Cientos de miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP)
Por Diana Canales
Red Morazánica de Información
Tegucigalpa. “Una democracia real, participativa e incluyente”, además del retorno “incondicional y seguro” del presidente expatriado, Manuel Zelaya, exigieron, hoy, cientos de miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular en Honduras (FNRP), tras una caminata por más de cuatro horas, al conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Las exigencias del sector trabajador hondureño, de los sindicatos y federaciones obreras aglutinados en el FNRP, atienden, esta vez, a un todo integrado de problemas sociales y políticos de arrastre histórico que requiere “construir políticas de Estado” y que deberían comenzar a resolverse con una “asamblea nacional constituyente”, para la “refundación del país”, según expresaron los representantes de los entes sociales y políticos que componen el Frente.
La multitud concentrada de manifestantes, cálculos máximos han estimado el “millón”, provocó que los grupos de organizaciones fueran abriendo espacio por tramos para descongestionar el camino, y lograr desplazarse en los seis kilómetros a recorrer con carteles alusivos a la Constituyente, a los derechos humanos, el retorno del Padre Tamayo y funcionarios del gobierno Zelaya en igual condición; contra el golpe de Estado, la corrupción, la injusticia, la comisión de la “verdad”; y muchos otros temas.
Juan Barahona, coordinador general del FNRP y presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH), aseguró que el golpe de Estado, que cumple ya diez meses, “ha generado una crisis social, económica y política que exige cambios profundos.”
EL FNRP acusó, “un sistema herido que atraviesa una crisis sólo comparable a la de 1930, que es alimentaria, social, energética, ambiental y jurídica […] que repercute, fundamentalmente, sobre las mujeres y los más jóvenes”. Por lo que se debe “enterrar el modelo neoliberal y construir un modelo para una política que asegure la justicia y la inclusión de jóvenes y de mujeres.”
Y reclaman, entre otros puntos, sobre todo: reinserir a Honduras en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), derogar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos (EU), suspender la negociación del acuerdo comercial con Europa; una “justicia fiscal” que elimine exenciones y gastos superfluos para financiar políticas educativas, de salud y de economía alternativa solidaria.
Demandan el “agua como derecho humano”, crear una nueva ley con “participación popular” que asegure la concesión de aguas; aumento general de salarios justos, la no tercerización y la no flexibilización laboral, el respeto a la contratación colectiva; aplicar la ley de protección al consumidor, y a la vivienda; la soberanía alimentaria y una reforma agraria “real efectiva”.
Cumplir el acuerdo logrado por los campesinos del movimiento unificado (MUCA), liberar de inmediata campesinos de la comunidad Guadalupe Carney detenidos, suspender los desalojos y devolver a los originarios las tierras de Zacate Grande que están bajo el control privado del empresario Miguel Facussé, también en conflicto con el MUCA, es otra de las exigencias del FNRP para el sector campesino.
Reivindicaron una “institucionalidad electoral justa y equitativa” que derogue completamente la ley electoral y cree una nueva que garantice el derecho pleno de las organizaciones políticas y la vigencia de las candidaturas independientes.
Rescatar los servicios públicos de manos privadas, la gratuidad de la educación y resolver la crisis de sus instituciones, la corrupción en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), el reintegro de 140 trabajadores de la UNAH, los bonos estudiantiles, abolir reglamentos “autoritarios” y los exámenes de admisión exclyentes, los nombramientos irregulares y el respeto al estatuto docente.
La movilización, que partió de la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” (UPNFM) incluyó varias carrozas alegóricas. Inusitada fue la de Radio Globo, con la que se incorpora por primera vez en una manifestación popular, a periodistas con una identidad de trabajador en defensa de la libertad de expresión y prensa, y contra el asesinato de seis de sus compañeros en este año.
Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, se incorporó a la manifestación y leyó, como parte de los actos, una carta enviada por Zelaya en la que reconoce a la Resistencia como la “única vía de unidad” del pueblo hondureño y a la Constituyente como la “prioridad” para la acción del FNRP.
Juan Barahona, en nombre del FNRP, exaltó a un “pueblo valiente“, que “ha resistido a la represión… a la estrategia imperialista junto con el régimen de Porfirio Lobo”, de quien, dijo, es “rechazado” por ser “ilegitimo, ilegal y usurpador. “ Y, urgió como necesario, “evolucionar hacia una lucha que arrebate el poder a la oligarquía que junto al ejército se ha apoderado del Estado.”
La manifestación, vigilada por policías a pié y sobrevolada por helicóptero, concluyó de frente a la pista del Aeropuerto Toncontín, para realizar los actos conmemorativos de los trabajadores, exactamente en el punto donde fue asesinado, según testigos, por un francotirador el joven, Isis Obed Murillo, que estaba junto a miles de resistentes a la espera de Manuel Zelaya en su intento por aterrizar en Honduras, el O5 de julio de 2009, pero fue impedido por el régimen golpista que atravesó vehículos militares en la pista aérea.