miércoles, 11 de agosto de 2010

Violencia genera violencia

EDUARDO DAVID ARDON

En estos precisos momentos, existen tres situaciones que arrastran a la hondureñidad a la confrontación y violencia extrema, como el problema de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el paro de los maestros y el problema del INA con la situación del proletariado agrícola del Aguán.

En el caso de la universidad, la confrontación se ha producido por el despido de 124 trabajadores sindicalizados, que no quieren restituir, a tal grado, que seis elementos empleados de la UNAH, llevan cien días de huelga de hambre y la actitud de la rectora es soberbia, petulante y sectaria al no querer aceptar las propuestas del sindicato y de los docentes aglutinados en su organización, ADUNAH.

En los últimos días del conflicto, ante el asalto de la UNAH, por los estudiantes, la rectora Julieta Castellanos, que cuando escribe da muestras de erudición y sapiencia, y como máxima autoridad de los estudiantes del alma máter, manifiesta ser una persona arbitraria y dictatorial, pues ha llamado a los cuerpos policiacos para que golpeen y asesinen a los huelguistas porque se cree dueña de la UNAH.

La rectora Castellanos, le ha dado luz verde a los cuerpos represivos para violar la autonomía universitaria, que la consideramos la niña de los ojos de los estudiantes y egresados del alma nutricia y de todas las fuerzas progresistas del país.

El atrevimiento de violar la autonomía, sólo cabe en la mentalidad fascista de la Rectora Magnífica, que en lugar de pensar, sigue y cumple las consignas de fuerzas empresariales muy vinculadas al golpe del 28 de junio 2009.

Con esta conducta vergonzosa se demerita como integrante de la Comisión de la Verdad, pues pierde toda la credibilidad como persona objetiva, que puede decir la verdad de lo acontecido.

Ante la incorrecta e imprudente medida de llamar a la policía para desalojar a los estudiantes, lo que ha concitado es, que el magisterio actualmente en huelga y el FNRP acudan a sumarse a los universitarios para defender esa conquista preciada que costó sangre, de la Autonomía Universitaria.

Es inaudito pensar que estos intelectuales estén interesados en la reconciliación nacional tomando medidas que dividen a la sociedad hondureña.

Hoy, los estudiantes y empleados huelguistas piden la destitución de la rectora, que ha demostrado con sus acciones, incapacidad, pues no ha podido ni querido solucionar, con la restitución, el despido de 124 empleados. Esta situación, claro está, pone en peligro la poca estabilidad que se ha logrado después del golpe. Con estas actitudes, los estudiantes universitarios, vuelven por sus fueros, realizando acciones valientes, que el pueblo aplaude, como históricamente lo ha demostrado en la lucha por la autonomía universitaria y en contra de gobiernos dictatoriales.

Doña Julieta, que desde luego, no es el personaje de la inmortal novela de Shakespeare, debe meditar y dialogar con el Sitraunah y estudiantes para encontrar una correcta solución a los ingentes problemas de la universidad, si no desea que las calles de Tegucigalpa ardan o que haya muchos muertos.

Por su parte, los maestros sellaron un pacto de unidad entre sus organizaciones y ya marchan por las calles capitalinas, para lograr un acuerdo con el gobierno de resolver la problemática educativa.

Manifestaciones de más de 15 mil personas se han realizado, para rescatar de una catástrofe financiera, al Instituto de Previsión del Magisterio (Inprema) al cual, el gobierno debe, la bicoca de 3,600 millones de lempiras y que, al mismo tiempo, no haya ningún tipo de intervencionismo, en este organismo financiero de los maestros sino que sea una auditoría que rescate la crisis económica en la que se encuentra.

Paralelamente, los maestros exigen el pago del salario a más de 3,000 compañeros ya que no han recibido salario en todo el año. Al mismo tiempo, los maestros piden la destitución del ministro de Educación, Alejandro Ventura; como si esto fuera poco, en la asamblea, donde los maestros sellaron el pacto de unidad, acordaron no regresar a las aulas de clase, hasta que se firme un compromiso con el gobierno, para solucionar la problemática educativa, que durante los siete meses del gobierno de Pepe Lobo no se ha podido lograr.

En resumen, las exigencias del magisterio tienen que ver: con el pago al Inprema de más de 3,600 millones de lempiras de retenciones de cuota patronal y deducciones de préstamos; terminar intervención en las finanzas de Inprema; parar el proyecto, que está consensuando el Congreso Nacional de Ley General de la Educación; cumplimiento y respeto del estatuto del docente y pago de salarios a más de 3,500 maestros en todo el país.

Como podemos ver, la situación con el magisterio es muy complicada y la actitud del ministro Ventura es la de negar y decir mentirosos a los docentes, por la verdad relacionada con el pago a Inprema y el pago de miles de maestros. Con esta actitud de “dime que te diré” no se resuelve nada positivo ni mucho menos la tranquilidad social que aspiramos los hondureños.

Y por último, la tercera situación que puede provocar la explosión del país, es la situación agraria del proletariado agrícola del Valle del Aguán. Por la tenencia de la tierra, el COHEP acusa al gobierno de Pepe Lobo, de promover inseguridad en el agro. Por un lado, el ministro del INA, César Ham, denuncia campaña terrible porque el empresario Miguel Facussé miente al negar que no se ha hablado de precios en relación con sus tierras, y por eso, dice Ham, ha emprendido una campaña mediática contra el INA y perjudicar al gobierno nacionalista. El intríngulis agrario tiene relación directa con el precio de las tierras del Grupo Dinant que desea hacer el negocio del siglo, al proponer por las tierras 750 millones, y no 282 millones, que es la cifra por la que ha sido evaluada. En la controversia, Miguel Facussé, asegura que César Ham está loco al decir que le va a expropiar sus tierras. Acotó además, el empresario Facussé que los grupos campesinos ya lo desalojaron del Aguán de sus tierras, al despojarlo de más de 7,000 hectáreas y lamentablemente ya las tienen deterioradas.

El presidente del COHEP por su parte, Santiago Ruiz, de manera ofensiva expresó que “una pandilla de vándalos llevaban el caos al campo”. Los obreros agrícolas del Bajo Aguán, señores empresarios de Dinant y del COHEP, no son vagos ni vándalos que asaltan la propiedad. Esas tierras no son de los empresarios sino que se las repartieron y por irrisorios precios las compraron y hoy, que el problema se profundizó, les toca pagar lo que corresponde por las mismas.

Por su parte, Dn. Jaime Rosenthal propone al Presidente cambiar al Ministro del INA por otro que entienda del tema. No se olvide que en este sector ha corrido mucha sangre y que la solución pasa por el diálogo, tolerancia y los deseos de cumplir las leyes. Estos tres problemas deterioran explosivamente a Honduras.

Fuente: Tiempo.hn


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