lunes, 31 de mayo de 2010

Honduras: huelgas de hambre sacuden al país

por Dick y Mirian Emanuelsson

Cinco huelgas de hambre sacude al país centroamericano en estos momentos. Desde campesinos a jueces, desde el poder judicial, educativo hasta los padres de familia ponen sus vidas en peligro contra lo que ellos llaman un sistema totalmente injusto y arbitrario.
No hay ningún congresista que puede ignorar o cerrarse los ojos ante la movilización popular en Honduras. El campamento de carpas que se ha armado a penas diez metros al lado el Congreso Nacional marca que algo huele mal en la tierra de Morazán.
Y la gente no se queda sumisa o conforme lo que dicen los “honorables diputados” de cuello blanco sino sale a manifestarse y lo hacen ahora en múltiples formas. Y una de esas formas de lucha es la huelga de hambre.

VIDEOS:


1. Los campesinos de MUCA en huelga de hambre por su derecho a la tierra:
http://www.vimeo.com/12144445


2. Los Padres de Familia que están con sus hijos y los profesores
http://www.vimeo.com/12135570


3. Huelga de hambre de los profesores en defensa a la educación pública

http://www.vimeo.com/12139911


4. Jueces por la democracia, 11º día:
http://www.vimeo.com/12142232


5. Un mes de huelga de hambre los Trabajadores universitarios de Sitraunah:
http://www.vimeo.com/11514754


Fuente: nicaraguaymasespanol.blogspot.com



Statement FNRP Colon, Aguan Valley

FNRP Colon
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FNRP

From the National Front of Resistance in the Department of Colon, Aguan Valley, Honduras, to the Honduran people and human rights organizations at the national and international level:

1. On Tuesday May 18th of the current year, the military commanders of the National Preventative Police, the Puerto Castilla naval base, the Fifteenth Battallion, representatives of the large landowners, Miguel Facusse, Reinaldo Canales and Rene Morales, together with some individuals believed to be businessmen from the municipality of Tocoa, Trujillo, Saba, Sonaguera and Bonito Oriental, met in the city of Trujillo with the aim of discussing mechanisms to eliminate leaders of the national front of resistence in the region of Aguan, the Campesiono Movement of Aguan (MCA) and the Unified Campesino Movement of Aguan (MUCA).

2.In the meeting a list of 36 leaders was presented for whom the landowners would pay a sum of 11 million lempira {Honduran currency} not including the large quantity of vehicles that they have already given to the police and military of the region.

3. The military and police continue to be in the region of Aguan and during the week of May 11-16 an additional quantity of members of military inteligence and the Honduran Air Force arrived in the region accompanied by military of COLOMBIAN ORIGIN.

4. They are carrying out undercover operations of the hired assasin type , using the profile information gathered by photographic cameras, video cameras and direct surveillence of leaders, acts that have been dennounced to human rights organizations in the previous weeks.


5. We hold the landowners of the zone, law enforcement, and the national army responsible for what may happen to the peoples' leadership in this region in the north of Honduras.

Here in Aguan No One Surrenders
May 22, 2010 - Tocoa, Colon,Honduras
NATIONAL FRONT OF POPULAR RESISTENCE IN AGUAN




El regreso de Mel

Por las declaraciones del presidente Lobo Sosa y la respuesta del ex-presidente José Manuel (Mel) Zelaya respecto a su retorno a Honduras, en el contexto de un acuerdo político garantizado de alto nivel, la posibilidad de que eso ocurra a corto plazo luce factible.

El presidente Lobo Sosa —antes de la emergencia por las lluvias torrenciales— había proyectado viajar a República Dominicana para participar en una reunión mundial que abordará la ayuda para la reconstrucción del devastado Haití, pero su principal objetivo sería entrevistarse con el ex-presidente derrocado para negociar una salida a la crisis política de Honduras.

Esta iniciativa, promovida o respaldada por el presidente Leonel Fernández en función del arreglo para que el ex–presidente Zelaya —escudado por el presidente Lobo Sosa— saliera del sitio a que estaba sometido en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, vendría a ser un eslabón esencial en el proceso final para la restauración del Estado de Derecho en nuestro país.

Sin embargo, al ser anunciado este propósito por el presidente Lobo Sosa, la reacción inmediata del radicalismo golpista ha sido cerrada y hasta colérica, con aires de amenaza y rebuscadas argumentaciones seudo-legalistas, similares a las que utilizaron al intentar disfrazar el golpe de Estado del 28 de junio/09 con un falso ropaje constitucional.

Esa reacción, en extremo violenta, lógicamente tiene el propósito de hacer abortar el regreso de Mel a Honduras y, al mismo tiempo, mantener al presidente Lobo Sosa con la camisa de fuerza que se vio obligado a aceptar para conseguir, en el interior de su propio Partido Nacional y la cúpula militar-religiosa-empresarial golpista, la formación del supuesto gobierno de “reconciliación nacional”.

Pero es precisamente esa camisa de fuerza la que ha bloqueado el trabajo diplomático, principalmente de Estados Unidos y de la OEA, para que el gobierno desprendido de las elecciones generales de noviembre/06, efectuadas en un régimen de facto, pueda normalizar sus relaciones con la comunidad internacional y Honduras sea reincorporada a plenitud en el SICA, la OEA y la ONU.

En tales circunstancias, el gobierno de “reconciliación nacional” ha caído en punto muerto, mientras se agrava la situación económica y social del país, por una parte, y, por la otra, la administración carece del financiamiento necesario para su presupuesto general, que en sustancial medida proviene de la cooperación internacional, cuyos desembolsos en su mayoría dependen de la reinserción de Honduras en el sistema interamericano y mundial.

En la respuesta, marcadamente positiva, del ex–presidente Zelaya al presidente Lobo Sosa (a quien le toma la palabra), éste le reitera su “voluntad de cooperar”, al mismo tiempo que alude al hecho de haber presentado “un plan para la reconciliación nacional”.

Pero también el ex-presidente Zelaya Rosales señala: “El grave problema que tiene en este momento Honduras, y al que debe responder el propio presidente, que es el representante oficial del Estado, y que se ha constituido en una afrenta a la comunidad internacional, es la inmunidad que en Honduras gozan los golpistas. La impunidad con que están cubiertos por los delitos de lesa humanidad y los privilegios que se les han otorgado”.

Fuente: Tiempo.hn

Condena mundial al ataque israelí contra ''Flotilla de la Libertad''

 La comunidad internacional reaccionó en contra del ataque israelí  a la Flotilla de la Libertad. (Foto: Efe)
La comunidad internacional reaccionó en contra del ataque israelí a la Flotilla de la Libertad. (Foto: Efe)

Condenas y gran conmoción ha causado en el mundo entero el asalto del Ejército israelí contra la ''Flotilla de la Libertad'', un grupo de seis embarcaciones que transportaban unas 10 toneladas de ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza, dejando varias personas fallecidas y decenas de heridos.


La Organización de Naciones Unidas (ONU) y gran parte de la comunidad internacional condenaron este lunes al ataque del Ejército de Israel contra la "Flotilla de la Libertad", compuesta por seis barcos que transportaban a más de 750 personas y unas 10 toneladas de ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, que dejó 19 muertos y varias decenas de heridos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró este lunes estar "conmocionado" por la sangrienta operación en la que Israel interceptó en aguas internacionales a una de la embarcaciones, supuestamente "respondiendo a una provocación".

Ban exigió explicaciones al gobierno de Benjamin Netanyahu y le solicitó que efectúe una investigación a fondo sobre el hecho.

"Condeno estas violencias. (...) Es vital que se lleve a cabo una investigación completa", subrayó.

El coordinador de la ONU para Oriente Medio, Robert Serry, y el director de la agencia internacional para los refugiados palestinos (UNRWA), Filipo Grandise expresaron su pesar por las víctimas a través de un comunicado dirigido a los medios donde manifiestan sentirse "conmocionados por la información de la muerte (...) Condenamos la violencia y hacemos un llamamiento para que cese".

Por otra parte, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ha pedido a Israel una "investigación completa" sobre el asalto, tras destacar su "tristeza" por lo ocurrido y ha enviado sus condolencias a las familias de los fallecidos y heridos en el ataque.

En su discurso en la apertura del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, se mostró "conmocionada".

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, también se pronunció en contra del ataque y condenó el asalto del Ejército israelí ccatalogándolo como un "acto inhumano del régimen sionista".

"El acto inhumano del régimen sionista contra el pueblo palestino y el hecho de impedir que la ayuda humanitaria destinada a la población llegase a Gaza no es una señal de fuerza sino de debilidad de ese régimen", declaró Ahmadinejad.

El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, expresó que el asalto es israelí es "injustificable" y se mostró profundamente consternado por las consecuencias trágicas de esa acción y pidió una rápida y profunda investigación sobre las circunstancias del drama a través de un comunicado emitido este lunes.

"Nada justifica el uso de semejante violencia la cual condenamos", cita el texto.Por su parte, la delegada general de Palestina en Francia, Hind Khouri, calificó este suceso de barbarie y llamó a condenarlo en el mundo entero. "Es hora de poner fin a la impunidad de Israel para que el diálogo avance", declaró a una radio local.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía advirtió que el incidente "tendrá consecuencias imposibles de compensar", mientras el primer ministro de ese país, Recep Tayip Erdogan, suspendió en Chile su gira en Latinoamérica ante lo sucedido.

Varios países, entre ellos Turquía, España y Grecia, llamaron a reunión a los embajadores de Israel en sus territorios para pedirles explicaciones.

También la Liga Árabe, organización que agrupa a 22 países, a través de su representante, Yusef Ahmed, convocó una reunión urgente y emitió un comunicado en el que condenó el asalto militar israelí, al cual calificó de "crimen" y de "acción terrorista", informó la agencia oficial de noticias siria SANA.


El ataque a la Flotilla de la Libertad, que se registró en horas de la madrugada de este lunes a 20 millas del territorio palestino, transportaba a más de 750 personas y toneladas de ayuda humanitaria a Gaza.

Mientras Israel reconoció la muerte de 10 personas, algunos medios de comunicación cifran entre 14 y 20 los muertos, en tanto los heridos se ubican de 30 a 60 personas entre los que hasta ahora se cree que podrían estar diplomáticos, parlamentarios y una ganadora del Premio Nobel de la Paz. En la flotilla viajaban ciudadanos de al menos 40 nacionalidades.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, aseguró que el ataque israelí fue una "matanza" y decretó tres días de duelo en los territorios palestinos.

"Consideramos que se trata de una matanza, y la condenamos", dijo Abbás en una declaración transmitida por la televisión palestina y agregó que "la agresión israelí tendrá peligrosas consecuencias en la región y en el mundo".

El coordinador del movimiento Jóvenes Palestinos, Saif Abushek, tras haber conversado con algunos miembros de la flotilla en la madrugada de este lunes, dio a conocer que los soldados israelíes preguntaban a los tripulantes cuál era el propósito de llegar a Gaza.


"Parece ridículo que pregunten eso, porque es una actividad que se ha anunciado desde hace mucho tiempo", dijo Abhushek.

Añadió que las personas a bordo de los barcos avistaron unos 14 helicóperos israelíes que estaban rodeando los barcos, al tiempo que cortaron las comunicaciones "con los adelantos tecnológicos de Israel".

Consideró que "un Estado racista como Israel no puede seguir formando parte de la comunidad internacional (...) se tiene que tomar el ejemplo de países como Venezuela, de tomar una posición dura con respecto a Israel.

El asalto provocó una ola de indignación entre la comunidad internacional el mismo día que se abría en Ginebra la decimocuarta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).


Fuente: teleSUR - Rnv - Efe - Afp - PL / dg - PR




Hugo Llorens y la libertad de expresión

Roberto Quesada

“La impunidad criminal no se debe permitir sobre todo cuando se presenta como un intento en contra de la libre expresión”:
Hugo Llorens, embajador de EE UU en Honduras

El embajador Hugo Llorens representa un hermoso país, en nuestro deteriorado casi país (de allí que cada día me convenzo más que no queda otro opción que refundarlo). Yo creo, no, casi estoy seguro, por ejemplo, de que los Estados Unidos, ante una crisis política, no deja de pagar a sus funcionarios en el exterior, por capricho o revanchismo político. Tampoco creo que clasificaría estos son golpistas y sí les pagamos, esto son constitucionalistas y por ello los castigamos. Tampoco creo que no les pague por casi un año, y, como si fuera poco, después simplemente les envíe una nota de desacreditación (sin siquiera enviarles gastos de traslado o de regreso a su país de origen) al lugar donde laboran, podría ser en un organismo internacional, digamos, por ejemplo, las Naciones Unidas. No, no es posible. Esto sería, sin duda, en códigos de derecho internacional: desterrar a sus conciudadanos, enviarlos al exilio, eso sería una grave violación a los Derechos Humanos, y, que cosas, en una organización, como lo es la ONU, que su función primordial es velar porque se respeten los derechos humanos en el mundo entero.
En los cambios diplomáticos el embajador saliente, por ejemplo, Jorge Arturo Reina, en el caso de la ONU, entrega al embajador/a entrante las cosas ya bastante encaminadas.

El o la entrante está en la obligación de que todo funcione bien: cuentas de funcionamiento pagas; cuotas dentro de las Naciones Unidas al día; y, sobre todo, clasifica el personal que se queda y el que se va. Al personal que se va se le cancela hasta su último día de labores, se habla con ellos por si tienen hijos en escuela o cosas pendientes para el tiempo que requiera en el país anfitrión, y, por supuesto, sus gastos de traslado y una nota de agradecimiento por los servicios prestados a la patria. Si no se hace nada de esto, se trata, sin duda, de una flagrante violación a los derechos humanos y de un acoso denominado persecución política. Mismo que puede interpretarse como acoso al funcionario, sobre todo si es periodista o tiene que ver con el mundo de la comunicación, con la intención de causarle sufrimiento económico y moral, y presionado a volver al país en donde lo más probable se le espera para ser asesinado bajo pretexto de asalto, marido celoso, suicidio o cualquier otra cortina de humo. No, en los Estados Unidos las cosas no son así.

Puedo decirlo, con propiedad, que en los Estados Unidos uno puede asistir, por la mañana, a una charla en una universidad o cualquier lugar del intelectual izquierdista Noam Chomsky, y por la tarde o noche, asistir a la del ultraderechista Samuel Huntington. Y para ambos, pese a lo opuesto de sus posturas, existe respeto por parte del gobierno estadounidense, así como por el pueblo. Sin duda, esta democracia es envidiable. Seguramente alguien me dirá que los Estados Unidos actúa así hacia el interior pero maneja otra agenda para su política exterior, es posible, pero no es el tema del que estamos hablando.

Muchas veces las ventajas que da la literatura no son económicas sino de tipo social, el acceso a los contactos. El hecho de que mi literatura haya sido reseñada por New York Times, que se estudie en muchos centros de enseñanza estadounidenses y que haya sido respaldada por el autor que en los Estados Unidos es considerado maestro de maestros, Kurt Vonnegut, me ha abierto puertas para ayudar a mi país (como cuando el huracán Mitch, por ejemplo), pero también para defenderme cuando estoy siendo víctima de ataques injustificados.

Precisamente, ante las amenazas que he tenido desde Honduras últimamente, de las que hablaré con toda la información en su momento oportuno, que estoy siendo perseguido por combatir de frente el golpe de Estado militar, y le he llamado como tal (de hecho hasta la FIFA tiene un anuncio contra el golpe de Estado en Honduras), pues hicimos la semana recién pasada, una reunión en casa (cosa que no es prohibida en los Estados Unidos) con diferentes organizaciones populares, entre ellas hubo representantes de Amnistía Internacional, que llegaron a informarse más de mi caso y para trabajar en torno a las medidas que tomaremos en los próximos días. Tenía sintonizado en la laptop Cholusat Sur, cuando anunciaron la transmisión del discurso del embajador estadounidense en Honduras, Hugo Llorens, con motivo del Día del Periodista hondureño.
Nos concentramos en el discurso y fue increíble como hubo voces de aprobación hacia lo expresado por el embajador Hugo Llores. Una dirigente me preguntó dos o tres veces, como si no pudiera creérselo: “Ese es mi embajador en Honduras”. Y yo siempre le reafirmé y reconocí públicamente el importante papel que está desempeñando el embajador Llorens para que se respeten los Derechos Humanos, la libertad de expresión y se encuentre el camino de la reconciliación nacional que lidera el presidente hondureño Pepe Lobo. Para que hicieran un balance les conté el discurso del Presidente del Colegio de Periodistas, tampoco podía creérselo, sin duda, el gran defensor del periodismo libre fue el embajador Hugo Llorens.

Y sinceramente creo que es bueno contra el golpe de Estado no tener un embajador o una administración estadounidense de extrema derecha, pues es probable que le hubiese dado el visto bueno al golpe y la arrogancia y el terror golpista estaría masacrando aun más a nuestros compatriotas. Y esto queda muy claro en la cita que aquí hago del periódico tegucigalpense La Tribuna (26/05/10): “Llorens señaló que el asesinato es un crimen terrible bajo cualquier circunstancia y aún más, cuando viola la protección especial que la sociedad y el gobierno les deben a los trabajadores de los medios de comunicación.

Para el embajador estadounidense, los asesinatos contra los representantes de los medios de comunicación “son un golpe directo al corazón de la sociedad civil y de la democracia”.

Debemos de quitarnos las vendas extremistas que ciegan y nos hacen desconocer méritos ajenos. Realmente el embajador Hugo Llorens ha jugado, y sigue haciéndolo, un papel protagónico a favor del respeto de los derechos humanos y la libertad de expresión. Y debemos recordar que un embajador no va a representar los intereses del país donde es asignado sino del país que lo asigna, pero, aun así, tratándose de una de las grandes potencias, el embajador Llorens ha tratado por todos sus medios de que llevemos la fiesta en paz… aun cuando le ha llovido desde las ex camisetas blancas (pues ya nadie las ve por ningún lado) hasta desde camisetas de otros colores… Ojalá el embajador Hugo Llorens así esté siempre de atento y comprensivo, pues en las condiciones que está Honduras no es de extrañas que escuche un tock tock tock en su puerta de otra u otro periodista solicitándole exilio.

Roberto Quesada: escritor y ex diplomático hondureño. Ex Consejero de Honduras ante las Naciones Unidas.

Fuente: tiempo.hn





@chavezcandanga: La revolución en Twitter

Por Ismael Enriquez*

Comunicador por excelencia, el presidente Hugo Chávez encabeza hoy en Internet una revolución paralela a la que lleva de la mano en Venezuela, que le permite acercarse más al pueblo gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación.

Devenido en un fenómeno mediático desde que empezara las transmisiones del programa Aló Presidente en la radio y la televisión estatal, Chávez incursiona ahora en las llamadas redes sociales, y al parecer, le quedan chicas para sus intenciones.

Semanas después de iniciar en Twitter su cuenta @chavezcandanga, el mandatario ya no daba abasto para responder tantos mensajes, y comenzó a delegar esas funciones en varios de sus ministros.

Las tecnologías no son neutras, su función depende de quién las use y con qué objetivo, arguye el gobernante, cuya amplia lista de contactos lo hace el venezolano más seguido en la red de redes, para beneplácito de unos y acidez de otros.

"Ahora voy a disparar por ahí a cualquier hora", prometió en una ocasión, y así lo ha cumplido.

Pero la envergadura de los pedidos, y el hecho de que los remitentes quedaban expuestos a burlas o engaños por hacer públicos sus contactos, llevaron al estadista a ir más allá, y ya cuenta con su blog, www.chavez,org.ve.

Según comunicados del ministerio de Comunicación e Información, la página del mandatario había recibido casi 50 mil visitas en las primeras 12 horas de creada.

El gobernante, que anunció su cuenta a las 12 y tantas de la noche del pasado 24 de mayo, tuvo que pedir mesura a sus seguidores, que por el Twitter le reclamaban de inmediato por qué no funcionaba el sitio web.

Dije que empezaría a las 8:00 de la mañana, todavía no está activo, tuvo que explicar.

@chavezcandanga

A cada momento, en cada acto, ya sea protocolar o de pueblo, Chávez apela a su dispositivo para actualizarse de los mensajes que le llegan, y es entonces, cuando saben que está revisando su cuenta, que muchos aprovechan para escribirle.

Frente a cada una de estas avalanchas, se dirige al ministro al que competa el tema en cuestión, y le da la tarea de seguirle el rastro al twittero o contactarlo para atender su denuncia o pedido.

-Comandante, soy un piloto comercial y desde que me gradué estoy sin empleo. Quisiera que me ayudara para entrar en (la aerolínea estatal) Conviasa- leyó hace unas noches al programa La Hojilla, de Venezolana de Televisión.

Ahí está, Diosdado (Cabello), acotó de inmediato al titular de Obras Públicas y Vivienda.

Parece un niño con juguete nuevo, le escuché decir a una venezolana.

Y es que el gobernante descubrió en Twitter una forma más directa de comunicación con el pueblo, que recurre a él ya sea para agradecerle, felicitarlo, brindarle apoyo, expresarle sus necesidades, buscar ayuda o denunciar irregularidades.

Si antes los venezolanos se quejaban de que al mandatario le podían esconder algunas realidades, ahora ellos mismos tienen la posibilidad de informarle los progresos y traspiés que da el proceso revolucionario en marcha.

Por ello, la cuenta @chavezcandanga crece cada día, a despecho de la oposición.

Sus seguidores sobrepasan los 430 mil, y no es extraño por tratarse de un hombre que encabeza un partido, el Socialista Unido de Venezuela, con más de siete millones de adeptos, y algunos millones menos de fervientes detractores.

A cada segundo se le suma un promedio de seis personas, no sólo de Venezuela, sino de tierras tan lejanas como Australia, Estados Unidos, Chile, desde donde alguien le escribió una vez para insultarlo por el rumbo socialista que quiere imprimirle a Venezuela.

Viva Allende, carajo, asegura el mandatario que le respondió.

El Twitter social y revolucionario.

La llamada red social Twitter permite intercambiar mensajes de texto breves, de no más de 140 caracteres, en los que los usuarios publican sus actividades cotidianas, pero el jefe de Estado ha encontrado en ella usos sociales y humanitarios.

"Esto me ha dado más trabajo del que tenía, pero me gusta, porque recibo información y puedo responder; me ayuda el equipo a dar soluciones, pero sobre todo puedo interactuar, es una revolución de verdad", dijo en su programa radio-televisado dominical Aló, Presidente número 357.

Alguien, como contara el propio Chávez, le recriminó que su cuenta parecía el Muro de los Lamentos. "¿Tantos reclamos no te dicen algo de cómo va el país?".

Sí, me dicen tres cosas, ha respondido en múltiples ocasiones

Uno: que el capitalismo es el reino de la injusticia.

Dos: que todavía estamos muy lejos de nuestro destino (el mandatario se trazó la meta de llevar a Venezuela hacia un sistema socialista que garantice la satisfacción de las necesidades básicas del pueblo) y

Tres, que al menos confían en este soldado, como se autodenomina, en doble alusión a su servicio a los venezolanos, y su pasado como oficial del Ejército.

Y la confianza que depositan sus seguidores encuentra oídos receptivos; decenas de personas recibieron gracias a ese medio la atención a un caso puntual de corrupción, asistencia social o médica, algún crédito para emprender un sueño, opciones de empleo.

"Ayer solucioné el problema de una persona. Estoy creando un equipo, por la avalancha de solicitudes; una que otra denuncia, la voy a procesar. Es un contacto bonito y bueno", comentó en una de sus tantas apariciones televisivas.

La retroalimentación es inmediata.

"Gracias mi presidente no esperaba menos de usted a la hora y el día que sea estoy a su orden para lo que requiera, acabo de hablar con el ministro Diosdado Cabello, muchas gracias a los dos, seguimos en contacto".

Así le agradecía @Roger_Amaya la voluntad del gobierno para solucionar una estafa habitacional y en palabras similares cientos de personas le expresan el mismo sentir.

Es esta una de la razones del éxito de Chávez en Twitter, que sobrepasa en número de seguidores a otros mandatarios, como el chileno Sebastián Piñera y el colombiano Álvaro Uribe.

(*) El autor es corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.

Fuente: tercerainformacion.es



Comunicado de la Resistencia de barrios y colonias ante situación de desastre

Comunicado

Los Núcleos de Barrios y Colonias del Municipio del Distrito Central, organizados en el Frente Nacional de Resistencia Popular, comunican a la población hondureña y la comunidad internacional:

  1. Ante el desastre humanitario que están ocasionando las incesantes lluvias en todo el territorio nacional y que afectan especialmente a las familias que viven en lsituación de vulnerabilidad que general el sistema económico y social imperante, nos declaramos en alerta para socorrer a nuestras hermanas y hermanos en situación de peligro.

  2. En ese sentido, llamamos a la población de Francisco Morazán, y en especial a los todos los Colectivos de Resistencia, para manifestar su solidaridad mediante el aporte de alimentos no perecederos o enlatados, frazadas, ropa, zapatos, medicinas, colchonetas, herramientas como picos, palas, piochas, linternas, agua en bolsa, pañales desechables, leche en polvo y otros materiales que puedan servir para auxiliar a los damnificados. Mañana lunes 31 de mayo a las 9:00 am instalaremos indefinidamente un centro de acopio en la Plaza La Merced, ahora bautizada como Plaza de la Resistencia, para recibir las donaciones.

  3. Anunciamos que los Colectivos de Resistencia de Barrios y Colonias están preparados para organizar cuadrilla de auxilio y limpieza donde sea requiera.

  4. Convocamos los Frentes Locales de Resistencia en otros lados del país, para apoyar las labores de rescate, apoyo y recuperación de las familias afectadas por este desastre natural.

¡Resistimos y Venceremos!

Tegucigalpa M.D.C. domingo 30 de mayo de 2009




Foosball with the Devil: Haiti, Honduras, and Democracy in the Neoliberal Era

Adrienne Pine

From the perspective of Honduran and Honduranist scholars, the most common reference to Haiti is as a point of hemispheric comparison. Whether measuring GDP per capita, state legitimacy and citizens’ political tolerance, or corruption, the phrase “Honduras ranks last…after Haiti” seems to be de rigueur. This is no coincidence: the policies and structures that have effected extreme poverty and highly concentrated wealth in both places are very much connected.

Although the scope of devastation in the January 12 Haitian earthquake — as measured first in the number of people who lost their mothers, brothers, uncles, classmates, neighbors, and partners — is nearly unprecedented comparisons will (and should) be made. The most obvious comparison between the Haitian earthquake and Honduras would seem to lie with Hurricane Mitch, which devastated the Central American country in 1998, taking with it the lives of thousands of fathers, sisters, cousins, friends, and coworkers. And there are a number of other easy parallels. Both are spoken of as “natural” disasters despite the fact that in each case it was structural violence that made the natural phenomena so deadly. In both cases, stories of graft and mismanagement of aid distribution boggled the mind. Both provoked outrageous responses from U.S.-based televangelists. And both disappeared from the international media within a month.

But beyond the latest, greatest “natural” catastrophe, it is last year’s military coup in Honduras that most clearly highlights the similarities between the two countries.

In 1999, I met the owner of a maquiladora (textile processing factory) producing clothing in the industrial town of Choloma, Honduras, through one of his employees, Lesly Rodriguez (the same Lesly who had been instrumental in bringing down Kathy Lee Gifford in 1996 by exposing the fact that her WalMart clothing line was produced in Honduras by young girls working under abusive conditions). I’ll call the owner Jack. Jack was close friends with Gap’s founder, Don Fisher (1928-2009), and spoke with nostalgia of the first 1969 Gap store in San Francisco, which sold “Levis, records, and tapes.” When Fisher decided to create his own brand, he took the then-innovative decision to subcontract and internationally outsource all production (thus lowering costs and removing Gap from direct responsibility for labor conditions in factories). To set up these factories, he called upon Jack. Over the following decades, Jack set up and ran factories in countries throughout Latin America and the Caribbean to produce Gap and Gap Inc. clothing lines, including Old Navy and Banana Republic. It bears note that the presence of the latter brand is a bitter irony in Honduras, the original “banana republic,” so named for its forced dependence on banana companies that employed mercenary armies to carry out numerous coups in the early 1900s, allowing them free reign to expropriate lands, exploit workers, and shirk paying taxes on the profits off their “green gold.”

Jack, who was not seen as a particularly bad boss by his employees (at least the ones I knew), allowed me to interview him on the condition that I not use a tape recorder. In an evening filled with fascinating stories, he told me of his days running factories for the Gap in Haiti during the Baby Doc Duvalier regime, recalling with a laugh his comfortable living situation: a mansion just down the street from the Duvalier residence. “Wait — ” I interjected, taken aback, “You knew Baby Doc?” “Did I know him?” he responded, “Hell, I played foosball with Baby Doc!”

I admit, I’ve been waiting to find an article into which I could insert this anecdote for a long time. And to be honest, at the time I found it funny. But in the context of both the Honduran coup and the very unnatural disaster in Haiti, the close relations between authoritarian military regimes and the maquiladora industry are no laughing matter. In both countries, the industry in the military-industrial complex is not producing weapons but rather sneakers and perky summer frocks for U.S. consumers. Free trade zones were introduced in both countries during 1970s military dictatorships, and became central to Reagan’s “rollback” strategy (“rolling back communism” in our “back yard”) under the Caribbean Basin Initiative (CBI), which (first implemented temporarily in 1984 and now made permanent) gives preferential tariff and trade status to countries not designated by the United States to be under communist influence or to have expropriated U.S. property.

Haiti and Honduras, two of the most indebted countries in the hemisphere (again, the superlative comparison), have been easy prey for the neoliberal policies of the International Monetary Fund (IMF). But where did that debt come from? Haitians were forced by the French in 1825 to repay the cost of their value as slaves (and other French “property” lost when Haiti won its independence) to the tune of $21 billion in today’s dollars. So who, then, was the “devil” that — as Pat Robertson so sagely proclaimed on the 700 Club on January 13 — freed them from the French and left Haitians “cursed”? Perhaps we can understand it as militarily-imposed debt.

Although the debt to the French was paid off by 1879, the damage to Haiti’s economy and infrastructure was irreparable. Deeply indebted to U.S. financiers, Haiti was brutally occupied by U.S. forces from 1915 to 1934. Violently-imposed debt, combined with aggressive U.S. and Canadian trade practices (in particular, the rice export policy imposed by former President Clinton) and intermittent U.S. and U.S.-supported military attacks, have starved countless Haitians out of their houses, towns, and country over the past two centuries, systematically preventing them — despite the country’s wealth of natural resources and rich agricultural farmlands — from being self-sufficient. Meanwhile, by 1888 Honduras had accumulated a debt — to finance railroad projects benefiting U.S. investors — that was so high that at “prevailing land values, Honduras could not repay such a debt by selling its entire national territory.”[1] Those railroad projects were never completed, but Honduran tax revenues that might otherwise have gone into things like schools, hospitals, electricity, or roads, went into paying off British loans until 1953.

Although the specifics are different, the structure in both cases is the same: as a result of a violent colonial legacy of debt and ongoing military interventions (including, in the case of Honduras, the numerous banana coups of the early 20th century mentioned above), the sovereign countries of Honduras and Haiti have never been able to exercise any form of democratic control over their national resources. This has been compounded by the fact that both countries have armies that exist only to confront internal threats, and a history of death squads. Battalion 3-16 in Honduras, which tortured and disappeared hundreds of Hondurans in the 1980s, and the FRAPH, which during the early 1990s tortured and murdered thousands of Haitians, received funding and training from the CIA, and operated with the full knowledge of the U.S. embassy. Here we confront an historic continuity, not in “poverty,” “underdevelopment,” “backwardness,” or any other misleading description that places the onus on Hondurans and Haitians for their plight, but in imperialism and military force used in the service of businesses serving a U.S. market.

Lest this description appear to be too much of a caricature of U.S. domination, let us be clear about two things: first, in both cases local elites have played pivotal roles in collaboration with the U.S. — and Canadian — governments and investors in violently suppressing their compatriots, and second, Hondurans and Haitians have passionately and valiantly fought military and economic imperialism every step of the way.

Let us explore — albeit far too briefly — the above two points. In the first lies a particularly delicate and difficult-to-approach similarity between Haiti and Honduras. In both countries, especially over the past few decades, the local elite have been increasingly made up of a group of citizens of Arab descent (and, in each case, one main Jewish family, Biggio in Haiti and Rosenthal in Honduras). There are significant distinctions: in Honduras, the Facussés, Canahuatis, Handals, Laraches, and Kafatis (among others) are primarily of Palestinian descent, whereas in Haiti, families like the Boulos, Apaid, and Mourra (one half of the “BAMBAM” — a Haitian term for the ruling elite, formed from family initials) are primarily of Syrian and Lebanese descent. It was Arabs from British Mandate Palestine who migrated to Honduras, while Arabs primarily from French Mandate Syria (which then included modern-day Lebanon) migrated to Haiti, at a time when the British and French were thickly involved in imperial projects in Honduras and Haiti, respectively — a fact that points to the ongoing legacy of classical European imperialism in both countries.

Aside from geographical origin, however, another difference between the Honduran and Haitian cases is the degree of integration of these ethnically-marked groups in politics. In Honduras, this integration is relatively recent but notable: President Carlos Flores Facussé (1998-2002), current foreign minister Mario Canahuati, and member of Congress Carlos Kattán are just a few of the dozens of Honduran politicians of Arab descent. In Haiti, Arab-identified elites have played powerful behind-the-scenes roles in politics — for example, André Apaid Sr. was a strong supporter of Duvalier, and his son, André Apaid Jr., is the leader of the group of 184, associated with the U.S. Agency for International Development and the U.S. federally-funded “National Endowment for Democracy” (NED), which collaborated with the U.S. military to oust Aristide in 2004. However, they have been unable to succeed in getting voted into power, to a large extent owing to a phenotypical difference between them and the rest of the population — understood in racial terms — that does not exist as such in Honduras.

Now, in and of itself, the ethnic makeup of the elite would not necessarily be remarkable. Prior to the ascent to economic power of a few Arab-descended families, each country was controlled in much the same violent way as it is today by a few ethically and/or racially-marked criollo (Honduras) and mulatto (Haiti) families.[2] And indeed, those families have not all been replaced by people identified as Arabs; the oligarchy does not operate as a solid impermeable block (or even exist as anything other than a reified category I adopt here for simplicity’s sake, for that matter). The reason that the high concentration of families of Arab descent within the elite is important is because of the way it is interpreted and experienced in each country. Despite the significant presence of people of Arab descent in each place since World War I, there is an strong current of xenophobia that runs in both directions. In Honduras, Arab-Hondurans are regularly depicted, using racist tropes, as foreigners/internal colonizers with stronger ties to their perceived homelands and the United States than to their fellow Honduran citizens. While accusations of this sort are not entirely unfounded, they nonetheless lead to complex prejudices and a sense of exclusion that is often expressed in ethnic-nationalistic — rather than class — terms.[3]

In both countries, families of Arab descent are particularly heavily invested in the maquiladora industry, which has benefited more from IMF and World Bank liberalization policies tied to debt relief than any other industry. Free Trade Zones set up with the aim of attracting foreign investment capital to exploit the countries’ cheap labor without paying taxes also attracted these local elites (adding to a sense among locals of non-Arab descent that the oligarchy is a foreign enemy among them). If these industries were taxed even minimally, that income could have been used to strengthen infrastructure and thus provide equitable access to resources, and popular access to allegedly democratic governments. Such access could have resulted in death tolls from both Hurricane Mitch and Haiti’s earthquake closer to those from events of similar magnitude in countries with an infrastructure equipped to deal with them, just as the deaths of thousands of people during Hurricane Katrina can be blamed on poor infrastructure and lack of democratic process in the implementation of policies benefiting powerful business interests. But instead of holding maquiladoras democratically accountable, regressive taxation policies imposed from the outside in combination with other neoliberal policies mandated as a condition of debt relief, have resulted in an increased concentration of wealth, the privatization of public infrastructure, and the impoverishment and disenfranchisement of ever larger numbers of citizens in Honduras and Haiti.

And here we come to part II of our caricature-challenge. How have Hondurans and Haitians responded to this disenfranchisement? Not by resorting to their criminal “nature,” nor by accepting oppression as “tradition” or fighting it with brujería or voodoo, as the racist northern press imagines. The people of Haiti — a nation born in true popular struggle for liberation, in contrast to the largely criollo rebellions that brought independence from classic colonialism throughout Latin America — have continued to demand justice and democracy, loudly and firmly, throughout their history as a nation, even as they (like so many others throughout the world) are often consumed by the day-to-day struggle for survival. Likewise, Honduran history is full of examples of rebellion against structures of violence and disenfranchisement, from the 1954 banana strike that reconfigured labor relations in that country to the contemporary militant labor unions organized by teachers, maquiladora workers, and banana company, healthcare, and telecommunications workers (among others) who periodically shut down entire industries. Added to the traditional union and peasant movements in both countries are newer groups focused on the environment, women’s rights, health access, and in Honduras, LGBT rights, Garifuna and indigenous rights, that have mobilized against anti-democratic and oligarchic structures of power. In both countries, liberation theology has played a key role in shaping and sustaining opposition movements. Aristide is, of course, himself a former Roman Catholic priest, and the Honduran resistance holds among its iconic figures Father Guadalupe Carney, a U.S. priest who was likely killed by Battalion 3-16 in 1983, and Father Andrés Tamayo, a longtime leader in the struggle for environmental justice in Honduras who was stripped of his Honduran citizenship while accompanying President Manuel Zelaya in the Honduran embassy last September.[4]

And how have local elites and the United States dealt with these movements? In both countries, recent military coups are directly tied to maquiladora owners’ outrage at minimum wage increases ceded by populist presidents in response to massive popular movements. In Haiti, the above-mentioned Apaid family’s opposition to Aristide was rooted in Aristide’s 1991 minimum wage hike, which threatened the profits of the Apaid maquiladora empire, Alpha Industries. And although, after his first ouster that same year, Aristide was forced to embrace neoliberal policies favoring sweatshop labor accompanied by little or no infrastructural development, that apparently wasn’t enough to prevent him from being violently kidnapped and removed from power a second time in a coup funded by the Canadian and U.S. governments through the Canadian International Development Agency (CIDA) and the International Republican Institute (IRI), and executed by Haitian security forces and the U.S. military.[5] (Of course, his demand that France pay over $21 billion in reparations did not earn him points with Haiti’s former colonial masters or their allies either.) Current President René Préval, meanwhile, took these lessons to heart: he refused to sign a bill the Haitian parliament had approved to raise the minimum wage to $5 a day, sparking numerous protests (apparently deeming them less of a threat than another U.S.-supported military coup).[6]

In Honduras, in December 2008, President Manuel Zelaya signed a minimum wage increase into law of $109 (in urban areas) and $33 (in rural areas) per month, bringing the monthly minimum wage to $290 and $213, respectively.[7] As in Haiti, the response from maquiladora owners — particularly those belonging to the national elite — was outrage. This fury was accompanied by a well-funded smear campaign in the newspapers owned by the same elite — Jorge Canahuati Larach, Carlos Flores Facussé, and Jaime Rosenthal are the most powerful media owners in Honduras, and all have significant direct or family investments in the maquiladora industry. The straw that broke the camel’s back, of course, was Zelaya’s agreeing to the demand of an increasingly powerful popular movement that he take steps toward holding a popular constituent assembly on constitutional reform. He was ousted on the day that a non-binding poll — asking citizens whether a referendum on convening such an assembly should be held as part of the November elections that signaled the end of his term in office — was to be held.

Since the June 28, 2009, military coup, the actions of the Obama administration — though at times in apparent contradiction with its rhetoric — have fully supported the de facto coup government of Roberto Micheletti and his successor, Pepe Lobo. The Obama administration circumvented the strong multilateral position of the Organization of American States (OAS) demanding Zelaya’s unconditional and immediate return to power by imposing talks that recognized the de facto regime and never removed the U.S. ambassador, Hugo Llorens, from Tegucigalpa; it refused to officially characterize the military coup as such or impose appropriate sanctions; it never spoke out against the over 4,000 specific human rights violations carried out by the regime against members of the non-violent resistance between the coup and the November elections and documented by Amnesty International and the Inter-American Human Rights Commission; it funded and administered the November elections through the National Democratic Institute (NDI) despite the fact that dozens of anti-coup candidates (including a presidential candidate whose arm had been broken by security forces of the de facto administration) had withdrawn their candidacies in protest of the conditions under which they were being held, and the UN, the European Union, the OAS and the Carter Center had refused to send monitors; it betrayed the Guaymuras accords calling for Zelaya’s reinstatement — and the list goes on and on. In running roughshod over Honduran aspirations for democracy, the administration has enjoyed the support of Washington lobbyists like Lanny Davis and Peter Schechter paid by coup financiers, think tanks like the Interamerican Dialogue, mainstream media outlets like the Washington Post and CNN, and even the Washington Office on Latin America.[8]

In both Haiti and Honduras, violent usurpations of recent governments have been interpreted by historians as “Post-Cold War” or “New Millennium” coups, and by political economists and politicians as a challenge to Venezuelan President Hugo Chavez’s so-called “21st Century Socialism.” These interpretations are wrong. The recent coups in Haiti and Honduras are neoliberal coups, carried out to prevent the democratic urges of citizens of corporate states from taking root, so that maquiladoras, agribusiness, mining, and other tax-exempt or undertaxed industries can continue to exploit workers, destroy the environment, and make enormous profits while receiving funds to do so from international lending institutions. But the opposition is also, in large part, a product of neoliberalism. The scope and force of the resistance to the coup in Honduras took everyone by surprise, but the resistance movement would not have emerged had not the increasing disenfranchisement and impoverishment of the vast majority of Hondurans through neoliberal practices in the preceding decades set the conditions for it.

The U.S. and Canadian press has failed miserably to recognize Hondurans and Haitians as agents in their own national destinies fighting (our) violent economic and military imperialism. As Honduran scholar Karen Bähr Caballero wrote on January 19:

[M]ainstream media sources … continue to reduce the resistance movement to a group of “Zelaya supporters.” … With one click of a keyboard, these media have created a caricature of the real demands of a movement whose members have not only articulated their condemnation of the coup and defense of Honduran democracy, but who demand the reformation of their country on a basic, not superficial level — one that is truly democratic, socially just and inclusive.

In Haiti, we have seen how the media industry satisfies the morbidity of the consumers of suffering, representing them as pathetic victims, and as of the last few days, as criminals, looters of stores and violators of the sacred holy right of private property. But even worse is that we are consistently seeing Haitians portrayed as being responsible for what is happening to them …

It is in this way, with their historic demands for democratization and autonomy, that Hondurans and Haitians invaded the symbolic territory ruled by the power of the local and global elites. It is of little importance whether they are confronting a North American businessman, a Honduran banker or a Haitian consul in Brazil — any person in power senses the threat to their ability to control the way people can live their lives, whatever the impact on the majority might actually be.[9]

In addition to the roles of neoliberal coups and the media, the disenfranchisement of Hondurans and Haitians has been carried out through “democracy” itself. Journalist Anzel Herz notes that “the coup was ‘legitimized’ through the election of Lobo even though the election was a sham, and the opposition repressed on the day it happened…and in Haiti, since the coup, Lavalas [the party of Aristide] has also been excluded through elections and repression.”[10] In both cases, the NED and its subsidiaries the NDI (affiliated with the U.S. Democratic Party) and the IRI (affiliated with the Republican Party) were deeply involved in these shadow theaters of democracy.

So what hope does the future hold? That depends on the ability and willingness of citizens who have been the victims of foreign and local investors bolstered by imperialist debt-centered and military policies, to persistently identify and resist these forces. On a state level, much of Latin America has signaled its displeasure with the violence of neoliberalism by forming new alternatives to it. States are reassessing their commitment to debts with roots in colonialism, and forming regional political and economic blocs (e.g., Mercosur, ALBA) that challenge the most virulently anti-democratic features of neoliberalism. The explosion of new military bases in U.S. client states Colombia, Panama, and now Honduras reflect not a regional kowtowing to the North (and to be sure, the processes by which the agreements to bring new bases and troop increases to those countries were in each case profoundly undemocratic), but rather a reaction of Washington to a strengthening Latin American opposition to U.S. military occupation of their countries; both Bolivia and Ecuador have recently outlawed foreign military bases. And on February 22, while the U.S. militarization and blockade of aid to Haiti was still a source of international outrage, the Latin American and Caribbean countries voted to form a new regional bloc for all the countries in the hemisphere except the United States and Canada. This decision, directly related to the U.S. and Canadian interference in the attempts (with the broad multilateral support of all other Latin American and Caribbean countries) of Hondurans to retake their democracy, holds great promise. The violence of neoliberalism today manifests itself most clearly in the dead bodies of Honduran resistance members and Haitians killed not by a relatively minor earthquake (Chile’s February 27th earthquake was 500 times stronger[11]) but by willful neglect. But through real opposition starting at the grassroots, U.S., Canadian, and local untaxed investors will no longer enjoy playing foosball with brutal military dictators or other such devils. Instead, the daughters, aunts, grandfathers, teachers, colleagues, and lovers of the Hondurans and Haitians who have needlessly died over the past year will live to achieve the democracy they have so long been denied.

Fuente: newpol.org/fromthearchives?nid=343