Ya estamos diciéndole adiós al mundial de fútbol, y se quedan en nuestras memorias las grandes jugadas de los profesionales del balón, nos quedamos con esos hermosos goles que iluminaron el rostro de los ganadores y entristecieron a los perdedores. Nos quedamos tristes porque los equipos latinoamericanos se quedaron en el camino, y más tristes por el uso y abuso que unos cuantos potentados hacen del fútbol y de la alegría y debates que llenan las conversaciones en los buses, las barberías, los parques, oficinas, templos, salas de redacción y en la calle.
La selección de Honduras en este mundial quedará grabada en la memoria del pueblo. Tuvimos que esperar 28 años para estar en este evento deportivo, seguramente el más esperado por el planeta. Y vaya coincidencia!! Hace 28 años estábamos estrenando Constitución y acabábamos de pasar por una Asamblea Nacional Constituyente. Y los jugadores catrachos fueron a su segundo mundial en un ambiente de presión de muchos sectores sociales por un nuevo pacto social que se exprese en una Asamblea Nacional Constituyente.
Obviamente los tiempos han cambiado. Para los analistas deportivos los jugadores que participaron en España 82, es cierto que ganaron su buen dinero, pero su actitud primordial fue jugar por amor al deporte y por dejar muy en alto el nombre de nuestra nación. En Sudáfrica, es cierto que hubo amor a la camiseta, pero lo primordial para los “legionarios” fue el dinero que había de por medio o hacer buen papel para tener mayores posibilidades de ser contratados por equipos europeos. Lo que más importó fue el pisto y la fama, y lo menos fue quedar bien ante millones de hombres, mujeres y niños que madrugaban para verles y sentirse orgullosos de ellos.
Curiosamente los analistas políticos también coinciden entre las circunstancias y actores que impulsaron la Constituyente implementada en el 1982, y la exigencia que hoy hace el pueblo hondureño por ese nuevo contrato entre la sociedad y el Estado. Afirman que la Constituyente del 82 fue un parapeto para trasladar el poder de los militares a civiles. Lo grave fue que los civiles que asumieron el control del Estado fue el mismo grupito que se había beneficiado con las administraciones verde olivo.
En cambio la demanda de una nueva constituyente que hoy grita el pueblo, es el resultado del fracaso de las administraciones liberales y cachurecas que se instalaron desde antes de los ochentas, del cansancio del pueblo por los niveles de corrupción, y sobre todo, de la necesidad de no dejar que el país se hunda para siempre en la violencia, en la miseria y la corrupción.
Con sus aciertos y desaciertos los jugadores ya cumplieron con papel de llevar a Honduras a un segundo mundial; ahora nos toca al pueblo continuar con los procesos de organización, formación y movilización para avanzar hacia ese nuevo pacto social, que se exprese en una Constituyente, vista como el primer paso para avanzar en procesos reales para sacar el país de las calamidades en las que hoy se encuentra.
El escenario de Sudáfrica se quedó en el recuerdo. Hoy el escenario está en nuestro territorio, y es una lucha en donde los meros, meros jugadores, somos las hondureñas y hondureños que hemos de meter el gran golazo del nuevo pacto social que nos asegure el gran triunfo nacional.
Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso, 8 de julio de 2010
Fuente: Radio Progreso - Vos el soberano
La selección de Honduras en este mundial quedará grabada en la memoria del pueblo. Tuvimos que esperar 28 años para estar en este evento deportivo, seguramente el más esperado por el planeta. Y vaya coincidencia!! Hace 28 años estábamos estrenando Constitución y acabábamos de pasar por una Asamblea Nacional Constituyente. Y los jugadores catrachos fueron a su segundo mundial en un ambiente de presión de muchos sectores sociales por un nuevo pacto social que se exprese en una Asamblea Nacional Constituyente.
Obviamente los tiempos han cambiado. Para los analistas deportivos los jugadores que participaron en España 82, es cierto que ganaron su buen dinero, pero su actitud primordial fue jugar por amor al deporte y por dejar muy en alto el nombre de nuestra nación. En Sudáfrica, es cierto que hubo amor a la camiseta, pero lo primordial para los “legionarios” fue el dinero que había de por medio o hacer buen papel para tener mayores posibilidades de ser contratados por equipos europeos. Lo que más importó fue el pisto y la fama, y lo menos fue quedar bien ante millones de hombres, mujeres y niños que madrugaban para verles y sentirse orgullosos de ellos.
Curiosamente los analistas políticos también coinciden entre las circunstancias y actores que impulsaron la Constituyente implementada en el 1982, y la exigencia que hoy hace el pueblo hondureño por ese nuevo contrato entre la sociedad y el Estado. Afirman que la Constituyente del 82 fue un parapeto para trasladar el poder de los militares a civiles. Lo grave fue que los civiles que asumieron el control del Estado fue el mismo grupito que se había beneficiado con las administraciones verde olivo.
En cambio la demanda de una nueva constituyente que hoy grita el pueblo, es el resultado del fracaso de las administraciones liberales y cachurecas que se instalaron desde antes de los ochentas, del cansancio del pueblo por los niveles de corrupción, y sobre todo, de la necesidad de no dejar que el país se hunda para siempre en la violencia, en la miseria y la corrupción.
Con sus aciertos y desaciertos los jugadores ya cumplieron con papel de llevar a Honduras a un segundo mundial; ahora nos toca al pueblo continuar con los procesos de organización, formación y movilización para avanzar hacia ese nuevo pacto social, que se exprese en una Constituyente, vista como el primer paso para avanzar en procesos reales para sacar el país de las calamidades en las que hoy se encuentra.
El escenario de Sudáfrica se quedó en el recuerdo. Hoy el escenario está en nuestro territorio, y es una lucha en donde los meros, meros jugadores, somos las hondureñas y hondureños que hemos de meter el gran golazo del nuevo pacto social que nos asegure el gran triunfo nacional.
Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso, 8 de julio de 2010
Fuente: Radio Progreso - Vos el soberano
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