Por Carlos Palacios
El golpe de estado en Honduras, fraguado por un pequeño grupo de empresarios, militares y representantes de diplomáticos de Estados Unidos, deponiendo al Sr. Manuel Zelaya, electo democráticamente como presidente de la república de ese país, se ha concretado después de 6 meses de intríngulis político que movilizo a organizaciones de diferentes latitudes del continente americano y europeo, en la que prioritariamente se rechazaba la deposición de mandatarios por golpes de Estado, que tanto daño han causado a los países que los sufren. Se condenaba tal práctica, que se creía erradicada desde los años 80 en los países de Centroamérica, por ser la causante de graves violaciones a los Derechos Humanos, el genocidio, la tortura y el exilio.
La condena al golpe de Estado en Honduras, por los países que conciben la democracia como el poder y la voluntad del pueblo ha sido vigorosa rechazando el empecinamiento de los golpistas que ha sido acérrimo y brutal, y quienes ignoran toda opinión contraria y hasta expulsando a funcionarios de la OEA, buscado una solución al conflicto. La estrategia de los golpistas era “ganar tiempo” para legitimar su crimen, y llegar a las elecciones previamente calendarizadas sin la restitución de Zelaya, utilizando los artificios y dobleces de sus elaboradas leyes a su medida, que la comunidad internacional deslegitima por ser celebradas por un gobierno de facto.
La conclusión es clara. La derecha política del país -la oligarquía- cocina y ejecuta el golpe de Estado, para quitar de su camino las posibilidades democráticas de un pueblo tan expoliado como lo es Honduras. Su temor a la realización de programas de beneficio social que las condiciones miserables demandan y las que son interpretadas como una amenaza a un sistema obsoleto y cruel, indiferente a la cada vez más deteriorada sociedad catracha, que les permite enriquecerse ilimitadamente aunque sea costa de su paupérrimo pueblo.
El problema toral, ya no es la persona de Manuel Zelaya, Presidente elegido democráticamente como presidente de Honduras, el problema ha cobrado las dimensiones correctas de prever que “ese golpe de estado” representa un mal antecedente a manera de licencia para la toma brutal del poder, en el contexto latinoamericano para acomodar gobiernos afines a los intereses de las oligarquías por medio de “golpes de estado y luego convocar a elecciones” y declarar una amnistía para los delincuentes golpistas, como lo declara el Sr. José Lobo, ante los medios el día 28 de Noviembre y quien según el Tribunal Supremo Electoral ganara las elecciones celebradas el de Diciembre. Entidad que no ha querido revelar las cifras completas de las votaciones, cuantos se inscribieron y cuantos votaron, cuantos votos nulos, etc. lo que hace pensar en dudosos manejos del proceso electoral, previamente descalificado por la comunidad internacional.
Por eso debe reiterarse el grave error de Estados Unidos de ayudar a cocinar el golpe, avalarlo y reconocer a gobiernos de facto. Actitud que incentiva la brutalidad, el cinismo y la ruptura por un futuro más justo. Ya los grupúsculos políticos producto de un sistema viciado y corrupto, alzan sus amenazas golpistas descaradamente, como lo hiciera el Diputado Alfredo Luis Jaeggli.:
(La Nación Paraguay, 13 NV 09)
El senador liberal, Alfredo Luis Jaeggli, aseguró que existe un plan para "sacar" al presidente Fernando Lugo de la primera Magistratura. Indicó que esto debe ocurrir antes de los próximos seis meses, ya que luego, indicó, será imposible porque los grupos sociales que lo respaldan se "están fortaleciendo". Anuncia más recortes.
"Yo creo sinceramente que el presidente se va en poco tiempo", expresó Jaeggli para luego confesar que existe un plan para "sacarlo" del Gobierno. Indicó que se podrían utilizar resortes legales como el juicio político; y que la idea es iniciada porque el jefe de Estado es "un inútil".
Tras manifestársele que los sectores sociales que respaldan a Lugo no permitirán este hecho, Jaeggli dijo que éstos "no son fuertes todavía". Sin embargo, inmediatamente apuntó que si pasan seis meses el plan se puede frustrar. "En 6 meses ya no le echas porque estos grupos se están fortaleciendo", aseguró.
"Absolutamente así va a ser", respondió Jaeggli tras ser consultado en radio.
A este tipo de prepotencias se debe agregar la denuncia del Presidente Daniel Ortega de Nicaragua, quien denunció:
MANAGUA (AFP) - 15-11-2009
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó al presidente de la Internacional Liberal, el eurodiputado holandés Johannes van Baalen, de haber sondeado las condiciones para un supuesto golpe de Estado en su contra en la reciente visita que realizó al país para promover la unidad en la oposición.
Según Ortega, durante su paso por Managua Baalen también pidió reunirse con los altos mandos del ejército nicaragüense con el "pretexto" de saludarlos con motivo de 30 aniversario de su fundación, pero sus intenciones eran otras. "Ya cuando estuvo en la reunión, él (Baalen) quería conocer realmente hasta dónde el Ejército nuestro tenía la misma actitud del ejército de Honduras, pero se encontró con una actitud patriótica" y "rechazo de parte de nuestro Ejército", dijo en declaraciones publicadas este domingo por la prensa local. En Nicaragua estaba viendo "si encontraba un Ejército como el de Honduras (y) luego se trasladó a Honduras, donde nombró al golpista que se dice presidente", Roberto Micheletti, "vicepresidente de la Internacional Liberal (IL)", cuestionó Ortega.
Y luego el 14 de Diciembre, siempre en Paraguay, en el periódico la Nación aparece:
Senador de Tekojojá acusa a vicepresidente de conspirador
El senador oficialista Sixto Pereira, de Tekojojá, acusó al vicepresidente de la República, Federico Franco, de estar conspirando y buscando por todos los medios un juicio político para destituir al Presidente Fernando Lugo. Defendió a los sectores de izquierda que hablan de una reacción popular si se quiere destituir al Presidente Lugo por la vía de un golpe de Estado o juicio político. (…)
Estos son los augurios que sacuden a Latinoamerica, después del golpe de Estado en Honduras, avalados por Estados Unidos, Costa Rica y Panam҈á. Ahora la ultraderecha se siente estimulada y cree haber recibido el espaldarazo del presidente Barak Obama y sus incondicionales. Además la ultraderecha, ve con beneplácito el fracaso, la ineficiencia de los organismos internacionales para resolver problemas como el de Honduras, donde se burló la voluntad del pueblo, y sin duda se prepara para hacer desaparecer o apropiarse de esos insulsos organismos como la OEA, el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y otros que hicieron el ridículo en el caso del golpe de Estado de Honduras.
La ultraderecha vuelve a los golpes de estado y “fabrica” evidencias y situaciones para derrocar gobiernos, como recientemente sucediera en Guatemala, con el controversial asesinato del abogado Rodrigo Rosemberg, que se dilucida en los Tribunales de Justicia, él cual acusaba al presidente de la Republica de ser su autor intelectual y a otros funcionarios, e inmediatamente de dado a conocer el video de su muerte anticipada, se exige la renuncia del Presidente, por sectores derechistas posiblemente ligados a una estrategia de golpe, que no funcionó. Y aunque han atado de manos a un gobierno mediocre, no descansan por desprestigiarlo y crear el ambiente golpista a fin de impedir la realización de algunas medidas de interés general y por supuesto, impedir la llegada de un gobierno verdaderamente democrático y popular. Ante eso es válido preguntarse si en los pueblos latinoamericanos:
¿Volveremos a ver militares en nuestras casas destruyendo nuestras pertenencias?
¿Volveremos a tener Profetas sanguinarios?
¿Seremos victimas de otras masacres?
¿Tendremos que refugiarnos o asilarnos en otros países otra vez?
¿Volveremos al reino del terror, la desconfianza y la incertidumbre?
¿Volveremos a la BRUTALIDAD institucionalizada?
.