Por: Fernando Carrera
En un acto de insensatez política, la principal organización de la cúpula empresarial de nuestro país (FUNDESA) decidió organizar una presentación del líder golpista hondureño Roberto Micheletti la próxima semana. La admiración por Micheletti evidencia las superficiales convicciones democráticas de nuestra cúpula empresarial y, lamentablemente, sus profundas raíces autoritarias hundidas en un pasado oscuro de colaboración con las dictaduras militares.
Más allá de lo obvio, es interesante observar que la visita de Micheletti se da en el momento en que, en una actitud igualmente irresponsable políticamente, el Gobierno ha decidido lanzar una campaña publicitaria en favor de la Primera Dama. La campaña televisiva y radial no pasa desapercibida al ciudadano común, pues los anuncios se repiten en las diversas estaciones casi como si ya estuviéramos en las últimas semanas previas al proceso electoral presidencial.
La declaración de doña Sandra como candidata de la alianza UNE-Gana-FRG pareciera ser un hecho que ya nadie cuestiona. De nada sirven los impedimentos constitucionales ni las consideraciones de estrategia que alertan sobre una muy posible derrota electoral de doña Sandra en el año 2011. La institucionalidad le importa al oficialismo muy poco, algo en lo cual coinciden con sus opositores de la cúpula empresarial. Tal parece que las leyes se crearon para nosotros los ciudadanos y ciudadanas sin poder político o económico, no para los auto-declarados dioses del Olimpo, para los cuales la Constitución es sólo un libro más de ficción literaria.
Volviendo a los empresarios, el problema es que no tienen un líder que unifique a todas las fuerzas antigobierno que se oponen a la aventura política irresponsable de doña Sandra. Por eso es tan importante traer a Micheletti, el papá del neoautoritarismo empresarial latinoamericano, que logró el sueño tantas veces acariciado: reconstruir la alianza Ejército-empresarios que supo gobernar con mano de hierro estos países que no deben “darse el lujo” de construir sistemas políticos democráticos.
Así que ya estamos anunciados. La final electoral del 2011 será entre doña Sandra y el señor Micheletti (o su representante local según designación de los empresarios). Ellos son los únicos capaces de garantizar que nuestra institucionalidad democrática se siga debilitando, de tal manera que empresarios evasores de impuestos, traficantes de armas y drogas, y políticos y militares corruptos continúen operando a sus anchas sin que les estorbe ese invento exótico llamado Estado de Derecho.
Fuente: elperiodico.com.gt
no entiendo cual doña Sandra de donde hablan, guatemala? micheletti el dictador_?
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