Por Hipólito Zúniga
Claro en sus ideas, firme en las luchas del pueblo, sencillo en su inconmensurable amor por sus semejantes, especialmente, por los más pobres, incansable en su trabajo cotidiano por un mundo mejor, así era Oscar Padilla, compañero, amigo y hermano, quien, después de batallar con una artera enfermedad, nos dejó con su ejemplo, su temple y, por su puesto, con la mirada serena de los hombres de corazón justo y noble.
Desde las aulas de la entrañable Escuela Superior se destacó por su entusiasta adhesión a las luchas populares por las que vivió con intensidad. Nadie, honrado en sus apreciaciones, vio en su persona el más mínimo asomo de arribismo, pedantería, sectarismo o prepotencia, por el contrario, siempre valoró los esfuerzos, propuestas o planteamientos de los demás.
En el ejercicio de la docencia se identificó con la pedagogía del diálogo, el humor y la exploración de vías alternas a la cultura de la imposición, el autoritarismo y la dominación. Sus compañeros(as) siempre lo recordaremos afanado construyendo ideales, sembrando optimismo y alegría, sus alumnos(as) no olvidarán su morral pletórico de sueños, su marcador en ristre esquematizando la lucha de clases, la exclusión social y la pobreza. Para todos(as) los que te conocimos siempre serás un referente de coherencia, humildad y fidelidad, sin dobleces, a los más caros anhelos de los desposeídos.
La vida es ingrata a veces, la última vez que te vi estabas lleno de vida, inspirado como nunca en la revitalización de la lucha del pueblo, planteando que ahora más que nunca deberíamos ser audaces en la búsqueda de la liberación de nuestra patria, por aunque nacido en El Salvador, fuiste hondureño por opción y convicción.
¿Quién dijo que estás muerto? Nadie que te conoció podría hacer semejante afirmación. Siempre tendremos tu conducta apuntalando nuestro andar, tu voz arenga pausada: fuego que ilumina, tus manos alzando la roja bandera del amanecer, tu mirada avizorando el horizonte postergado. Siempre serás el compañero, el hermano y el amigo.
Aunque tengo un nudo en la garganta celebró tú vida que es inspiración.
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