viernes, 13 de noviembre de 2009

Elecciones y acuerdo Guaymuras

Las representaciones de los distintos territorios del MADJ ante el acuerdo Guaymuras y las elecciones generales de 2009, expresa;

1. Comprendemos que la ciudadanía hondureña está necesitada de posiciones que contribuyan a disminuir la confrontación social a la que hemos sido conducidos por el golpismo; sin embargo es inevitable precisar que el acuerdo Guaymuras es una maniobra política de la dictadura y sus aliados, para revestir de legalidad todas sus atrocidades en contra de la dignidad de la patria.

2. Ratificamos que las elecciones de noviembre próximo, siguen siendo el escenario para legitimar la ilegalidad, el golpismo y el nefasto bipartidismo. Es indignante que las elecciones estén dirigidas por un Tribunal Supremo Electoral nombrado al margen de la ley, resguardadas por las Fuerzas Armadas que concretaron el golpe de Estado, reprimen, asesinan y humillan a nuestro pueblo. Estos elementos aseguran que lo que se repetirá en estas elecciones es un monumental fraude electoral, que asegurará la continuación de la siguiente fase del golpe de Estado.

3. La ciudadanía hondureña tenemos el deber histórico de seguir vertebrando la resistencia popular, como la herencia más hermosa y esperanzadora dejada por el fatídico golpe de Estado. Sobre este legado debemos seguir creciendo en la necesaria dignidad de pueblo y crear condiciones para que sea el pueblo en el ejercicio de su soberanía quien defina los caminos de solución a la conflictividad política y social.

4. Como MADJ reafirmamos el rechazo a la impunidad de los golpistas y corruptos violadores de los derechos humanos de la ciudadanía, por eso debemos asegurarnos que la Comisión de la Verdad mencionada en el acuerdo Guaymuras, sea uno de los canales que permitan el castigo para quienes hoy como siempre nos han aplastado como pueblo.

5. La realidad del país no admite distracciones para el pueblo en resistencia y la tarea fundamental sigue siendo la organización, la articulación, la unidad de los distintos sectores comprometidos con la reivindicación de la dignidad del pueblo y la consolidación de procesos educativos que conduzcan a la liberación de nuestra patria.

6. La Asamblea Nacional Constituyente es y debe ser el elemento cohesionador de la resistencia nacional. Todas las implicaciones de la Asamblea Nacional Constituyente, desde su definición, su integración, sus funciones, sus principios y los contenidos del nuevo orden constitucional, deben ser conceptos manejados e impulsados por nuestro pueblo digno, sólo esto nos garantizará el carácter popular e incluyente de la nueva Constitución y por consiguiente la derrota a la clase política corrupta y violenta de Honduras.

JUSTICIA, DIGNIDAD Y LUCHA.

Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia

El Progreso Yoro, 31 de octubre 2009

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Congresista de EEUU pide restituir a Zelaya

La congresista demócrata estadounidense Jan Schakowsky dijo el miércoles que Honduras ha visto un incremento de abusos a los derechos humanos tras el golpe de Estado que sacó del poder al presidente Manuel Zelaya en junio.

Schakowsky, que concluye el jueves una visita de tres días a Honduras, afirmó en una rueda de prensa que "el presidente electo debe ser restituido y el Congreso debe tomar acciones". Los 128 diputados deben votar si restituyen o no a Zelaya, de acuerdo a lo establecido en el acuerdo Tegucigalpa-San José.

La congresista se entrevistó con el mandatario derrocado por los militares en la sede de la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado desde el 21 de septiembre.

También se reunió con organismos defensores de los derechos humanos, familiares de víctimas, sectores empresariales y el canal 36 de televisión, un medio afín a Zelaya y que fue temporalmente cerrado por el gobierno de facto. Dijo que las reuniones con familiares de víctimas "fueron muy dolorosas".

Por su parte, Ricardo Lagos, ex presidente chileno y miembro de la Comisión de Verificación del frustrado acuerdo de Honduras, destacó ayer en Madrid la importancia de alcanzar un acuerdo en ese país antes de las elecciones del 29 de noviembre para evitar que se produzca un "resquebrajamiento" de la unidad internacional.

Para Lagos, se corre el peligro, si se celebran los comicios sin acuerdo, de que "se puede producir un resquebrajamiento de este frente monolítico (internacional) si algunos países, como lo han insinuado, quieren reconocer los resultados de las elecciones.

Fuente: www.lostiempos.com

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Ex jefe de estación CIA condenado en Milán traficó armas en Honduras

 Ex jefe de estación CIA condenado en Milán traficó armas en Honduras

''Bob'' Seldon Lady, el ex jefe de la estación de la CIA en Milán, quien dirigía a 23 agentes de la ''super agencia'' yanki condenados en Italia por secuestrar, torturar y luego ''desaparecer'' al clérigo egipcio musulmán Abu Omar en la ciudad italiana de Milán en el 2003, era un elemento clave de la red que desde Honduras y El Salvador traficó armas por cocaína a favor de la contra nicaragüense en los años 80.

Fuentes aseguran que "Bob" Lady se encuentra en este momento de regreso en América Central. (Foto: Archivo)

Por: Jean-Guy Allard
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''Bob'' Seldon Lady, el ex jefe de la estación de la CIA en Milán, quien dirigía a 23 agentes de la ''super agencia'' yanki condenados en Italia por secuestrar, torturar y luego ''desaparecer'' al clérigo egipcio musulmán Abu Omar en la ciudad italiana de Milán en el 2003, era un elemento clave de la red que desde Honduras y El Salvador traficó armas por cocaína a favor de la contra nicaragüense en los años 80.

Muy vinculado a John Negroponte, Félix Rodríguez Mendigutía y Luis Posada Carriles, Lady fue condenado en ausencia por un tribunal de Milán.

El juez Oscar Magi dictó prisión para los norteamericanos, pero la sentencia no podrá ejecutarse, porque Estados Unidos sigue dando cobertura a sus espías y se niega rotundamente a su arresto o extraditarlos, a pesar de sus crímenes.

Lady, un norteamericano de 52 años, nació en Honduras y participó con su propio padre en operaciones de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana en la guerra sucia contra los Sandinistas nicaragüenses, antes de sumarse después del 2001 en una ''Operación Cóndor'' versión Medio Oriente.

Entre los 26 imputados del caso inicial, en Italia, se encontraba una mujer ahora supuestamente radicada en México, que dirigió el comando, Betnie Medero, así como una misteriosa funcionaria del Departamento de Estado, Mónica Courtney Adler.

Este juicio constituye el primer caso penal en el mundo sobre las ''entregas extraordinarias'' que autorizó George W. Bush después del 11 de Septiembre.

Estos secuestros se caracterizaron por las cárceles secretas, la tortura y las desapariciones. La operación culmina ahora con el nombramiento de John Negroponte, ex embajador en Bagdad y ex Zar de la Inteligencia norteamericana, a subsecretario de Estado encargado del dossier Iraq.

Abu Omar fue secuestrado en una calle de Milán en febrero del 2003, llevado a la base militar de Guerzoni y, tras ser introducido en un automóvil sin ventanillas, fue trasladado a la base aérea norteamericana de Aviano, desde donde fue llevado a la de Ramstein, en suelo alemán, con la colaboración de Alemania, y desde allí a El Cairo donde fue torturado en presencia del mismísimo ''Bob'' Seldon Lady.

El Parlamento Europeo reconoció que varios gobiernos europeos, entre los más propensos a predicar los derechos humanos en el mundo, ayudaron a cubrir las transferencias secretas de sospechosos a cárceles secretas donde fueron secuestrados, torturados y, en varios casos, ''desaparecidos''.

Entre los miembros del comando que realizó el kidnapping (secuestro), el caso de Betnie Medero es particularmente interesante. Esa mujer de 33 años se encontraba de segunda secretaria de la embajada norteamericana en Roma. Llegó a Italia en agosto del 2001 con credenciales diplomáticas y, según el diario Corriere della Sera, dirigió en el terreno el secuestro, además, de asegurar el transporte del rehén hasta la base estadounidense de Aviano, en el norte del país. Se cree ahora que se trasladó a México, donde se encuentra vinculada a la embajada de EE.UU., afirma el mismo periódico italiano.

Medero tuvo dos principales cómplices en esta acción, que parece calcada de una película de Hollywood: James Thomas Harbison, de 58 años, y Vincent (o Vicent o Vicente) Faldo, de 57 años.

Sin embargo, las características del cabecilla del grupo, Robert ''Bob'' Lady, ilustran la extensión de las operaciones sucias de la agencia norteamericana por todo el mundo.

Hijo de William ''Bill'' Lady, un viejo agente CIA radicado en Honduras, ''Bob'' Lady manejó con Manuchar Ghorbanifar, un sulfuroso negociante iraní, la venta secreta de armas a Irán que, con las operaciones de narcotráfico dirigidas desde El Salvador por Félix Rodríguez Mendigutía y Luis Posada Carriles, provocó el mayor escándalo que sacudió a la administración Reagan.

Lady realizaba sus conexiones sucias bajo las órdenes del teniente coronel de marines Oliver North, quien también orientaba las operaciones de Ilopango, siempre para proveer ilegalmente armas a la contra nicaragüense.

Estas operaciones también se desarrollaron paralelamente con la red de contrabando del multimillonario Gerard Latchinian, padrino del empresario Yehuda Leitner, actual proveedor de armas y de equipos de represión de la dictadura Micheletti.

''Bob'' Lady seguía activo en América Central en 1994, cuando el espía Aldrich Ames ''lo quemó'', al revelar su nombre a la inteligencia soviética, afirma la prensa norteamericana.

Su nombre fue luego asociado al ''Nigergate'', esa operación de desinformación que justificó la ocupación de Iraq bajo el pretexto, totalmente inventado, de que Saddam Hussein buscaba comprar uranio a Níger.

Lady huyó precipitadamente de Italia en junio del 2005, cuando supo que la justicia de este país se interesaba en el secuestro de Abu Omar. Alertada, su esposa, borró todos los expedientes de su computadora, pero los especialistas de la policía llegaron a recuperar gran parte del material.

Más aún, los investigadores encontraron pruebas de que Lady se encontró durante dos semanas en El Cairo, cuando empezó el interrogatorio del imán de Milán.

Fuentes aseguran que ''Bob'' Lady se encuentra en este momento de regreso en América Central.

Su ex jefe Negroponte participó activamente en la elaboración del plan fascista que llevó al derrocamiento del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya.

Fuente: TeleSur

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Zelaya anunció a EEUU que cortará el diálogo con Micheletti

El depuesto presidente de Honduras se lo transmitió al subsecretario adjunto de Estado para América Latina, Craig Kelly.

Así se lo anunció a Craig Kelly, quien llegó a Honduras para tratar de reactivar el Acuerdo de Tegucigalpa/San José, declarado fracasado por el gobernante derrocado por incumplirse su restitución en el cargo.

Zelaya, derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio y refugiado en la embajada de Brasil desde el 21 de septiembre, se reunió antes de anoche con Kelly luego del encuentro que éste sostuvo con Micheletti, informó la agencia Ansa.

En el encuentro participó también el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, y los miembros de la comisión negociadora del presidente constitucional derrocado.

Zelaya dijo que Kelly anda en una "misión de buena voluntad buscando alguna posibilidad para la reconstrucción de la democracia en el país".

Señaló que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se comprometieron en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en las Naciones Unidas a apoyar la "reconstrucción de la democracia en Honduras, que pasa por mi retorno a la presidencia".

El acuerdo fue declarado fracasado por Zelaya porque Micheletti pretendió el jueves último conformar y dirigir el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional sin permitir la previa restitución del presidente depuesto.

Fuente: www.24ht.com.ar

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HOY Día Nacional de Acción por Honduras en Chicago


Noviembre 13, 2009 Chicago: - 4pm -

Plaza Federal (Dearborn y Jackson).


A 134 días desde el golpe y una semana después de la firma del acuerdo Guaymara en Tegucigalpa la crisis continúa.

La Voz de los de Abajo viajó recientemente junto con 14 residentes de Chicago para visitar Honduras y ser testigos de los acontecimientos y documentar la situación de los derechos humanos. El día de hoy nos unimos con otros grupos en un día de acción nacional para hablar en contra de la sucia maniobra que se realizo con las negociaciones y para expresar nuestra preocupación y continuar nuestro apoyo al pueblo de Honduras.

El viernes 13 de noviembre como parte de un día de acción de emergencia, visitaremos congresistas y senadores en Chicago, haremos llamadas a la Casa Blanca y al Departamento de Estado y realizaremos un acto y conferencia de prensa en la Plaza Federal.

Ya quedó claro que el acuerdo, negociado por los EEUU con Micheletti y Zelaya tiene como propósito proveer de una floja justificación para legitimizar las elecciones del 29 de noviembre y la continuación del gobierno militar golpista bajo un nuevo presidente en 2010.

Aun cuando la mayoría de los hondureños piensan que el acuerdo incluye la restitución del Sr. Zelaya para concluir su periodo; la interpretació n tanto del gobierno de facto como del gobierno de los EEUU es que la decisión de restaurar a Zelaya recae sobre el congreso golpista el cual no se ha molestado ni siquiera a reunirse formalmente y aprobar o no el acuerdo. El así llamado gobierno de unidad nacional y reconciliació n consistiría entonces de un puñado de representantes del presidente Zelaya bajo un presidente, un congreso, un gabinete, una suprema corte y tribunal electoral golpistas. De hecho el gobierno golpista no ha cumplido con las fechas establecidas por el acuerdo y no existe tal gobierno de unidad nacional y reconciliació n.

A esta fecha, noviembre 9 de 2009, el Frente Nacional en Contra del Golpe denuncio el acuerdo y confirmo que no participara ni reconocerá la legitimidad de las elecciones del 29 de noviembre. El presidente Zelaya denuncio la mala fe de los EEUU y del gobierno de facto y declaro que los acuerdos son nulos. La presión internacional para que Zelaya y la Resistencia se rindan esta creciendo, con la Unión Europea llamando a Zelaya a regresar a las negociaciones, y los EEUU declarando que van a reconocer las elecciones.

Esto abre el camino para más represión y violencia en contra de la Resistencia y para la justificación de esta represión como una defensa del “proceso electoral legitimo”. Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos que continúan muestran claramente que las condiciones para unas elecciones libres y equitativas no existen en el país. Ya han resultado al menos 26 muertes, más de mil detenidos y cientos de personas heridas de gravedad a manos de la policía y del ejército. Esta represión continuó durante el periodo de negociaciones y continúa hasta hoy mismo.

La Voz de los de Abajo

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Honduras: el imperio contraataca


La crisis hondureña finalmente se resolvió “por el lado malo”: la consolidación del régimen golpista y la institucionalización de las ilegítimas elecciones que tendrán lugar el próximo 29 de Noviembre. Ya la Casa Blanca ha declarado que los resultados del comicio serán admitidos como válidos lográndose así la normalización de la vida democrática y poniendo fin al “interinato” de Micheletti, eufemismo con el que desde un principio Washington caracterizó al golpe de Estado de la oligarquía hondureña. De este modo las groseras violaciones a los derechos humanos y los atropellos a las libertades democráticas que signaron toda la campaña electoral serán condenados al olvido. Este penoso desenlace había sido anticipado por diversos representantes de la derecha republicana, que impuso como una de sus condiciones para ratificar la designación de Arturo Valenzuela como Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos el pleno reconocimiento de unas elecciones que por sus insanables anomalías deberían ser declaradas nulas de nulidad absoluta. Tal como lo reportara Página/12 en su edición del 7 de Noviembre, el senador republicano por Carolina del Sur, Jim DeMint, retiró su veto a la candidatura de Valenzuela porque, según se encargó de comunicar a los medios, “la secretaria de Estado Hillary Clinton y el subsecretario, Thomas Shannon, me han garantizado que Estados Unidos reconocerá el resultado de las elecciones hondureñas, haya sido restituido o no Manuel Zelaya”.

Esta resolución de la crisis tiene un significado que excede con creces la política hondureña: marca el inicio de una nueva etapa, por cierto que involutiva, en la cual Estados Unidos retoma su tradicional política de apoyo a los golpes militares y a los regímenes autoritarios afines con los intereses imperiales y ratifica el carácter hipócrita y vacío de la retórica democrática permanentemente enunciada por Washington. Conviene aprender la lección: de ahora en más, democrático vuelve a ser todo régimen que se somete incondicionalmente a los designios norteamericanos; autoritario, populista o despótico será aquel que defienda su independencia y autodeterminación. Uribe y Calderón son demócratas, no importa si el primero viola flagrantemente los derechos humanos, mantiene estrechas relaciones con los narcos y los paramilitares y sabotea sin cesar los posibles acuerdos de paz y el canje humanitario que necesita Colombia para lograr su pacificación; o que el segundo despida de la noche a la mañana a 46.000 trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y promueva una demencial militarización de la vida política mexicana. Chávez, Correa y Morales, en cambio, son populistas y autoritarios, peligrosos para sus vecinos, porque promueven diversas reformas sociales y siembran las semillas de la discordia en sus respectivos países. Aquí aparece una vez más la vetusta y falsa teoría conservadora que concibe a la lucha de clases no como producto de las contradicciones sociales inherentes al capitalismo, sino como la obra de un agente perverso que, dotado de inmensos poderes, introduce el virus del odio y el conflicto en sociedades que antes de su nefasta aparición sobresalían por la armonía de sus relaciones sociales.

Ante esta penosa retrogresión de la política exterior norteamericana son muchos los analistas y estudiosos de la realidad internacional que plantean la tesis de que la victoria de los golpistas hondureños expresa la declinación de la hegemonía norteamericana. A partir de esta constatación se termina por inocentizar a Barack Obama porque, supuestamente, pese a sus esfuerzos no pudo encaminar la crisis en Honduras hacia una resolución compatible con la institucionalidad democrática. ¿Hasta que punto es sustentable esta interpretación?

Hay dos cuestiones que deben ser examinadas: por un lado, la progresiva pérdida de capacidad hegemónica de Estados Unidos en la región. Por el otro, las iniciativas concretas tomadas por la Casa Blanca en el marco de la crisis hondureña. En relación con la primera, es preciso reconocer que si bien la superpotencia se enfrenta a una disminución de su capacidad de dominación y control sobre el sistema internacional, así como su gravitación económica global, no es menos cierto que esta tendencia no se traslada linealmente a América Latina y el Caribe. No sería temeraria, sino mucho más próxima a la verdad la hipótesis que dijera que ante una declinación relativa del imperio en la arena mundial aquél se aferra con más fuerza a lo que sus estrategas militares y diplomáticos consideran su patio trasero y su incuestionable entorno de seguridad territorial. No por nada esta región del mundo fue la destinataria de la primera concepción que la joven república norteamericana elaboró en materia de política exterior: la doctrina Monroe. Por lo tanto, la declinación global no necesariamente significa un deterioro equivalente en su capacidad de controlar su tradicional “zona de influencia”. Es indudable que el predominio que Estados Unidos tenía antes sobre sus vecinos al sur del río Bravo se ha debilitado; pero aún así está lejos de haber desaparecido. Y esto nos conduce al análisis del segundo aspecto señalado más arriba.

En efecto, ¿actuó Obama con todas sus fuerzas para resolver la crisis hondureña en una dirección coherente con los imperativos de la democracia y los derechos humanos? Definitivamente no. Sus iniciativas fueron vacilantes, expresión de las dos líneas que se disputan la formulación de su política exterior. Una, reaccionaria hasta la médula y profundamente influida por las necesidades y las estrategias del complejo militar-industrial y que encuentra en Hillary Clinton su más encumbrada vocera y, otra, mucho más difusa y dispersa, que desearía establecer relaciones más respetuosas con los países del área aún cuando esto no implique abandonar la presunción hegemónica del pasado, sino tan sólo un cierto aggiornamento de la misma y que encuentra su principal representante en el propio Obama. En esta pugna el presidente se vio claramente superado por sus rivales que, desde el principio, fueron capaces de imponer su estrategia en relación con la crisis desatada en Honduras.

Cabría preguntarse si esta interpretación no presta validez a la tesis declinacionista. De ninguna manera. Lo que sí queda claro es que Obama tiene un control apenas marginal del aparato estatal norteamericano. Sería por lo tanto más correcto decir que fue el ocupante de la Casa Blanca quien no pudo elegir otro rumbo, pero no Estados Unidos como potencia imperial. En otras palabras, se impone una vez más distinguir entre el “gobierno permanente” de ese país y su “gobierno aparente”, el que se simboliza en la figura del presidente. El problema es que el vaciamiento de la democracia estadounidense, un proceso que se ha venido desenvolviendo a lo largo del último medio siglo, hace que la figura presidencial tenga muy acotados sus márgenes de autonomía para intentar –en el hipotético caso de que así lo deseara- llevar a cabo una política contraria a los intereses del “gobierno permanente”, ese nefasto entramado de grandes oligopolios y sus lobbies, fuerzas armadas, políticos profesionales y grandes medios de comunicación que, como dijera Gore Vidal, mantiene secuestrada a la sociedad norteamericana.

Para resumir: la hipótesis de la declinación hegemónica queda desmentida cuando se observa que, a pesar de dicho debilitamiento, Washington se las ingenia para firmar un tratado de cooperación militar con Colombia que, como lo recordara el Comandante Fidel Castro Ruz días pasados en una de sus “Reflexiones”, equivale a una práctica anexión de ese país sudamericano a Estados Unidos. Si algo demuestra esta iniciativa es la formidable capacidad de presión, dominación y control que, pese a su debilitamiento, aún conserva el imperio. Es esa misma capacidad la que lo llevó a sacar rápidamente de la escena negociadora en Tegucigalpa al Secretario General de la OEA (cuyos planteamientos eran totalmente inaceptables para los golpistas) para sustituirlo con un viejo peón de la política estadounidense, Oscar Arias. Es esa misma capacidad la que lo lleva a sostener contra viento y marea el criminal bloqueo a Cuba, pese a que en la Asamblea General de la ONU esa política fue condenada por 187 de los 192 países que la integran, y defendida sólo por tres: Estados Unidos, su estado cliente Israel y la isla de Palau (20.000 habitantes), según la CIA un polígono de tiro de la Armada norteamericana en la Micronesia. O la que le permite prestar oídos sordos al reclamo universal de indultar a los cinco luchadores antiterroristas cubanos sometidos a inhumanas condiciones de detención en Estados Unidos gracias a una escandalosa burla al debido proceso; o mantener una infame prisión, violatoria de todos los derechos humanos, en la Base Naval de Guantánamo.

Si Obama hubiera demostrado la misma determinación para exigir la inmediata restitución de Zelaya en la presidencia otra habría sido la historia. Y tenía instrumentos a manos para hacerlo: podría haber decretado el transitorio bloqueo de las remesas de los inmigrantes hondureños residentes en Estados Unidos; o instruido a las empresas norteamericanas radicadas en Honduras que preparasen planes para su eventual evacuación; o congelado los fondos de los políticos del régimen y de la oligarquía depositados en bancos norteamericanos; o embargar sus fastuosas propiedades en la Florida. Son gestos para nada inéditos; casi todos ellos fueron utilizados por George W. Bush para frustrar la segura victoria de Schafik Handal, candidato del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, en las elecciones del 2004 en El Salvador. ¿Por qué no se intentó algo similar en esta ocasión? Respuesta: porque la política del “gobierno permanente” de Estados Unidos dispuso otra cosa y el inquilino de la Casa Blanca se inclinó ante esa decisión.

Conclusión: no es que Estados Unidos no pudo modificar el resultado de la crisis hondureña sino que, más allá de las preferencias de Obama, la clase dominante norteamericana y sus representantes políticos en el aparato estatal no quisieron que fuera otro el desenlace de este conflicto, aún a sabiendas de las funestas implicaciones que esta decisión tendrá para la paz y la estabilidad política ese país centroamericano. En línea con la desorbitada militarización de la política hemisférica promovida desde los años de George W. Bush –y de la cual las siete bases concedidas por Uribe son apenas la punta del iceberg- el “gobierno permanente” de Estados Unidos optó por sostener a los golpistas en vez de apostar a la reconstrucción de la democracia. No se trató de una cuestión de incapacidad, sino de una elección estratégica concebida para reordenar manu militari el tumultuoso patio trasero del imperio en Centroamérica y para lanzar una ominosa señal de advertencia a los gobiernos de izquierda y progresistas de la región.

Fuente: Rebelión

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