Nuestra palabra, Radio Progreso, 11 de diciembre
Debido a que todos los ciudadanos somos actores participativos de la realidad social con frecuencia no somos conscientes de la imagen que proyectamos. Por eso es bueno que actores o instancias externas a la realidad del país hagan balances acerca de cómo funciona nuestra democracia o cómo es nuestro comportamiento democrático. Por eso es bienvenido el último informe de la Universidad de Vanderbilt “Consolidación de la democracia en tiempos difíciles” pues nos ayuda en la nada fácil tarea de descubrir “cómo nos ven” desde fuera.
Primeramente nos señala cómo la crisis económica afectó a nuestra economía en varias apartados: reducción de las exportaciones, de la inversiones extranjeras directas, de las remesas y de las entradas por el turismo. Además de los efectos de la crisis financiera mundial, la economía hondureña ha sufrido el bloqueo del financiamiento externo y se ha reducido la cooperación internacional debido al “golpe de Estado de JUN 2009”. A todo ello se añaden los efectos devastadores de los fenómenos naturales: epidemia de dengue, las sequías e inundaciones.
La crisis financiera mundial ha golpeado a la economía hondureña doblemente. En primer lugar, la desaceleración económica de los EE UU, que es el principal mercado para las exportaciones hondureñas, significó una reducción considerable de las mismas y el aumento del déficit. En segundo lugar, al aumentar el desempleo en EE UU motivó el endurecimiento de una opinión pública contra los inmigrantes. Y, al mismo tiempo, impidió el que los hondureños pudieran seguir enviando la misma cantidad de remesas a como lo hacían anteriormente.
A nivel político, Honduras fue el país de Centroamérica que experimentó mayor retraso en cuanto a su democracia. Honduras fue retirada de la lista de democracias electorales y calificada como de “parcialmente libre”. Se culpabilizó al gobierno anterior por la crisis económica. Mientras más bajo es el nivel de riqueza mayor es el número de personas que vieron reducidos los ingresos familiares. Es decir, que la crisis ha afectado más a los pobres que a los ricos, lo cual hace que aumente aún más la desigualdad del país.
La “inseguridad” se manifiesta en la persistencia de actividades criminales por pandillas y la victimización de la delincuencia. La percepción ciudadana es que “la corrupción” de los funcionarios es generalizada. Con respecto a la “tolerancia política” Honduras ocupa uno de los lugares más bajos. Tanto el apoyo a los “golpes de estado” como a las “ideologías” son los dos factores más importantes en la determinación de la tolerancia política. El hondureño medio es calificado como “no-democrático”.
A pesar de todo esto, los hondureños se ubican en lugares relativamente altos en cuanto a “confianza interpersonal” se refiere. Sin embargo, los “niveles de participación en organizaciones de la sociedad civil” ha disminuido desde el 2005. También se reporta la “disminución de los niveles de participación en el gobierno local y en las municipalidades”. Lo mismo en lo referido a las peticiones y/o propuestas a los funcionarios gubernamentales.
Ciertamente, son unas breves pinceladas de lo que es nuestra democracia. No persigue la finalidad de aguar la mentalidad de “aguinaldo navideño” que nos invade a todos en estos momentos, sino, más bien, de hacer los “correctivos navideños” necesarios para que nuestra vida política nacional comience un “nuevo año” de democracia participativa, inclusiva y más justa.
Fuente: Radio Progreso