Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras desde Estados. Jueves 20 de agosto de 2009.
Chury: Estamos conectados con James Petras allí en los Estados Unidos. Petras, buen día, ¿cómo te va, cómo anda todo?
Petras: Muy bien, aquí estamos sobreviviendo. Tiempos políticos malos esperando que pasen y cambie algo.
Chury: Tiempos malos políticos y políticos malos y una serie de cosas entreveradas. ¿En qué estás trabajando, cuál es tu mirada en este momento tan crítico?
Petras: Bueno, en primera instancia como todas las noticias, está enfocada sobre los procesos políticos en Afganistán. Uno tiene que reflexionar qué significan las elecciones bajo la ocupación militar de los Estados Unidos y sus aliados, cómo se puede hablar de una elección cuando hay una ocupación militar incluso vigilando todos los sitios de votación. Eso es primero, una conceptualización de democracia perversa.
Y segundo, cómo se puede pensar en una elección democrática cuando los principales líderes políticos y sociales en gran parte son guerreros, lo que en inglés llaman warlord y otros narcotraficantes y otros más, mercenarios de muchos conflictos.
Entre guerreros, narcotraficantes, cipayos de Washington y otros personajes que no tienen ningún lugar en cualquier concepto de democracia, como los candidatos y aliados de los candidatos.
Tercero, ¿cómo se puede pensar en elecciones libres en medio de una guerra civil, donde hay conflictos en todos lados y la votación está condicionada con amenazas de los dos bandos?
Y cuarto, uno tiene que reflexionar más allá y decir para qué hacer una elección tan farsante. Porque Estados Unidos está insistiendo que con estas elecciones se va a avanzar en la lucha colonial. Nadie en Afganistán con el mínimo de conciencia ve a estas elecciones como legítimas. La gran mayoría de la gente es opositora a la ocupación. Mucha gente ve a los gobernantes como muy corruptos, precisamente los que tienen la mejor condición para conseguir los votos para volver al poder. No es por la legitimidad, yo creo que para la única cosa que sirven estas elecciones es para el consumo adentro de los EE.UU. y tal vez en Europa, para vender la guerra como una defensa de la democracia. Porque ahora en EE.UU. el 62 % de los ciudadanos está contra la guerra en Afganistán, con mayorías mayores en Europa y particularmente en Inglaterra, gracias al aumento de soldados muertos.
Entonces esta farsa de elección es simplemente un show propagandístico para los ciudadanos de occidente y no creo que nadie vaya a pensar mejor sobre este proceso de guerra porque cada día en los diarios los grandes títulos hablan de los avances militares de los talibanes y las otras fuerzas sociales en oposición. Ven un país quebrado. Cada vez más se lee sobre civiles muertos por supuestos errores en los bombardeos de los EE.UU.
Hay un gran disgusto, una gran repugnancia contra todo lo que está pasando. A pesar de eso, la Casa Blanca y los países asociados en esta guerra siguen con su política guerrerista, con una excepción: la gran mayoría de los países que mandaron tropas este año dicen que van a retirarlas precisamente después de que termine esta farsa electoral. Como consecuencia, simplemente se va a convertir en una guerra norteamericana contra la resistencia afgana.
Como consecuencia el Pentágono tiene un informe pendiente en el que van a exigir que suban las tropas de 68 mil a más de 100 mil. Un punto final son ahora los mismos pasos que empezaron en Vietnam: fracasa con 26 mil; sube a 68 mil y otro fracaso y suben a 100 mil y más allá porque no saben retirarse y aceptar la derrota política y buscar otra forma de acomodarse con el mundo.
Chury: Me gusta este análisis y hacía falta hacerlo. Coincido en los conceptos. Me vendría ahora si te parece bien a nuestra América porque aquí por el sur el centro de las bases norteamericanas en Colombia y la próxima reunión de la UNASUR en Argentina siguen siendo un marco de expectativa muy grande.
Petras: Sí, el hecho es que Washington muestra su capacidad de resistir la opinión latinoamericana con su política en apoyo de los golpistas en Honduras por más que lo niega. Pero tienen un presidente boludo, el señor Zelaya, que por meses ha estado viajando en visita a los más reaccionarios: la Casa Blanca, Calderón, ahora con el gran cipayo Alan García, mientras la gente está sufriendo, muriendo reprimidos en Honduras y siguen luchando por el orden constitucional para un referéndum. Es una gran tragedia que hoy día mientras todo el mundo está reconociendo el papel significativo de Estados Unidos antes, durante y después del golpe, el señor Zelaya como verdadero latifundista presidente dice textualmente "yo reconozco que los EE.UU. no tenían nada que ver con el golpe" Si no anticipó el golpe, ¿cómo sabe que los EE.UU. no estaba involucrado?
Como sabe el señor Zelaya, EE.UU. está metido y por esa razón todos los países de América Latina actúan independientemente de EE.UU. y criticaron el hecho que en el comienzo de la toma de poder por los militares presionaron a la señora Clinton, la canciller, para que altere su posición. Yo creo que las divisiones en América Latina ahora pasan por este hecho: o uno reconoce el nuevo militarismo e intervencionismo de Estados Unidos en América Latina o esconde la cabeza en la arena y niega todo.Los realistas asumen que hay una nueva fase agresiva del señor Obama que ha reconocido que su diplomacia no funciona, sus posturas económicas están marginadas. Y frente a eso está tocando la parte militar. Evidentemente las reuniones anteriores como las reuniones en la OEA muestran que Washington no puede influir con la diplomacia en las votaciones de América Latina; han reconocido que China ha aumentado en gran forma su comercio e inversiones en América Latina.
Entonces ¿qué queda?: la militarización de Colombia, la militarización de México, la intervención en Honduras, amenazas a Venezuela, la IV flota en aguas de América Latina... Si uno habla objetivamente y no para decir simplemente que es imperialismo norteamericano desde el Siglo XIIX sino que examina la política práctica, uno tiene que concluir que hay una ofensiva militarista por el fracaso de las otras vías. Todavía los gobiernos en América Latina por lo menos no han decidido que deben establecer explícitamente una política alternativa de la militarización y nombrar la Casa Blanca como el principal expositor del nuevo militarismo.
Chury: Nos quedó pendiente por la incomunicación que nos sobrevino el otro día, un tema que me resultó muy interesante. No digo que lo podamos enfocar en su totalidad, pero ¿qué pasa con los pueblos en cuanto a las reacciones frente a las situaciones que se están dando? Porque uno veía hace años reacciones masivas de los pueblos que hoy no los vemos.
Petras: Yo creo que hay muchas razones: económicas, el cambio en la relación de fuerzas de trabajo, en algunos casos la mecanización del campo desplazando a los jornaleros, el terrorismo de estado y represión como en Colombia; la emigración frente a esta represión y mecanización desplazando a millones de personas jóvenes hacia Europa, Estados Unidos o cualquier otro lado.
Esos son factores estructurales que uno puede citar. Políticas económicas desde el estado que han afectado. Pero hay un factor que uno debe reconocer y es la integración de los sindicatos en el estado, principal pero no exclusivamente, con gobiernos mal llamados progresistas. Uno puede ver aquí por ejemplo en Estados Unidos, entre otros, cómo el sindicalismo cuando hay un presidente demócrata deja de criticar la política económica o lo hace en forma muy indirecta, a pesar que Obama ha canalizado cientos de miles de millones en los bancos, no han dado más hacia los desocupados, no han creado nuevas infusiones de dinero en la industria para generar empleo. Y lo mismo está pasando en otros países donde hay gobiernos de centro izquierda como Lula, como Tabaré Vázquez, como Bachelet, incluso con Evo Morales y la señora Fernández, que los sindicatos que protestan contra gobiernos de la derecha, ahora se someten a la política neoliberal de los gobiernos actuales. ¡Y son neoliberales!
Fíjate que las ganancias en el sector financiero en Brasil, son mayores en promedio que durante el gobierno de Cardoso. Con Tabaré Vázquez pasa algo similar. Las exoneraciones de impuestos para el gran capital son exorbitantes, mientras el salario mínimo no alcanza para una familia de cuatro personas, mucho menos los 5 mil pesos que ofrece a los asalariados y los jubilados tampoco. Pero los sindicatos, por ejemplo el PIT-CNT organiza una marcha contra el neoliberalismo de los 90, como si en el nuevo milenio no ocurriera lo mismo. ¿Y por qué critican fuertemente a los blancos por lo menos verbalmente y ahora con la misma política no están mencionando el continuismo y la aplicación de las mismas medidas?
Y lo mismo pasa en Bolivia. Voy a dar un ejemplo de Morales entre muchos otros. Trata de asentar a unas 500 familias en el sur tropical, en Pando, en tierras públicas en la selva o cerca de la selva. Fueron muchas familias que vuelven porque allá no hay condiciones. Pero al mismo tiempo Evo Morales está canalizando 100 millones de subvenciones para los grandes productores de trigo que está en manos de los grandes latifundistas que tienen fincas de más de 10 mil hectáreas. Fijáte: por un lado desubicando a campesinos de sus propias comunidades y llevándolos a la selva en condiciones infrahumanas -y lo llama reforma agraria-, mientras está canalizando millones de dólares a los grandes latifundistas que en su discurso llama productores. Cuando reciben una subvención de Evo Morales son productores, pero cuando con la propaganda quiere ganar alguna imagen progresista los llama latifundistas. Esto es magia demagógica
Pero digo eso en el caso de Bolivia y los sindicatos: el COB, la Federación campesina, los indígenas, no han montado una protesta diciendo por qué la reforma agraria no toca las tierras fértiles cerca de los mercados, donde se puede vivir. No hay una protesta, porque en gran parte los dirigentes reciben subvenciones pequeñas del gobierno y tienen aspiraciones a algún cargo. Lo mismo pasó en Uruguay
Chury: Claro, te iba a decir: es absolutamente lo mismo
Petras: Quieren un cargo gubernamental, una puesto secundaria en el casino privatizado o algún cargo pasando papelitos en la aduana. Cualquier cosa para asegurarse cómo proteger mejor su posición como delegado del sindicato en una empresa. Y estos pequeños beneficios son suficientes para callar a los dirigentes sindicales, tanto en Uruguay como en Brasil, en Bolivia. Y eso ha tenido un gran efecto.
Fijáte que el movimiento pacifista en Estados Unidos contra la guerra, desapareció. Desde que se presentó la candidatura de Obama, todos los dirigentes de estos movimientos canalizaron a los activistas a la campaña de Obama y algunos después de las elecciones consiguieron puestos menores. Digo menores porque no tienen ninguna influencia, pero cobran un salario y buscan ahora no la vuelta a la lucha con la intensificación de la guerra sino la inamovilidad de su puesto, un puesto político que quieren convertirlo en un puesto permanente. Esa es la lucha ahora de los ex líderes populares.
Chury: Petras, estamos en el final de esta entrevista, realmente retomarla es una satisfacción para nosotros y para la audiencia, así que el lunes estaremos nuevamente...
Fuente: www.lahaine.org - www.radio36.com.uy
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