Por Diana Canales
La violencia homofóbica tenía como raíz el golpe de Estado
El asesinato de Walter Tróchez desveló la homofobia como elemento político
del golpe de Estado
Tegucigalpa. Walter Tróchez, “era peligroso para el régimen, no por ser gay, pero seguramente pensaron que podían matarlo porque a la gente no le iba a importar, porque [él] era gay”, afirmó la doctora Adrienne Pine, investigadora sobre las “políticas de mano dura” en Honduras y profesora de la American University, en Washington.
“Walter fue un líder, y fue por eso que lo mataron, por ser líder, no por gay, no fue por homofobia, o por un crimen de odio”; pues, a Tróchez lo secuestraron una semana antes de que fuera asesinado, para interrogarlo sus captures, sobre las actividades que realizaba en la Resistencia, relacionó Pine.
Relata que la muerte de Walter la afectó “profundamente”, por lo que resolvió hacer una lucha internacional. Decidió traducir las cartas que había escrito Walter en los últimos meses, “que mostraron que fue un líder y que la homofobia surge, no como cultura sui géneris, sino dentro del marco de la violencia neoliberal”.
Tradujo a varios idiomas, dos escritos de Tróchez, titulados: “El Triunfo del Sionismo en Honduras”, y “El incremento de los crímenes de odio y homofobia hacia la comunidad LGTB, a raíz del golpe de Estado cívico-religioso-militar, en Honduras”.
Con lo que se daba a entender que “la violencia homofóbica tenía como raíz el golpe de Estado”. Walter “luchaba en contra de toda la violencia, pero bien marcado como una persona gay que había sufrido discriminación, más allá de lo que mucha gente sufre, y por eso entendió muy bien la violencia”, reflexionó Pine.
Política neoliberal, fascismo y LGTB
La identidad LGTB (Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans -travestis, transexuales y transgéneros-), se ha ido construyendo, en todo el mundo, en los últimos 25 años, dentro de un “marco neoliberal, alrededor de las ONG”, patrocinadas por organizaciones privadas, que financian, en especial, temas de VIH/sida y en contra de la homofobia.
Pero, “con una visión bien limitada de los que es la homofobia y de donde viene”, criticó Pine.
Las ONG, incluidas las LGTB, llegan a ser, de cierta forma, una “máquina anti política”, en cuanto se salgan del modelo indicado por las ONG, o del marco de la homosexualidad “aceptable”, citó al antropólogo, James Ferguson. Así es como “la gente LGTB reta al sistema y se vuelve peligrosa”, afirmó.
Algunos temas que la comunidad LGTB en cualquier país “puede tratar”, son vistos como “aceptables”: la homosexualidad, la autoestima, la educación para el VIH/sida enfocada en el uso del condón; pero, “sin tomar en cuenta las razones estructurales” de por qué la gente más pobre, sin acceso a servicios básicos, discriminada -como gay y trans-, tienen índices mucho más altos de VIH/sida…
“No es sólo por no saber usar el condón”, contrapuso.
Y agregó que al tratar el tema “como una cuestión solamente cultural, ignoran el hecho de que hay quienes se benefician de la homofobia. O sea, hay agentes de homofobia”.
Luchar fuera de ese marco,” en contra de la política neoliberal, es visto dentro la comunidad hegemónica, incluso por los mimos grupos LGTB, como una transgresión”. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las luchas más fuertes en la comunidad LGTB son, por el matrimonio entre personas del mismo sexo y para ser “soldados asesinos en las guerras del imperio”, ilustró Pine.
Según Pine, no sólo el neoliberalismo se beneficia de la homofobia. Históricamente, el fascismo y toda dictadura, tienen como aspecto central “el poder más macho”, y son quienes más sufren [LGTB] en el fascismo y en ese gobierno de facto de Michelletti, que “cumplía con todos los rasgos” que definen a un gobierno fascista.
El miedo a los libros, al intelectualismo, la quema de libros, el militarismo, el patriotismo excesivo y la homofobia son rasgos de la dictadura que la colocan en un marco fascista, que siempre dentro de ese marco lleva la homofobia, que creció bastante durante el golpe de Estado, detalló.
*Avanzada internacional por la lucha política LGTB y la reacción del
Departamento de Estado*
Rusia, Francia, Inglaterra publicaron las cartas traducidas por Adrian Pine,
quien, además, con un amigo periodista del Washington Post, divulgaron la
noticia del asesinato a Walter Trochez, lo que provocó “un escándalo” en la
comunidad gay internacional.
Tal que, llevó a reconocer que “la gente LGTB -al menos Walter- era protagonista dentro de la Resistencia”. Vino a constituir una “chispa” para esa comunidad porque “hay una sed de salir de los marcos de ONGs, del marco neoliberal, y luchar realmente contra el sistema”, aseguró la investigadora. En San Francisco, en Washington, “emocionó que la lucha salía de la política normal de sexualidad”. En Berlín, un mes después de la divulgación de las cartas surgió un grupo alemán denominándose, Alianza We're Walter Tróchez, contó.
Pine cree que la cobertura mediática sobre el asesinato de la hija de la comunicadora, Carol Cabrera, quien inculpó a la Resistencia por esa muerte, fue “una táctica para callar la bulla internacional” que ya se había provocado con la noticia del asesinato de Walter.
El grupo alemán hizo una protesta internacional en el día de la toma de posesión de Porfirio Lobo, para “hacer ver claro que se trataba de una continuación del estado de facto. Decidieron luchar no contra la homofobia en sí, sino como política que estaba en la base del golpe de Estado”, puntualizó Pine.
Fue a consecuencia de esa reacción de la LGTB internacional, que el Departamento de Estado que intentaba “fingir que no había violaciones de derechos humanos”, cambiara su actitud y, “de repente, dice, hay que investigar la muerte de Walter”. Pero, eso fue “una respuesta al activismo que llevamos a cabo internacionalmente”.
Un reporte de Human Rights Watch, antes del Golpe, argumenta que en Honduras hay una cultura de homofobia, “la que existe”. Pero, después del Golpe, mataron igual número de personas LGTB que en los últimos cinco años. “Sin embargo, el Departamento de Estado, niega la violencia del gobierno de facto y quiere culpar por ello, solamente a la violencia cultural de los hondureños”, indicó.
Recordó, que dos congresistas pidieron al embajador de Estados Unidos, Hugo Llorens, abogara por los derechos de la gente LGTB, ante Porfirio Lobo, quien ganó las votaciones en el régimen de facto, en una carta firmada por Ileana Ros-Lehtinen y Elliott Engel, subdirector del comité para América Latina.
Según Pine, “Engel no sabe ni papas de América Latina, lo pusieron a la cabeza de ese comité porque es el máximo sionista que hay, y quieren que en América Latina haya una política de sionismo”.
Aseguró que “la reunión de Ileana con un régimen no reconocido, fue un crimen de acuerdo a la Constitución de Estados Unidos, pero nadie le hizo nada. Es sospechoso que ellos dos, que son los más golpistas que pudiera imaginarse”, aparezcan como defensores de la comunidad gay.
“Hay que sospechar mucho de ese esquema, porque lo que están tratando de hacer es ponerlo dentro de un marco de cultura. Decir que el hondureño es atrasado, el hondureño es homofóbico, el hondureño es violento. Un discurso que también justifica la mano dura y todo tipo de represión a los hondureños”, alertó.
Adrian Pine, expuso en el foro sobre Diversidad sexual y Resistencia, coordinado por la Comisión de Comunicaciones y el Equipo de Reflexión y Análisis, como parte del proyecto de estudio para la transformación estructural de la sociedad hondureña por la que trabaja el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Fuente: Red Morazánica de Información