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Luego de la reunión, el organismo leyó un comunicado "corto y escueto" ante la prensa, tal como lo constató la corresponsal de teleSUR en Washignton, Nitza Pérez.
El texto de la declaración que no fue aprobado deploraba la decisión de las autoridades de facto hondureñas de impedir la entrada al país de la comisión de la OEA enviada a Tegucigalpa.
También exigía garantías a la vida del presidente Zelaya y de los funcionarios de la embajada de Brasil en Tegucigalpa donde se aloja. En este aspecto, todos los países coincidieron en aceptarlo.
Planteaba el rechazo a unas elecciones que se den fuera del marco constitucional y hasta que esas garantías estén restablecidas por completo.
En la reunión de la OEA prevalecieron los desacuerdos con respecto a reconocer o no al candidato presidencial que gane las elecciones generales programadas por el gobierno de facto para el 29 de noviembre, ni sobre el lenguaje de condena al régimen golpista hondureño.
Países como Estados Unidos, Canadá, Bahamas, Costa Rica y Perú, se abstuvieron de determinar cuál será su posición sobre el resultado electoral de noviembre, si continúa el gobierno de facto y es éste el que entrega el poder de manera inconstitucional al candidato escogido.
Tanto el presidente del sistema hemisférico, Pedro Oyarce, como el secretario general, José Miguel Insulza, divulgaron una declaración común que no abarca al Consejo en la que "exigen el respeto a la inviolabilidad" de las embajadas diplomáticas en el país, en referencia sobre todo a la de Brasil, donde se encuentra alojado el presidente constitucional Manuel Zelaya, desde el lunes 21 de septiembre.
Oyarce e Insulza reafirmaron "su decisión de seguir haciendo todos los esfuerzos tendientes a la búsqueda de una solución pacífica a la crisis hondureña", según el comunicado que difundieron a la prensa.
La reunión del Consejo fue convocada de manera extraordinaria tras la expulsión de tres funcionarios de la Organización de Estados Americanos (OEA) y dos de la embajada de España, de Tegucigalpa, quienes pertenecían a una comisión que tenía como objetivo preparar la visita a Honduras de una misión compuesta por el titular de la OEA y cancilleres de distintos países de la región.
El domingo, la OEA condenó mediante un comunicado "la decisión de autoridades hondureñas del Gobierno de facto de impedir el ingreso a su país de una comitiva integrada por altos funcionarios del organismo hemisférico".
Poco antes de terminar las deliberaciones sin consenso en la OEA, el régimen de facto hondureño anunció que volvía a invitar a la misión del organismo para preparar la llegada posterior del grupo de cancilleres.
De acuerdo a fuentes extraoficiales, esa misión podría viajar a Tegucigalpa el viernes.
Fuente: teleSUR - Efe - Afp / ld - MM
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