan Facussé” es la creación de una fuerza multinacional que se encargue de hacer cumplir eventuales acuerdos. Esta fuerza externa –propone- estaría compuesta por tres mil soldados de Panamá, Colombia y Canadá. Pero ¡caramba!, ¿no es Panamá el único país que anticipa su reconocimiento al régimen que podría surgir de las elecciones de noviembre? ¿No es el ejército de Colombia el que bombardeó recientemente el territorio soberano de Ecuador para asesinar al comandante de las FARC Raúl Reyes? ¿No es Canadá un fiel aliado de Estados Unidos? Una fuerza multilateral formada por amigos de los golpistas sería como contratar al zorro para que cuide el gallinero. Me gustaría saber como reaccionaría la oligarquía hondureña ante una fuerza de paz con un contingente mayoritario venezolano y con un general bolivariano al frente.
Si los hondureños permiten la entrada en su país de una de las llamadas “fuerzas de paz”, estén o no bajo la bandera de la ONU, pueden dar por seguro que éstas no se retirarán hasta que la muy dependiente del imperio clase empresarial hondureña considere garantizados sus intereses durante los siguientes treinta o cuarenta años. No hay otra actitud digna que no sea la exigencia de la restitución inmediata y sin condiciones del presidente Manuel Zelaya; no hay otro camino válido que el de la resistencia.
Notas
(1) “Does the U.N. Serve American Interests?”, Jack Curry, PARADE, The New York Herald, Oct. 4, 2009.
(2) “U.N. rebukes nations over rape, torture”, Betsy Pisik, The Washington Times, Oct.1, 2009.
Fuente: alainet.org
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