viernes, 9 de julio de 2010

Mea culpa: alcalde golpista Ricardo Álvarez pide perdón

Red Morazánica de Información
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A oídos del Cardenal Oscar Andrés Rodríguez

Tegucigalpa 06 de julio de 2010. El alcalde de Tegucigalpa, Ricardo Álvarez, pidió perdón públicamente, por sus actuaciones durante el golpe de Estado (sin mencionarlo), en aras de la “reconciliación” que impulsa el gobierno de Porfirio Lobo.



Álvarez es el actual presidente del Comité Central del Partido Nacional PN, el mismo al que pertenece Lobo.
El alcalde es uno de los principales responsables del golpe y uno de sus beneficiarios directos, al recibir inmediatamente después del golpe, 75 millones de lempiras, por parte del régimen de facto, mientras se dedicaba a organizar manifestaciones a favor del gobierno de facto, de Roberto Micheletti.

Un año después del golpe, Álvarez aparece ante los medios de comunicación expresando que “La reconciliación pasa por el reconocimiento de que todos hemos fallado, yo hoy pido disculpas y pido perdón si me equivoqué, si humillé a alguien, si ofendí a alguien, si hice algo incorrecto en el camino”.

Como prueba de la supuesta “reconciliación”, Álvarez expresó, que en la fiesta ofrecida por la embajada norteamericana en Tegucigalpa, con motivo del aniversario de su independencia, le dio la mano a Milton Jiménez, Arístides Mejía y a Héctor Manuel Zelaya Castro, hijo del Presidente Manuel Zelaya Rosales.

Álvarez, es señalado como responsable de la logística de los grupos que organizaban manifestaciones a favor del golpe de Estado, “es el hombre del dinero…los fondos inicialmente fueron proporcionados por la empresa privada y luego financiados con fondos de la misma Alcaldía proporcionados por el Estado mismo”, indican reportes periodísticos de julio de 2009.

El mea culpa del alcalde aparece cuando algunos grupos que participaron en el golpe, como la Iglesia Católica, ha pedido a través de uno de sus obispos que se de una “verdadera reconciliación” en el país.

Irónicamente el alcalde sostuvo que darle la mano a los ex funcionarios de Zelaya, es un gesto de cómo tienen que manejarse los asuntos del país, “cuando son cosas políticas en elecciones, pero cuando es cosa del país en una mesa que permita que nuestro país prospere”, sin mencionar el golpe de Estado.

Fuente: ResistenciaHonduras.net


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