Por José Melendez
El Parlamento de Costa Rica aprobó la ampliación de los acuerdos de cooperación con Washington para la lucha contra los narcos y el crimen organizado.
El último disparo de las guerras políticas que por casi 40 años estremecieron a Centroamérica salió de algún viejo fusil en Guatemala en 1996.
Pero hoy, con la paz en dificultades, el escenario parece listo para otra guerra, pero no contra las guerrillas de izquierda sino para enfrentar a las mafias del narcotráfico de Colombia y México, a través de una renovada presencia militar de Estados Unidos en la región.
El Parlamento de Costa Rica aprobó la ampliación de los acuerdos de cooperación con Estados Unidos. Washington desplegó buques, aeronaves de guerra y tropas en suelos, mares y espacios aéreos de Centroamérica y logró abrir nuevas bases militares sobre las costas de los océanos Pacífico y Atlántico, rutas habituales de más del 90 por ciento de los estupefacientes hacia Estados Unidos.
Este posicionamiento coincide con los acuerdos de EE. UU. y Colombia para que fuerzas norteamericanas usen instalaciones militares colombianas y que han generado controversia continental.
¿Un cheque en blanco?
En Centroamérica, la presencia estadounidense será clara en las selvas de El Petén, en el norte de Guatemala, y en Costa Rica, a donde llegarán 46 buques de guerra, 200 helicópteros y aeronaves y 7 mil soldados entre julio y diciembre del 2010. Semejante movilización ocurre en virtud de un pacto de patrullaje marítimo conjunto de 1999.
También es apreciable su presencia en Honduras, que desde hace 27 años alberga al principal destacamento de las Fuerzas Armadas de EE. UU.en el área.
El masivo despliegue en Costa Rica -que abolió su ejército en 1948- fue aprobado en medio de denuncias de violaciones de la soberanía.
"No puede ser que demos un cheque en blanco para autorizar a cualquier cantidad de buques de la Armada (estadounidense) que atraquen en nuestro territorio", alertó el diputado Luis Fishman, del opositor Partido Unidad Socialcristiana.
"La llegada de esa fuerza naval estadounidense compromete severamente a Costa Rica en muchos niveles, especialmente porque adhiere a nuestro país a los planes y a la agenda de guerra del Gobierno de EE. UU. y, de paso, convierte nuestro territorio en un objetivo militar", adujo la Comisión de Enlace, organización de la sociedad civil.
El Gobierno de Costa Rica negó que pretenda militarizar la lucha antinarcotráfico y alegó que "ni van a venir marines a patrullar nuestras calles ni hay ninguna invasión o intervención militar en ciernes en nuestro país".
La Embajada de Estados Unidos en San José aseguró que el único objetivo de la medida es atacar al narcotráfico y al crimen organizado.
Fuente: eltiempo.com
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