Oscar Amaya Armijo
Comporto el criterio de Chorompo y agrego que el método represivo que utiliza la policía, si nos fijamos bien, es el que los iraelitas usan en la Franja de Gaza contra los palestinos. Hasta la represion ha importado la oliigarquía beduina.
Si nos detenemos, entonces, descubriremos que el componente nuevo en la policia hondureña es la incorporación del elemento de exterminio racial, tal es el componente aplicado contra los palestinos. Aquí no tenemos una lucha racial en el sentido del Medio Oriente, pero ese componente se nota cuando los manifestantes se rinden, 10 ó 15 policia arrementen contra él, hasta casi liquidarlo. Es el mismo sentimiento de odio racial que uno aprecia cuando un israelita reprime a un palestino, ellos actúan hasta eliminar al enemigo, que lo es fundamentalmente desde el punto de vista étnico (no desconoco tampoco los otros factores que sirven de fermento para la lucha de clases, en este caso).
En Honduras ese componente de odio racial en la represión implementada, es una sobreposición de un elemento cultural que no es propio de los hondureños. En Honduras tenemos una lucha de clases, y no una lucha interétnica, pero la oligarquía árabe-palestina ha incoporado, de su cultura violenta y de exterminio racial, ese sesgo nunca antes visto aquí. De allí la inusitada violencia de la policía contra las marchas de la resistencia. Toman a los militantes, aún rendidos, hasta acabarlos a golpes, aquí no valen los normas de proteger la integridad física del que se rinde.
La policía hondureña , por su natauraleza ha sido represiva, pero antes, a un militante capturado le respetaban la integrida física. Además, estos son principios pactados en una guerra, el respetar a quienes se acogen al aminsticio. Recuerdo una consigna de los sandininistas cuando decían que había que ser duro en los combates pero generosos con el enemigo en la victoria.
Así que estamos ante un fenómeno nuevo ( de violencia salvaje propia de los exterminios raciales, practicados en los desiertos de donde proceden la etnia árabe palestina que hoy conduce los destinos del país) en las formas de la represión hondureña, y con el agravante que esta práctica está creando un odio entre los hondureños que más temprano que tarde se traducirá en una violecia extrema que una vez desatada nadie podrá detener, hasta que uno de los bandos en contiende acabe con el otro. Esta es una realidad terrible, que hay que considerar, desde ahora.
Otro elemento que se aprecia en la violencia salvaje, es la táctica y estrategia usada por la oligarquia, la que utiliza un ejército regular como si fueran a una guerra convencional contra otro enemigo también regualar. De aquí los ataques masivos y envolventes practicados contra el magisterio en la UPNFM. Asimismo, en el mismo marco de guerra total contra la resistencia, también se utilizan las tácticas de la guerra irregular de baja intensidad, donde las tácticas de guerra de movimientos y guerra de posiciones se uitilizan para exterminar los mandos intermedios de la reistencia utiliizando clandetinamente los escudarones de la muerte y el sicariato. Agregele a esto, la constante guerra sicológica que realiza el cerco mediático dirigiodo por Telecentro y demás aparatos de represión ideológica.
Comporto el criterio de Chorompo y agrego que el método represivo que utiliza la policía, si nos fijamos bien, es el que los iraelitas usan en la Franja de Gaza contra los palestinos. Hasta la represion ha importado la oliigarquía beduina.
Si nos detenemos, entonces, descubriremos que el componente nuevo en la policia hondureña es la incorporación del elemento de exterminio racial, tal es el componente aplicado contra los palestinos. Aquí no tenemos una lucha racial en el sentido del Medio Oriente, pero ese componente se nota cuando los manifestantes se rinden, 10 ó 15 policia arrementen contra él, hasta casi liquidarlo. Es el mismo sentimiento de odio racial que uno aprecia cuando un israelita reprime a un palestino, ellos actúan hasta eliminar al enemigo, que lo es fundamentalmente desde el punto de vista étnico (no desconoco tampoco los otros factores que sirven de fermento para la lucha de clases, en este caso).
En Honduras ese componente de odio racial en la represión implementada, es una sobreposición de un elemento cultural que no es propio de los hondureños. En Honduras tenemos una lucha de clases, y no una lucha interétnica, pero la oligarquía árabe-palestina ha incoporado, de su cultura violenta y de exterminio racial, ese sesgo nunca antes visto aquí. De allí la inusitada violencia de la policía contra las marchas de la resistencia. Toman a los militantes, aún rendidos, hasta acabarlos a golpes, aquí no valen los normas de proteger la integridad física del que se rinde.
La policía hondureña , por su natauraleza ha sido represiva, pero antes, a un militante capturado le respetaban la integrida física. Además, estos son principios pactados en una guerra, el respetar a quienes se acogen al aminsticio. Recuerdo una consigna de los sandininistas cuando decían que había que ser duro en los combates pero generosos con el enemigo en la victoria.
Así que estamos ante un fenómeno nuevo ( de violencia salvaje propia de los exterminios raciales, practicados en los desiertos de donde proceden la etnia árabe palestina que hoy conduce los destinos del país) en las formas de la represión hondureña, y con el agravante que esta práctica está creando un odio entre los hondureños que más temprano que tarde se traducirá en una violecia extrema que una vez desatada nadie podrá detener, hasta que uno de los bandos en contiende acabe con el otro. Esta es una realidad terrible, que hay que considerar, desde ahora.
Otro elemento que se aprecia en la violencia salvaje, es la táctica y estrategia usada por la oligarquia, la que utiliza un ejército regular como si fueran a una guerra convencional contra otro enemigo también regualar. De aquí los ataques masivos y envolventes practicados contra el magisterio en la UPNFM. Asimismo, en el mismo marco de guerra total contra la resistencia, también se utilizan las tácticas de la guerra irregular de baja intensidad, donde las tácticas de guerra de movimientos y guerra de posiciones se uitilizan para exterminar los mandos intermedios de la reistencia utiliizando clandetinamente los escudarones de la muerte y el sicariato. Agregele a esto, la constante guerra sicológica que realiza el cerco mediático dirigiodo por Telecentro y demás aparatos de represión ideológica.
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