Red Morazánica de Información.
Tegucigalpa 16 de diciembre de 2010. Un nuevo cable diplomático estadounidense filtrado a la prensa por Wikileakas, deja una vez más en evidencia la complicidad del gobierno de Barack Obama con el golpe de Estado militar contra Manuel Zelaya Rosales.
El reporte calificado como secreto, es procedente de Brasilia, fechado en septiembre de 2009, después de una visita a Brasilia del asesor de Seguridad Nacional de la administración Obama, el General James L. Jones.
De acuerdo con el cable publicado por varios medios hondureños, el Canciller brasileño Celso Amorim, consideró que las acciones del Gobierno de los Estados Unidos contra el dictador Roberto Micheletti, eran "arañazos superficiales” incapaces de hacer algún daño a la dictadura.
Brasilia pedía entonces a la administración estadounidense “una acción más contundente de EE.UU. contra el gobierno de facto en Honduras”.
Después de la instauración de la dictadura en Honduras, varios gobiernos latinoamericanos, llamaron a Estados Unidos a actuar a favor de la democracia, mientras aseguraban que con que Obama moviera un dedo se caía el régimen hondureño.
El cable también revela como la estrategia norteamericana de sacar el problema del ámbito de la Organización de Estados Americanos OEA, funcionó a la perfección, con el reconocimiento del canciller brasilero de que las perspectivas de retornar a Zelaya al poder, “se habían deslizado desde que la iniciativa de Arias había comenzado”, esto en relación a una invitación a venir a Honduras hecha por el Secretario General José Miguel Insulza
Para entonces la cancillería dirigida por Amorin, consideraba según el cable, que las concesiones a Micheletti habían sido ya suficientes, y que Los Estados Unidos tenían que decirle de manera clara que debe permitir el retorno de Zelaya.
El cable reseña que en opinión del gobierno de Lula Da Silva, “al gobierno de facto no se le puede permitir convocar elecciones”.
Sin embargo la dictadura de Roberto Micheleti terminó organizando el proceso electoral hondureño, con el apoyo del gobierno de norteamericano, que apoyó en todo momento las elecciones, que llevaron al poder a Porfirio Lobo Sosa.
Estados Unidos es acusado por el ex presidente Manuel Zelaya, de no permitir la reconciliación de los hondureños, por el papel negativo que han jugado posterior al golpe de Estado. También ha acusado a Washington de blanquear el golpe y de impedir su retorno al país.
Zelaya permanece exiliado en República Dominicana, ante la persecución política de que es objeto en Honduras.