lunes, 27 de julio de 2009
Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras: "A treinta días de lucha, aquí no se rinde nadie"
Esta es una de las tantas consignas que día a día repiten los
protestantes de las diferentes organizaciones sociales que integran el
Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado. Estas consignas hacen
que las y los protestantes se mantengan firmes y con ánimo para seguir
resistiendo esta difícil lucha que vienen manteniendo desde hace 30
días, que le dieron el golpe de Estado al Presidente Zelaya.
Hoy Lunes 27 de Julio del 2009, en el marco de las acciones del Frente
de Resistencia contra el Golpe, se llevó a cabo una multitudinaria
protesta a inmediaciones del boulevard Fuerzas Armadas, justamente
frente al Mall las Cascadas. Dicho sea de paso, este centro comercial
es propiedad del candidato a la presidencia de la república por el
partido liberal, Elvin Ernesto Santos, uno de los involucrados en el
golpe de Estado. En esta zona fueron tomadas varias vías aledañas y
cercanas al boulevard, por lo que se obstaculizó totalmente el transito
de vehículos. Muchos los negocios cercanos fueron cerrados.
Esta toma de hoy fue totalmente pacífica, como las anteriores que se han
realizado de parte del Frente; sin embargo da mucha tristeza como la
policía se hace presente al lugar, no para proteger a los protestantes,
sino para atemorizar a los mismos, pues fue una gran cantidad de
policías y miembros del ejército que intentaron desalojar a los
manifestantes; pero esto no se dio, pues intervinieron los dirigentes
sociales de este movimiento y lograron mantenerse ahí hasta en horas de
la tarde como lo habían programado. Varias de las personas, por el
temor que las embarga cuando observaron llegar a la policía y al
ejército, que se han convertidos en los verdugos del pueblo, se salieron
de la protesta y se fueron para sus casas; sin embargo una muy buena
cantidad de protestantes valientemente se mantuvo firmes en la lucha en
el lugar hasta el final.
*Algunos de los puntos planteados hoy por el Frente de Resistencia
contra el Golpe de Estado son:*
-En diferentes partes de la carretera que conduce de Tegucigalpa al
Paraíso, hay muchas personas atrapadas entre retenes de comandos del
ejército y la policía especialmente en las comunidades de Alauca y
Arenales, a unos 10 kilómetros de la frontera de las Manos. Estos
compañeros y compañeras están pasando hambre, sed, frío y otras
dificultades.
- Condenamos enérgicamente el asesinato del joven Pedro Magdiel Muñoz,
quien desde un principio permaneció en las actividades de resistencia
contra el golpe de Estado.
- Denunciamos que se han detenido muchas personas de la resistencia,
incluyendo al Coordinador de la Vía Campesina Centroamericana, Rafael
Alegría, quién fue liberado horas más tarde, pero que no había sido
anotado en el listado de los detenidos.
- Nos solidarizamos con los representantes de la embajada de Venezuela
en Honduras, ya que están siendo amenazados por este gobierno golpista;
por lo tanto, un grupo de compañeros y compañeras permanece custodiando
el lugar y otros más se incorporarán mañana.
- Se han realizado diferentes acciones de resistencia a nivel nacional;
así mismo se mantiene custodiada la casa del presidente Zelaya en
Olancho por pobladores del lugar en apoyo al presidente Zelaya.
- Denunciamos la estrategia de persecución, suspensión de garantías,
Estado de sitio, encarcelamiento de personas en resistencia ordenados
por los golpistas.
- Las fuerzas armadas y la policía están llamando cárcel de crisis a la
captura de personas que participan en las protestas de resistencia.
- Exigimos a los Estados Unidos que tome las medidas necesarias para
revertir el golpe de Estado en Honduras.
- Se ha organizado un frente de abogados defensores del pueblo en San
Pedro y Tegucigalpa para apoyar y defender los derechos de los y las
participantes en resistencia en contra del golpe.
http://www.movimientos.org/honduras.php
GOLPISTAS CRIMINALES
La estrategia de violación sistemática a los Derechos Humanos impulsada por el régimen golpista de la elite criminal que controla el Estado hondureño, constatada por la Misión Internacional de Derechos Humanos en su informe del 23 de julio, es cada vez más evidente. Toques de queda para reprimir el derecho a la comunicación y la libertad de expresión expresada en múltiples hechos como las amenazas, suspensión, ametrallamiento y militarización de medios como Radio Progreso, Radio Globo, TV Maya y Canal 36; violaciones a la libertad personal y al derecho a la organización, locomoción y movilización política de quienes exigen la restitución constitucional; represión policial y militar de luchadores por la libertad que se dirigen a encontrarse con el legítimo presidente de Honduras, apresamiento del ciudadanos comunes y líderes sociales y políticos (cerca de mil quinientos); reclutamiento militar forzoso, amenazas, desapariciones forzosas, secuestro, tortura y ejecuciones extrajudiciales de jóvenes y adultos, como el de Pedro Muñoz, un joven de barrio popular decido a luchar por la democracia como tantos miles de hondureños. Estas ejecutorias se suman a la expulsión de diplomáticos, la censura de medios independientes y críticos, las agresiones psicológicas y físicas contra periodistas locales e internacionales, el secuestro, exilio y todavía temporal derrocamiento del Presidente Zelaya. Todos estos hechos nos pintan algo que no pude llamarse de otra manera: DICTADURA CRIMINAL.
El último reporte llegado a nuestras manos, nos habla del aumento de la resistencia popular y como parte de esta, la construcción de espacios alternativos de la resistencia, como la radio liberada hondureña www.radioeslodemenos.org, desde donde se está denunciando el entrenamiento de sicarios en la casa del militar “retirado”, Amílcar Zelaya, en la aldea Amarateca, situada a 25 minutos de Tegucigalpa, lugar que -se informa- ya ha sido utilizado para secuestros, torturas y eliminación de dirigentes. Denuncian, asimismo, que el grupo de paramilitares --en el que se incluyen grupos de seguridad de empresarios conocidos-- es dirigido por Billi Fernando Joya Améndola (Jean-Guy Allard), fundador de los Escuadrones de la Muerte y de los grupos Cobra. Hablan asimismo, que a cada sicario le están pagando 744 dólares mensuales, con quienes se encuentra preparando distintas acciones como: atentados contra la dirigencia estudiantil de la Universidad Nacional de Honduras (UNAH) y un auto-atentado en contra del golpista Roberto Micheletti como justificación para endurecer aun más la represión.
Es esta dictadura ilegal, ilegítima y criminal es la que sigue avalando el Estado de Estados Unidos como parte de su estrategia de desestabilizar y frenar los procesos democratizadores, revolucionarios y antiimperialistas en Latinoamérica. Es esta dictadura la que endulzan, avalan y hasta promueven cámaras empresariales, partidos de derecha, medios de información y difusión masiva, algunas expresiones religiosas (evangélicas y católicas), ya no digamos los organismos de carácter fascista organizados y articulados para promover la desestabilización política y, eventualmente, también dar un golpe de Estado en nuestro país. Estas expresiones y actores, que se dicen luchadores por la libertad y la democracia, claramente pro imperialistas, no son más que cómplices del golpismo y las acciones criminales en contra del pueblo hondureño.
Para enfrentar un golpe de Estado que no es sólo contra el pueblo y gobierno hondureño, sino contra todos nuestros pueblos latinoamericanos que avanzan en su liberación, debe partir de comprometer nuestro pensamiento, nuestra voz, nuestra orgánica, articular a nuestras organizaciones, crear redes de lucha por la democracia, e impulsar una lucha conjunta en lo ideológico, en lo político y en lo económico.
"Hacer es el mejor modo de decir"José Martí
Fuente: www.albedrio.org
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En paradero desconocido 4 líderes populares hondureños que viajaban hacia campamento fronterizo
Cuatro líderes de las organizaciones populares hondureñas, que encabezan a un contingente de más de 200 personas contrarias al golpe de Estado, partieron la madrugada de este domingo hacia el puesto fronterizo con Nicaragua, en El Paraíso, para reunirse ahí con el presidente depuesto Manuel Zelaya. Sin embargo, el grupo que caminaba a pie por las montañas para evadir los numerosos cercos y retenes del ejército y policía hondureños, fue detectado por una patrulla cerca de las seis de la mañana. Desde entonces se perdió la comunicación con ellos.
Se trata de Salvador Zúñiga y Berta Cáceres, de la Coordinadora de Organizaciones Populares e Indígenas y Miriam Miranda y Alfreddo López, de la Organización Fraternal Negra de Honduras (de garífonas). Ellos son, además, dirigentes del recién creado Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe.
Otros activistas populares que siguieron el movimiento de este grupo hacia la frontera y que durante las primeras horas de la caminata mantuvieron comunicación fluida vía telefonía celular con los líderes alertaron cerca del mediodía sobre el riesgo de que los dirigentes hayan sido detenidos por las autoridades leales al régimen de facto sin que se informe sobre su paradero.
Desde el viernes 24 de julio un numeroso contingente de opositores a los golpistas se movilizaron hacia el puesto fronterizo que del lado hondureño se llama El Paraíso y del lado nicaragüense se denomina Las Manos, en el departamento de Danlí.
Varias unidades de policías y soldados enviados por el presidente de facto Roberto Micheletti les atajaron el paso en los retenes. El presidente constitucional Zelaya acampa desde ayer a unos metros de la frontera, donde, según declaró, estableció una “cabeza de playa” para poder tener contacto con sus seguidores del lado hondureño.
Ante estos avances de las fuerzas de resistencia, el ejército hondureño redobló el bloqueo de los caminos y las amenazas contra los manifestantes pro zelayistas.
Paralelamente se cumple en Honduras en tercer día de paro general por parte de las tres centrales que aglutinan a los trabajadores del sector estatal.
Rafael Alegría: las raíces de la resistencia hondureña
Apesar de contar con medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ayer la policía nacional de Honduras capturó al dirigente campesino Rafael Alegría. De inmediato lo trasladó a la posta policial de Danlí, en el barrio El Calvario. Pasadas las 8 de la noche, después de seis horas de estar en la cárcel, fue liberado.
Me metieron a la celda con 45 compañeros detenidos (desde más temprano) por la misma causa. Habíamos irrespetado el toque de queda, pero les dije que (esa medida) era ilegal y que no podíamos aceptar eso
, manifestó el dirigente.
Su detención no fue un hecho azaroso. Los golpistas buscan desarticular el movimiento social hondureño. Rafael Alegría es un dirigente clave de la resistencia popular contra el golpe de Estado. Incorruptible e inclaudicable, desempeñó un papel central en la incorporación de su país a la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba).
Ampliamente conocido por el movimiento popular de su país, querido y respetado en el movimiento campesino internacional, cuenta además con el aprecio y el reconocimiento de los presidentes Manuel Mel Zelaya y Hugo Chávez. En diversos momentos desempeñó el papel de diplomático ciudadano y emisario informal entre ambos. Tanto así que desde el pasado 28 de junio ambos mandatarios se comunican regularmente con Alegría. Aún antes del golpe de Estado sus detractores lo acusaban de ser el hombre más cercano al gobierno de Manuel Zelaya, a grado tal que hasta desempeña el papel de vocero del gobierno de Honduras ante el Alba
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Alegría es hijo de campesinos que migraron a Olancho buscando tierra. Fue educado por la Iglesia católica. A los 13 años se incorporó a escuelas radiofónicas, iniciativa pedagógica destinada a jóvenes y adultos de zonas rurales que quieren cursar la primaria. A los 17 ya era un activista campesino de tiempo completo. Participó activamente en la construcción de organizaciones campesinas y tomas de tierras. En 1992, en el marco de una jornada de protestas contra la Ley de Movilización Agrícola, fue nombrado secretario general de la Comisión Coordinadora de Organizaciones Campesinas de Honduras (Cococh).
Rafael Alegría siguió estudiando mientras se desempeñaba como representante campesino. Con el apoyo de una beca de la fundación religiosa alemana Pan para el mundo terminó la carrera de derecho. Actualmente tiene 56 años. En 1992 participó en la fundación del Partido Unificación Democrática, agrupación en la que se coordina buena parte de la izquierda hondureña.
Honduras, escribió hace más de 30 años Gregorio Selzer, fue el portaviones estadunidense en América Central. Mientras en Guatemala, Nicaragua y El Salvador se libraban guerras de liberación nacional, ese país se convirtió en retaguardia de la contrarrevolución en el istmo. Como parte de la doctrina de seguridad nacional, una generación de revolucionarios hondureños fue exterminada tras una ola de asesinatos y desapariciones forzosas aplicada por el general Álvarez Martínez. Después de los Acuerdos de Esquipulas II, en agosto de 1987, se abrió un proceso de democratización
elitista, en el que, no obstante, afloró un vigoroso movimiento popular. Años más tarde ese movimiento jugó un rol fundamental en la conversión del presidente Manuel Zelaya.
Pero más allá de su actuación en la política hondureña, Alegría ha tenido un papel fundamental en la construcción del movimiento campesino internacional y en las protestas contra la globalización neoliberal. De la misma manera en que hoy encabeza la resistencia contra el gobierno de facto, en otras ocasiones ha estado en la primera línea de jornadas de lucha, sea contra la Organización Mundial del Comercio en Hong Kong o Cancún, o en los diversos encuentros del Foro Social Mundial en Porto Alegre o Bombay.
Él es, simultáneamente, hondureño y ciudadano del mundo; patriota e internacionalista. Es un representante del nuevo movimiento social que sustenta y nutre el proyecto continental de transformación bolivariano. Compañero y amigo de figuras como Evo Morales o Joao Pedro Stedilé, fue, durante varios años, responsable del secretariado internacional de Vía Campesina. Prácticamente sin recursos, sostuvo las oficinas de su secretariado operativo en Tegucigalpa.
Defensor de la agricultura campesina, es crítico implacable del neoliberalismo y del papel que ha desempeñado en la agricultura. “Al gran capital –sostiene– lo único que le interesa son los negocios, nada más negocios. No le interesan los alimentos ni si el pueblo consume y puede acceder al alimento”.
Según él, los altísimos precios que en los últimos años están sufriendo productos como el maíz, el frijol, la soya y los de consumo popular se deben a una gran especulación del capital, de las compañías trasnacionales que controlan los mercados. Y al abandono desde hace más de 20 años de políticas públicas agrícolas que impuso el modelo neoliberal, que destruyó la economía campesina y desarticuló los sistemas financieros. Los estados se desentendieron de la agricultura y prácticamente hubo una desarticulación total de la mediana y pequeña agricultura. Ahora se están viviendo las consecuencias de que los pequeños y medianos agricultores fueron abandonados y sustituidos por empresas trasnacionales.
Durante 28 días consecutivos, miles y miles de personas se han mantenido en lucha por el retorno de la democracia y del presidente legítimo Manuel Zelaya. Han puesto en riesgo su vida, libertad y bienes. Junto a ellas se encuentran dirigentes como Rafael Alegría. Para entender lo que sucede hoy en Honduras hay que ver a ese pueblo y a esos líderes. Es en ellos donde se encuentran las raíces de la resistencia al golpe.
Obama y Honduras
El Plural
Comienzo este artículo diciendo que apoyé e Obama en las últimas elecciones a la Presidencia de EEUU, y espero que sea reelegido, pues la alternativa republicana, sea cual sea, sería muchísimo peor para las clases populares de EEUU y de todos los países del mundo. Ahora bien, mi apoyo a Obama está determinado por el contexto estadounidense. Es decir, es positivo que Obama sea presidente en EEUU, pero el hecho de que lo sea de EEUU implica que su Presidencia esté configurada por unas fuerzas financieras, económicas y mediáticas que establecen las pautas de sus comportamientos domésticos e internacionales, que limitan en gran manera el potencial progresista que su elección supone. Si comparamos, por ejemplo, el comportamiento de Obama, con una clara denuncia del golpe de estado hondureño, con el apoyo e implicación de Bush en el intento del golpe de estado de Venezuela, la diferencia es notoria y significativa. No hay duda, por lo tanto, de que la política de Obama ha significado un paso positivo en su política exterior. Es más, a petición del Presidente Evo Morales, de Bolivia, el Presidente Obama condenó el intento de asesinato al Presidente Morales, indicando que “quiero dejar muy claro que estoy absolutamente en contra y me opongo a los esfuerzos de sustituir violentamente cualquier gobierno democráticamente elegido en el lugar que sea en este hemisferio.”. El Presidente Morales, por cierto, sospechaba, razonablemente, que la Embajada estadounidense en Bolivia estaba intentando desestabilizar su gobierno, pues la Agencia de Ayuda Exterior de EEUU (USAID) estaba gastando unas cantidades en Bolivia (incluyendo apoyo a partidos de la oposición) que, proporcionalmente, eran equivalentes a las que EEUU invertía en Irak. Tal declaración de Obama desalentó cualquier intento violento de cambio.
Ahora bien, dicho esto, es importante no caer en la obamamanía, que amplios sectores de las izquierdas en Europa están haciendo. Es necesario no perder la actitud crítica, incluso hacia la administración Obama, cuyas políticas están configuradas, en gran manera, por fuerzas políticas de las que las izquierdas en Europa debieran ser conscientes. Veamos, por ejemplo, lo ocurrido en Honduras, y analicemos varios hechos en los que la Administración Obama merece una crítica.
Primero. Todos los militares golpistas hondureños son graduados de la Escuela Militar Estadounidense, llamada Escuela de las Américas, donde se han formado la mayoría de golpistas latinoamericanos. Esto es un hecho incuestionable. Los datos están ahí, de fácil comprobación. Estos golpistas hondureños están no sólo educados, sino también financiados y dotados de recursos por el sistema estadounidense de seguridad, centrado en el Pentágono. Es imposible que estos generales pudieran dar su golpe sin el conocimiento de los militares estadounidenses asentados en Honduras, y es difícil (aunque no imposible) que militares estadounidenses, próximos a los golpistas hondureños, no informaran a la Administración Obama de lo que estaba ocurriendo y de los preparativos para el golpe militar. La Administración Obama debe dar una explicación sobre la relación entre el Pentágono y los golpistas hondureños.
Segundo. La Ley estadounidense establece, claramente y sin ningún equívoco, que EEUU no puede proveer ninguna ayuda militar o económica a ningún gobierno que haya sustituido por la fuerza de las armas, según un golpe militar, a otro que fuera democráticamente elegido. Pues bien, la ayuda militar y económica no se ha interrumpido completamente. Es cierto que se ha suspendido la ayuda militar de 16,5 millones al Ejército golpista hondureño. Pero la Escuela de las Américas continúa dando la bienvenida a militares hondureños. Tales contactos debieran ser interrumpidos. Y la ayuda económica debiera también terminarse.
Tercero. El gobierno federal debiera instruir que se congelaran todas las cuentas bancarias de todos los dirigentes y simpatizantes del golpe militar depositadas en los bancos estadounidenses, tal como ha propuesto el Los Angeles Times. Tal medida dañaría directamente a tales individuos golpistas sin perjudicar a la población. Esta medida podría también adoptarse en todos los países miembros de la Organización de Estados Americanos.
Cuarto. El gobierno federal debiera también negar el acceso de apologistas del golpe, contratados por el nuevo gobierno ilegal hondureño, para influenciar al gobierno federal en su defensa. Entre ellos destacan Lanny Davis, abogado, próximo a los Clinton (defendió al Presidente Clinton durante el famoso caso Lewinsky) que ha sido contratado por el gobierno golpista para tratar de influenciar a la Ministra de Exteriores de EEUU, la Sra. Clinton, y al Congreso de EEUU. Y el otro apologista del golpe es Bennett Ratcliff, abogado estadounidense que, según el The New York Times, es próximo a Micheletti y persona influyente en el Congreso de EEUU, conocido dentro del Partido Demócrata por su falta de escrúpulos en su objetivo de optimizar sus ingresos.
Quinto. El presidente Obama debiera cambiar su equipo de consejeros en temas de América Latina, entre los cuales está el Sr. Jeffrey Davidow, que estuvo en la Embajada Estadounidense en Chile durante el golpe del general Pinochet.
Sexto. El Presidente Obama debiera recibir al Presidente legítimo de Honduras. Hasta hoy no lo ha recibido, un hecho criticable que resta credibilidad a su supuesto apoyo a tal Presidente como legítimo Jefe de Estado de un país, que EEUU siempre ha considerado de gran importancia estratégica para sus intereses. La Administración Obama debe ser consciente de que el gobierno federal de EEUU ha intervenido sistemáticamente (incluyendo el envío de tropas estadounidenses) a favor de los intereses oligárquicos hondureños aliados a Compañías estadounidenses (The United Fruit Company), que instauraron dictaduras sostenidas por el gobierno federal de EEUU. Tal distanciamiento de la Administración Obama hacia el Presidente Zelaya daña la credibilidad de su compromiso con la existencia de democracia en aquel país.
Séptimo. La Administración Obama no ha condenado específicamente los actos de brutal represión que están teniendo lugar en aquel país, que incluyen detenciones y desapariciones, ataques armados a la población, interrupción de libertad de prensa y de comunicación, e interrupción de todos los sistemas de comunicación, incluido Internet.
Octavo. La Administración Obama ha sido la mayor fuerza en el proceso de mediación en Costa Rica, entre los golpistas y el Presidente legítimo de Honduras, estableciéndose relaciones bilaterales con igualdad de representatividad, que alcanza su forma más paradójica cuando se trata al principal golpista con los mismos tratamientos que al Presidente legítimo. Es bochornoso que se considere a los dos lados como iguales.
Se me dirá, con razón, que el Presidente Obama (independientemente de su sentimiento y opinión personal) tiene que ir con pies de plomo en lo que hace, debido a la gran fuerza que los conservadores todavía tienen en EEUU. Recordemos que el Presidente John Kennedy fue asesinado cuando intentaba el deshielo con el gobierno cubano de Fidel Castro. Las fuerzas conservadoras son enormemente poderosas en EEUU. Y limitan y obstaculizan cambios en la política exterior (e interior) de aquel país. Y es ahí, precisamente, el quid de la cuestión. Que las políticas de Obama sean mejores que las de Bush (lo cual es muy positivo) no quiere decir que el Presidente Obama sea ahora la fuerza política progresista que cambiará América Latina. Ni mucho menos. Lo mejor que puede hacer la Administración Obama es neutralizar las fuerzas conservadoras (claramente reaccionarias) existentes en su entorno y en el Congreso de EEUU (incluido en el Partido Demócrata). Estas fuerzas limitan lo que Obama puede hacer en Latinoamérica, incluso en el caso, más que probable, que él deseara sinceramente un cambio muy notable en sus relaciones con América Latina.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Fuente: www.rebelion.org
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EL MOVIMIENTO SINDICAL, INDIGENA Y CAMPESINO GUATEMALTECO
1. Que felicita la heroica decisión del Presidente Constitucional de la República de Honduras, Manuel Zelaya de acampar ante las fronteras hondureñas con la finalidad de emprender el viaje de retorno a su país.
2. Que lamenta profundamente la falta de coherencia y la intrínseca intención de legitimar los posicionamientos de los golpistas hondureños del Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Manuel Insulza y del gobierno de los Estados Unidos de América, al apoyar una propuesta indigna y responsabilizar al Presidente Constitucional de Honduras por su legítima decisión de regresar a su país de los actos de violencia que estas fuerzas golpistas pudiesen ejercer contra el hermano pueblo de Honduras que lucha por la recuperación de su democracia.
3. Que Como parte de las estrategias represivas para mantenerse en el poder, los golpistas hondureños han militarizado algunas zonas amenazando la vida, la libertad y la integridad física de las hermanas y hermanos hondureños que habitan dichas comunidades.
4. Que hemos recibido la denuncia de que uno de estos casos, es la COMUNIDAD DE GUADALUPE CARNEI, SILÍN, TRUJILLO, que se encuentra actualmente situada por las fuerzas del traidor ejército hondureño y existe grave riesgo de que esta comunidad sea ilegítimamente atacada.
5. Ante ello, el MSICG ha decidido invocar la obligación universal de proteger el pleno respeto de los derechos humanos y ha planteado por escrito la solicitud de HABEAS CORPUS INTERNACIONAL en favor de las 600 familias que habitan dicha comunidad.
6. Dicho planteamiento se estará realizando ante la Embajada de Honduras, la Corte de Apelaciones de la Ceiba, Honduras y el Procurador de los Derechos Humanos de la República de Guatemala el día lunes 28 de julio del año 2,009.
7. El MSICG se solidariza con el pueblo hondureño en resistencia y su Presidente Constitucionalmente electo, Manuel Zelaya y al mismo tiempo exige al Gobierno de Guatemala y a los gobiernos de la región no caer en la pasividad y exigir acciones contundentes para asegurar el retorno de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Honduras.
CONSEJO POLÍTICO
MOVIMIENTO SINDICAL, INDIGENA Y CAMPESINO GUATEMALTECO
MSICG
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La crisis hondureña en tiempo de descuento
¿Por qué? Porque Honduras es lo más cercano a lo que puede ser una colonia de los Estados Unidos en el siglo XXI.
Allí tiene la base militar de Soto Cano, plataforma para sus operaciones antiinsurgentes en todo Centroamérica durante la Guerra Fría, a través de la cual ha tejido sólidos vínculos con las fuerzas armadas hondureñas, cuyos jefes son instruidos en instituciones estadounidenses.
Allí tiene a una oligarquía sumisa y trasnacionalizada con casa de verano en Miami, que defiende los intereses de las empresas y gobiernos estadounidenses como propios.
Allí tiene en vigencia un Tratado de Libre Comercio que garantiza el libre acceso a bienes estadounidenses y relega al empobrecido país centroamericano al rol de proveedor de bienes primarios en la periferia del capitalismo global. Hasta allí llegan las remesas de Florida y New York que mantienen viva a la economía local.
Allí tiene la Constitución y el sistema electoral más conservador de la región, prácticamente a prueba de experimentos populistas y/o progresistas, como el que súbitamente decidió encarnar Zelaya durante la segunda mitad de su mandato.
Por todo eso, el Departamento de Estado sabía que se venía gestando un golpe. Se lo venía contando su embajador. Pero el burocratizado Departamento de Estado había cometido un error que terminaría pagando muy caro. Tegucigalpa no es lo que se dice un destino diplomático apetecible. Antes de la conversión de Zelaya, parecía un lugar lo suficientemente inofensivo como para cumplir con la cuota de embajadores republicanos. Entonces había mandado a Hugo Llorens, un clásico ejemplo del diplomático-empresario que usa sus destinos para asegurarse trabajos bien pagos para su retiro, mimetizándose con los sectores más prebendarios de la oligarquía local, donde sus servicios son más útiles.
Como reveló Ernesto Semán en estas páginas, cuando Llorens estuvo destinado acá en Argentina fue lobbista de Ciccone Calcográfica. O sea, trabajó para una empresa especializada en colonizar distintos estamentos del Estado, ya sea aliada con Yabrán, ya sea aliada con Cavallo, siempre cerca de los sectores más retrógrados de la Iglesia que se referencian en políticos como Cacho Caselli, para copar los mejores negocios de impresión de dinero, cuasidinero, billetes de lotería, patentes de autos, pasaportes, cédulas y documentos de los últimos años.
Según fuentes de la diplomacia y de los organismos multilaterales, en Honduras las fuerzas golpistas tenían bastante persuadido a Llorens de que un golpe más o menos prolijo podía funcionar. Que era la mejor manera de prevenir que Zelaya forzara su reelección y Honduras cayera bajo la órbita chavista.
O sea, un disparate: por más que lo intentara, y probablemente lo intentaría, Zelaya no tenía ni los votos ni el poder legal ni el poder institucional ni el poder militar para forzar su reelección, y debía entregar el mando sí o sí en seis meses. La Corte Suprema, la Corte Electoral, el Congreso, los generales, la embajada norteamericana, la Iglesia Católica y las protestantes, dos de las tres principales cámaras empresariales, los diarios nacionales, las cadenas de televisión y hasta su propio partido, el Liberal, se habían manifestado en contra de la reelección y la Carta Magna vigente consideraba un delito siquiera intentarlo. Encima, en las encuestas Zelaya ni siquiera alcanzaba a arañar el cincuenta por ciento de la intención de voto.
Pero Llorens no hacía esa cuenta por afinidad ideológica sino por intereses compartidos. Llorens compraba el análisis paranoico-revanchista de los golpistas y en sus comunicaciones con Washington advertía que Zelaya era un peligro. Mientras tanto, en sus conversaciones con los golpistas a Llorens le costaba bajar la línea trazada por Obama en la última Cumbre interamericana: no más golpes, no más intervencionismo, todos somos socios.
Tom Shannon, subsecretario para la región, tuvo que viajar a Tegucigalpa para transmitir el mensaje a Micheletti y al general golpista Romeo Vázquez con el énfasis que a Llorens tanto le costaba encontrar. Pero en algo coincidieron los norteamericanos y los golpistas: Mel Zelaya no podía seguir más allá de su mandato. Sí o sí había que pararlo. Llorens, Shannon, los militares norteamericanos de la base hondureña, los militares hondureños, los civiles golpistas, todos estaban de acuerdo.
Había que contener la expansión chavista que supuestamente representaba la reelección de Zelaya. Una peligrosa expansión, no sólo a nivel territorial hacia el corazón del poder militar estadounidense en la región sino también a nivel ideológico: si a los aliados de Chávez se les permitía reformar sus constituciones a su antojo para perpetuarse en el poder, el equilibrio regional se perdía y los intereses de Washington quedaban desprotegidos.
Entonces pasó lo que pasó y antes de que Obama pudiera reaccionar, los cancilleres del hemisferio se habían reunido en Wa-shington en el marco de la OEA para pedir el retorno “inmediato e incondicional” de Zelaya, resolución que Estados Unidos no tuvo más remedio que acompañar, atento a los compromisos que Obama había asumido con los demás presidentes de la región. Pero había una palabra que incomodaba a los norteamericanos, “incondicional”. Foggy Bottom, como le dicen allá al Departamento de Estado, no quería un retorno “incondicional”. Aceptaba que vuelva, pero no que se quede.
Shannon seguramente recomendó hacer lo que se viene haciendo en la región en cada crisis desde que él se hizo cargo en el tramo final del gobierno de George W. Bush: bajarle los decibeles a la pelea con Chávez y negociar con Brasil una posición común que contenga a los demás países de la región. Como Lula quería que Zelaya volviera y Obama quería que no se quedara, consensuaron en Moscú que Zelaya volvería pero no se quedaría.
Para pasar de “vuelve sin condiciones” a “vuelve pero se va”, Shannon, Hillary o algún cráneo de Foggy Bottom tuvo la idea de convocar al presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para que haga valer el acuerdo entre Obama y Lula.
El anuncio de la mediación fue un baldazo de agua fría para la OEA. “Veníamos invictos y de repente nos dejaron afuera”, graficó una fuente del organismo. Ni lerdo ni perezoso, Arias puso en la mesa su versión light de “vuelta incondicional”: amnistía para todos, gobierno de “unidad nacional”, adelanto de las elecciones, fuerzas armadas bajo las órdenes de la Corte electoral, promesa pública de Zelaya de irse sin tocar la Constitución. Así la OEA quedó rehén de Costa Rica: si había acuerdo, tendría un rol estelar en la puesta en marcha y verificación de los acuerdos; si fracasaba el acuerdo quedaba pintada, a merced de su creciente coro de críticos.
Los países del ALBA tampoco quedaron muy contentos y a través de Fidel Castro acusaron a Arias de querer perpetuar el golpe. En cambio Chávez hizo saber sus reparos, pero después acompañó con sonoros silencios los editoriales rabiosos del comandante cubano. Había decidido bajar el perfil en Costa Rica para jugar fuerte en Washington.
Zelaya aceptó la propuesta de Arias enseguida, Micheletti no. Pensaba que podía dar vuelta a los norteamericanos. Pasaban los días y Arias se mostraba nervioso porque los golpistas no se bajaban del caballo. Cuando el plazo se acabó, el Premio Nobel costarricense reiteró su oferta más algunos chupetines que venían pidiendo los golpistas: elogios para el “profesionalismo” de los militares hondureños, “Comisión de la Verdad”, moratoria por seis meses de cualquier juicio político. Micheletti volvió a decir que no.
¿Y qué estaba pasando en Washington? Pasaba que el lobby anticastrista, con epicentro en Miami, había recobrado los bríos de antaño y había hecho del golpe de Honduras su nueva causa patriótica. Bajo la batuta de los dinosaurios Otto Reich y Roger Noriega, los referentes de Llorens, este pequeño y marginal grupo de presión, que alguna vez fue influyente pero cuya imagen ante la opinión pública norteamericana quedó por el piso tras el caso del balserito Elián González, este lobby invadió despachos y redacciones de los diarios con publicistas y asesores caros que venían a presentar “el caso hondureño” ante los decision-makers de la capital norteamericana. “Si vas al Congreso está lleno de hondureños y gente paga por los hondureños haciendo lobby a favor del golpe”, cuenta Héctor Timerman, el embajador argentino en Washington.
Al mismo tiempo, la atención de Obama estaba en otro lado. El presidente buscaba desesperadamente los votos moderados que necesitaba para el pasaje de su reforma del sistema de salud, un tema decisivo en su pulseada con los republicanos. Lo último que quería era perder votos por una discusión sobre si hubo o no hubo golpe en Honduras. Por eso había un bando muy marginal que hacía mucho ruido contra otro bando con todo el poder que no contestaba, generando un microclima que algún analista confundió con “interna feroz” en el seno del gobierno norteamericano.
Así las cosas, fueron los diplomáticos argentinos y venezolanos quienes llevaron el peso de la campaña a favor de Zelaya, combatiendo en inferioridad de condiciones al lobby anticastrista en las horas decisivas que sucedieron al golpe, armando la agenda de la delegación zelayista cuando ésta finalmente llegó, una semana más tarde.
Esa gestión habría producido el mayor acercamiento diplomático entre Venezuela y Estados Unidos que se haya conocido hasta el momento, según confió una fuente que presenció el trabajo conjunto, acercamiento que ambos gobiernos prefieren ocultar por razones obvias de política doméstica: Chávez es mala palabra en Estados Unidos y Estados Unidos es mala palabra en la Venezuela chavista.
Más allá del ruido que generaron, a la hora de contar los porotos, la cosecha de los golpistas fue más bien exigua: dieciocho votos de los más de 400 congresistas norteamericanos para condenar los intentos reeleccionistas de Zelaya, algún editorial favorable en los diarios influyentes y la demora por un par de semanas de las confirmaciones de Arturo Valenzuela (subsecretario para América latina) y Shannon (embajador en Brasil). No mucho más.
Brasil jugó como venía jugando en la región, ya con el tema de las FARC, ya con el intento de golpe en Bolivia: sereno, confiado, sin correr detrás de la pelota, sabiendo que tarde o temprano le iba a llegar. Dejó hacer a Arias como antes había acompañado en la OEA y recién se puso en movimiento el lunes pasado, dos días antes de que venza el plazo de la mediación. Entonces el canciller Celso Amorin llamó a Hillary Clinton y le dijo que era tiempo de apretar a Micheletti para que agarre viaje. Washington tiene juego. Su as de espadas es la facultad de cancelar las visas de los golpistas. Según pudieron constatar una variedad de negociadores, ésa es la pena más temida. De concretarse, los golpistas no podrían visitar por un largo tiempo sus condominios en Miami.
Al día siguiente de hablar con Amorim, Hillary apretó por teléfono a Micheletti. Pero el dictador le juró a la prensa hondureña que el tema de las visas ni siquiera se mencionó. Si Micheletti no miente, Hillary se guardó la carta.
Los tiempos se estiraban y el lobby anticastrista enrarecía el ambiente en Washington. Uribe, el presidente colombiano, envalentonado por las dos bases militares que los norteamericanos le acababan de enchufar, se animaba a tirarleS una soga a los golpistas, rompiendo el consenso en la OEA. Entonces Zelaya decidió que había llegado la hora de presionar a Washington para que acelere el desenlace, y se trasladó a la frontera. Lula le deseó suerte. La Unión Europea pidió “serenidad”. Mercosur apoyó a Zelaya con una fuerte declaración, pero como no había querido invitarlo a la cumbre, Chávez faltó a la cita.
La movida obligó a Washington a usar toda su influencia para evitar que los militares hondureños cumplieran con la orden de Micheletti de meter preso a Zelaya no bien pisara suelo hondureño. Cuando lo pisó, un coronel lo mandó de vuelta a Nicaragua. En sintonía con el coronel, los norteamericanos usaron todo su poder de seducción para lograr que Zelaya retrocediera. Lo invitaron a Washington, le prometieron reuniones top, le juraron que esto se resuelve sin sangre y en cuestión de días. Si lograba entrar sin Arias y sin la OEA, ya no lo podrían controlar.
Y Zelaya quedó ahí, en la frontera, a la espera de que los militares hondureños lo dejen volver. Y los muy profesionales militares hondureños, que antes desobedecieron a Zelaya y ahora desobedecen a Micheletti, también quedaron ahí, mudos y acuartelados. A la espera de que sus verdaderos patrones, los comanders de Soto Cano, les digan lo que tienen que hacer. Al cierre de esta edición, los militares norteamericanos esperaban órdenes de Washington, donde el partido entraba en tiempo de descuento.
Fuente: Minga Informativa de Movimientos Sociales - www.pagina12.com.ar
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El coraje de un pueblo
Que nadie dude que la batalla por la libertad y la democracia la está ganando el heroico pueblo hondureño. A casi un mes del golpe de Estado infligido por la oligarquía y el ejército, con la simpatía del gobierno estadounidense, ese valiente pueblo no ha descansado un solo día en su lucha por restablecer el orden institucional en nuestra hermana república de Honduras.
Han sido días y noches en los que el coraje y el amor a la libertad han signado la historia de esta empobrecida nación centroamericana.
Grupos de mujeres, artistas, campesinos, sindicalistas, grupos indígenas y garífunas, estudiantes y profesionales, todos y todas, han salido a las calles, a las carreteras, a las plazas públicas a protestar contra el oprobioso régimen de facto al que en todo el mundo sólo apoyan la señora Clinton y el señor Arias, quien, por cierto, ha degradado y vilipendiado el Premio Nobel de la Paz.
No olvidamos a Isis Obed Murillo ni a Pedro Magdiel Muñoz ni tampoco a los cientos de heridos que ha dejado esta cruel dictadura que se ha hecho del poder para beneficiar a las elites oligarcas y a las compañías transnacionales que están saqueando todos los recursos de nuestros pueblos: agua, bosques, minerales, entre otros. Y desde luego, todo esto es apoyado por la señora Clinton y el señor Arias.
La una y el otro han apoyado las muertes de aquellos dos jovencitos. A Murillo le destrozaron la parte posterior del cráneo con una bala disparada por un francotirador militar y Muñoz fue capturado y torturado hasta la muerte por fuerzas conjuntas del ejército y la policía del oprobioso régimen de facto apoyado por la señora Clinton y el señor Arias. ¿Cuánta sangre más será derramada en nombre de los intereses de la oligarquía criolla y las compañías transnacionales apoyadas por la señora Clinton y el señor Arias?
Gracias a la cadena TeleSUR, hemos visto cómo cientos de hondureños y hondureñas se hallan en estos momentos (domingo 26 de julio, 7.30 pm) atravesando barrancos y montañas rumbo a la frontera con Nicaragua, en donde se halla el presidente Mel Zelaya. A su esposa, doña Xiomara Castro de Zelaya, sus hijos y su señora madre, las fuerzas represivas los mantienen detenidos en una carretera a unos 30 kilómetros de la frontera.
Hombres y mujeres humildes de una comunidad indígena de La Paz caminaron cuatro días entre las selvas y ya están a pocos kilómetros de la zona fronteriza donde está su Presidente. Esto es para hacer poesía. Se le anuda a uno la garganta al ver tanto sacrificio de un pueblo sencillo y humilde que está pidiendo que se le respete. Sus luchas han sido pacíficas. Han caminado mucho y no han comido durante varios días. De veras, esto es para hacer poesía.
Por todo ello, que no quepa la menor duda de que la batalla la está ganando el heroico pueblo hondureño. Y la ganará.
Fuente: www.albedrio.org
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