Juan Almendares
El número ocho en el lenguaje popular significa enredo, tres ochos son tres enredos, en matemáticas un ocho acostado representa el infinito y tres ochos dormidos y alineados implica un infinito laberinto.
El 28 de febrero 2010, tres días después del nombramiento del nuevo Jefe de las Fuerzas Armadas; una noticia de 888 palabras se destaca en el diario La Prensa: “Célula guerrillera se arma en el Bajo Aguan”; cuya fuente corresponde, según la redacción del medio, al informe de la Inteligencia Militar Hondureña.
En vista de que se trata de un documento, con implicaciones profundas, que ponen en riesgo la vida de personas y organizaciones, es obligado realizar una reflexión y un posicionamiento sobre el citado informe.
Nuestro análisis parte de cuatro interrogantes:
-¿Cuál es el objeto de publicar este documento, como noticia, en la actual coyuntura política?
-¿Cuáles son los argumentos, premisas, conjeturas y conclusiones que se proponen?
-¿Qué implicaciones tiene el informe en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional, la Guerra de Conflictos de Baja Intensidad y la Guerra Irregular?
-¿Qué consecuencias tiene este informe en materia de violaciones a los derechos humanos?
La publicación parcial del documento exclusivamente en un solo periódico es un indicador del grado confianza de la “inteligencia militar” en ese medio impreso cuyo encabezado de la noticia “Célula guerrillera se arma en el Bajo Aguan” etiqueta inmediatamente al campesino de esta zona como un guerrillero o un enemigo al que hay que eliminar.
Subrayemos algunos aspectos relevantes de los argumentos del informe militar:
“Varios miembros de estos gremios organizados, los más radicales, han hecho una alianza estratégica con el narcotráfico de la zona para obtener protección, recursos económico, armas para sus actividades; a cambio, los narcotraficantes invierten en un proyecto político que de triunfar les dará completa libertad de maniobra en Honduras… una estructura montada en la región que va desde organizaciones no gubernamentales de corte socialista, sacerdotes de la orden de los jesuitas que pregonan la teología de la liberación en cada comunidad, dirigentes magisteriales y maestros radicales de izquierda, hasta medios de comunicación locales parcializados con las ideologías comunistas”.
Todo lector con sentido común o con la lógica más simple puede concluir o detectar que, según los militares, existen en la zona del Aguán tres grupos o conjuntos que denominaremos “N, R. G.”
El conjunto “N” (Narcotráfico) está integrado por los narcotraficantes. El conjunto “R” (Resistencia) corresponde a los campesinos, maestros(as), estudiantes, trabajadores organizaciones no gubernamentales, sacerdotes jesuitas, y “comunistas armados” apoyados económicamente por los narcotraficantes. El conjunto “G” (Golpista) contiene elementos militares, policías, oligarquía y jerarquías religiosas que son inmaculados y bendecidos porque supuestamente no tienen ninguna relación con el narcotráfico ni con la Resistencia.
Se infiere de lo anterior que la inteligencia militar para llegar a la conclusión de que el conjunto Resistencia tiene vínculos con el conjunto Narcotráfico, es porque tiene pleno conocimiento de quiénes son los elementos de R y los de N coludidos en esa actividad. Sin embargo, el lector se preguntará: ¿Por qué los miembros de G concentran su blanco en R y no en N?
El informe militar dirige su ataque al movimiento cooperativista COAPALMA y celebra el éxito de la multimillonaria ganancia de la oligarquía: “COAPALMA se vendió en su gran mayoría a las empresas AGROPALMA del nicaragüense René Morales y a la Exportadora del Atlántico de Miguel Facussé. Desde recientes años, debido al gran éxito de este cultivo y subiendo su precio en un 500 por ciento en los últimos 15 años, algunos miembros de las antiguas cooperativas campesinas pretenden recuperar sus tierras aduciendo que se les pagó muy poco por ellas…”
El informe militar califica a los campesinos de invasores de tierras y en forma temeraria y manipuladora implican a los campesinos de MUCA, a Rafael Alegría -alto dirigente del Frente Nacional de la Resistencia Popular y de la Vía Campesina- de tener vínculos con la FARC de Colombia. La acusación contra Alegría y los dirigentes campesinos pone inmediatamente en peligro sus vidas.
A partir del golpe militar el 28 de junio 2009, las fuerzas golpistas desataron una millonaria campaña mediática, xenofóbica y falsa caracterizada por señalar que la mayoría de los participantes en las marchas de la Resistencia eran nicaragüenses, cubanos y venezolanos que pretendían quitarles sus casas y destruir las familias.
El dialogo armado y religioso tiene como lema: “A Dios rogando y con el mazo dando”. La palabra “democracia” es una burla en un país ocupado militarmente por los Estados Unidos de América. Las Mesas de Seguridad tienen las patas cortas como la mentira y la lengua larga de los ‘soplones’. El Plan de Nación está vacío de pueblo y de credibilidad. La Comisión de la Verdad, comienza con la mentira. Es el mundo de los nuevos héroes de barro que nadan en las aguas turbias y se ahogan en el lodo de la corrupción.
En este performance teatral están los planes siniestros de los “ogro combustibles”. Las palmas africanas están ensangrentadas con el sufrimiento campesino. En los planes siniestros el plomo y el arsénico de la industria minera; la corrupción de las represas en Nacaome, San Francisco de Opalaca está la colombianización de nuestra patria. En esta emergencia las nuevas bases militares en Panamá, Colombia, Haití, el Bajo Aguan y toda la Flota del Atlántico, constituyen parte de la guerra irregular contra la vida, la libertad y la dignidad histórica de los pueblos de América Latina.
Expresamos nuestra solidaridad con Rafael Alegría, con los dirigentes del campesinado del Aguán, y con el Frente Nacional de la Resistencia Popular quienes pueden en cualquier momento ser objeto de atentados contra su vida.
Frente a este escenario aterrorizante, en el que un informe de inteligencia militar no señala quiénes son responsables de los crímenes contra mujeres; contra gays, lesbianas y transexuales y contra dirigentes de la Resistencia; está la esperanza que se cultiva con la solidaridad de los pueblos del ALBA, los pueblos de Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia, África, América Latina y Australia.
La unidad de los pueblos organizados y movilizados es la única fuerza capaz de desenredar el laberinto infinito de la violencia del capital financiero internacional, militar y religioso en América Latina y transformar la esencia del poder del coloniaje y del nuevo orden criminal mundial para que prevalezca en la Madre Tierra la paz, la justicia social, la estabilidad climática y el amor planetario.
Fuente: Vos el soberano
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