No existe en nuestros tiempos ningún mal más agudo y difícil de contrarrestar que la desinformación y el papel de los medios de comunicación y los periodistas como empleados de estos; las guerras dejan muchas pérdidas terribles a la humanidad, pero la acción de los medios distorsiona la verdad, y aun frente a hechos claros, propone tesis absurdas que la gente compra como verdades.
Las luchas justas de muchos pueblos se ven completamente replanteadas por los intereses de estos medios, que responden a grandes capitales. Un ejemplo claro es la lucha magisterial en Honduras donde algunos medios ayer informaron, de acuerdo a conveniencia de sus dueños, sobre la represión salvaje de la policía. Los medios que ya no acostumbramos a llamar “golpistas” ni siquiera vale la pena mencionarlos porque esos inventan encuestas, satanizan todas las luchas populares como “chavistas” y en lugar de dar noticias ladran consignas de la oligarquía.
Si es curioso como algunos medios, en teoría “objetivos”, dicen de repente, frente a imágenes de un solo hombre que es agredido por entre 15 y 20 policías, después de que se ve con claridad que lo han golpeado con la culata de los fusiles, con garrotes y hasta con los cascos, “…habrá que investigar porque los policías reaccionaron así…”. Es penoso que utilicen el argumento de la “defensa de la libre circulación” para justificar la barbarie de una policía que es incapaz de resolver el 99% de los casos de criminalidad en el país, pero que arremete con lujo de sadismo contra personas indefensas, que protestan por causas legitimas.
Ayer mismo escuchaba el testimonio de Dick Emmanuelsson, periodista sueco, casado con una hondureña, lo que le permite, según las leyes del país, un status migratorio especifico. Dick ha cubierto por varios años los eventos en varios países latinoamericanos, y, en Honduras ha hecho reportajes en el frente de lucha que ningún otro reportero se ha atrevido a hacer. Su ética profesional ha quedado demostrada en muchas de sus acciones y su profesionalismo es inobjetable. Ahora, la oligarquía ha emprendido una campaña contra Dick, y el tristemente célebre Ramón Custodio López amenaza veladamente con deportarlo.
Todo este ardid viene seguramente de la embajada gringa, que utiliza peones, como este seudo periodista de El Heraldo, que no tiene empacho alguno para mentir, para iniciar campañas de desprestigio contra personas decentes. No sería de extrañar que emprendieran igualmente campaña migratoria contra el periodista italiano Giorgio Trucchi, pues el trasfondo de esto es evitar que la información sobre los eventos que se avecinan salga al mundo, recordemos que ya han hecho campaña contra TELESUR en el pasado reciente. Podemos tomar estas agresiones contra periodistas serios, como una señal de lo que piensan desatar en las semanas que están por venir.
Ayer mismo mientras los compañeros maestros seguían seriamente heridos en la prisión de la policía, una periodista, considerada seria, preguntaba a una dirigente magisterial “…porque no atendieron el llamado a reunión de emergencia con el presidente Lobo…”; ¿Qué clase de pregunta es esa?; seguramente pensaban que después de la salvajada el magisterios correría a firmar un acta de rendición ante el dictadorcito de turno, quien parece más preocupado por mantener libre el tráfico de las calles que por resolver el latrocinio y la corrupción que reinan en su administración.
Bajo las circunstancias, es necesario tener pendiente y procurar mayor seguridad para algunos medios y periodistas que mantienen una línea única de lealtad con él pueblo, como el caso de Radio Gualcho, Radio Uno, Radio Progreso, o los periodistas David Romero, Félix Molina. No puedo mencionar a todos y a todas aquellas personas que están comprometidas con la difusión de la verdad en este país, y espero me sepan disculpar en este sentido, pero mientras más se profundiza la crisis de la dictadura más expuestos están a las acciones de las mentes cavernarias de los que dirigen la seguridad en Honduras.
El desequilibrio informativo es notorio, y sus efectos también lo son, es fácil escuchar o leer comentarios de gente que, aun después de ver ante sus ojos las dantescas escenas de la represión (que a veces recuerdan la ciencia ficción en el Planeta de los Simios), afirman con desfachatez e irrespeto que “está bien que los apaleen, porque esos no son maestros, son vagos”; algunos hasta guían sus comentarios por la forma de vestir de las víctimas: “…esos no parecen maestros, parecen mareros, mire cómo andan vestidos”. Esta es la opinión pública que construye la oligarquía.
Increíblemente, los medios siguen vendiendo ideas utilizadas al día siguiente del golpe de estado; ayer, por ejemplo, entrevistaron al sujeto que ocupa la Secretaria de Educación, Alejandro Ventura, quien entre otras cosas afirmó “…no son los maestros los que hacen provocación, son los de la resistencia; y como se sabe, en esos grupos andan provocadores que nos son del país…”. Este no es un discurso casual, es la historia del golpismo para justificar la brutalidad contra el pueblo de Honduras. ¿Cómo se le ocurre al monigote de Ventura culpar a la resistencia de provocación? , simple no se le ha ocurrido a él, es una campaña fabricada en laboratorios de conspiración del gobierno gringo, cuyos productos son uniformados y aplicados en toda América Latina contra las luchas populares.
Hace un par de días fue publicado en el sitio Kaos en la Red el discurso del Presidente José Manuel Zelaya ante el Foro de San Pablo. Este es un sitio donde se publican noticias y artículos de opinión de la izquierda iberoamericana. Sin embargo, he encontrado comentarios al discurso de gente hablando de que “…gracias a dios nos salvamos de Chávez…”, y “…Zelaya le quería vender el país al comunismo internacional…”, y otras idioteces más. Normalmente los comentarios se escudan en el anonimato, y su contenido es intelectualmente limitado. Muchos dirían que se trata de agentes de la policía que están a cargo de dar seguimiento a estos sitios; admito que es posible; pero sería notorio si se tratara de verdad de ciudadanos hondureños que creen que lo que escriben es cierto.
Ayer me preguntaba el periodista Omar Edgardo Rivera si yo creía que Porfirio Lobo Sosa era incapaz, hoy quisiera reiterar mi respuesta: no se trata de enfocar nuestro análisis en una persona, el problema radica en el Estado, quienes lo dirigen, y más importante, a que intereses responde el régimen que ahora, para desgracia de la nación lleva a Honduras a través de la peor crisis de su historia.
No debemos cometer el error de ver cada problema como un hecho aislado; todo es resultado de una política estructurada, una estrategia que se abrió paso con el golpe de estado. A esta fecha todas, o casi todas, las medidas, leyes y decretos pasados durante la administración de José Manuel Zelaya han sido derogadas; el IMPREMA ha sido saqueado, y el INJUPEMP puede correr la misma suerte (IMPREMA e INJUPEMP son institutos de previsión y jubilación de los empleados del Estado), se han concesionado 28 proyectos de energía renovable a los mismos dueños de empresa generadoras de energía fósil, se ha violado la ley del salario mínimo, se busca derogar de hecho el Código del Trabajo, se ha aprobado una ley de inversión público-privada, se busca privatizar Hondutel (las telecomunicaciones del estado), se pretende vender la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, y quien sabe cuántas ideas más.
Todo esto se encuentra en bosquejo en el famoso Plan de Nación, cuya ejecución está a cargo del plenipotenciario de la oligarquía Arturo Corrales, y que andan pregonando como la tabla de salvación del país. Hoy, la oligarquía se está repartiendo el botín que les dejo su abyecta complicidad con la conspiración yanqui que derrocó al gobierno legítimo de Honduras. Como consecuencia de esto, el gobierno, o lo que queda de él, NO DESEA, NI PUEDE SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS. Por eso recurre cada vez más a menudo a la represión brutal, a los asesinatos, no tan selectivos, a sus medios mercenarios para callar la verdad.
De esto debemos entender que el asunto que priva en Honduras es fundamentalmente político estratégico, y que nos enfrentamos a las estrategias del imperio, y no aisladamente a nuestra cuasi analfabeta oligarquía (seguramente muchos de ellos también creen que Beethoven era un perro). Es por eso que la lucha que comenzamos a librar después del 28 de junio se recrudece con la brutalidad de la dictadura, y es de esperar que las cosas empeoren y se profundicen las contradicciones que nos separan de un adversario que habla de unidad y reconciliación con la pistola en la mano.
El proceso de Huelga Nacional que se está organizando debe tener clara la premisa de que lo que se está librando es una lucha por el futuro del país; si el adversario criminal se sale con la suya, habremos condenado a nuestros hijos y nietos a la esclavitud; se debe mantener en la mente de todos que esta lucha es política, que ya traspaso el umbral de la reivindicación de derechos gremiales y se traslada al campo de la lucha por la liberación del pueblo. Esta es una lucha de todos, no podemos perder esto de vista ni un solo instante.
Cada una de las luchas que se llevan adelante ahora mismo: el magisterio, los campesinos, los obreros, los desempleados, la economía informal, todos deben adoptar como suyas las condiciones establecidas por el Frente Nacional de Resistencia Popular; en esto no podemos negociar; para que prevalezca y se cumpla el estatuto del docente; para que se respeten y mejoren las leyes laborales del país; para que se respeten y amplíen las leyes agrarias; para que se encuentren vías para crear un aparato productivo de verdad; para que se impulse la vigencia de la mal llamada “economía informal”, debemos refundar Honduras. Bajo las condiciones actuales, todo esto es imposible.
Debemos proceder de inmediato a exigir se derogue el decreto que da vida al Plan de Nación/Visión de País; debemos exigir la inmediata reinstauración de la Ley de Participación Ciudadana; se deben detener inmediatamente las discusiones de nuevas leyes y concesionamientos de las riquezas del país. Se debe exigir de inmediato que se llame a una Asamblea Nacional Constituyente, SIN LA INTERVENCION DE LOS PARTIDOS POLITICOS, NI LOS ORGANISMOS ELECTOREROS DEL ESTADO.
Se debe exigir el retorno de los exiliados y el cese de la persecución judicial por razones políticas; NINGUN HONDUREÑO EXPULSADO DEL PAIS DEBE SEGUIR FUERA, se deben garantizar todos los derechos de cada uno de los hondureños.
Compañeros, Maestros, campesinos, obreros, pueblo de Honduras, hoy la lucha es de todos, el régimen no dará paso atrás, nosotros debemos estar a la altura de las circunstancias. Debemos atender las directrices de los comités de huelga, y del Frente Nacional de Resistencia Popular, nunca antes la unidad fue más necesaria; nunca las circunstancias más claras.
¡Es Ahora o nunca!
Fuente. www.rebelion.org