En la última reunión del Congreso Nacional, realizada en Gracias, Lempira, el señor Porfirio Lobo Sosa exigió a los diputados continuar socializando en los municipios, aldeas y comunidades el Plan de Nación, que es parte del Proyecto Visión de país 2010-2038, promulgado como ley en la presente administración.
“El Plan de Nación no es de nadie, no está escrito en piedra, está abierto a sugerencias para su mejoramiento”, dijo Lobo Sosa a los diputados.
De ahí que Lobo invitó a los diputados a sumarse a las mesas regionales, sin que medien los colores políticos para que con el Plan los hondureños lleguen a vivir en mejores condiciones de vida. Con su coloquial lenguaje insistió a los diputados a que le ayuden a consolidar su Plan con nuevas ideas.
Desconfianza en el Plan
A criterio del sociólogo sampedrano, Jorge Lara, “el Plan de Nación nació muerto por ser un planteamiento ficticio, es decir que no se plantea de abajo hacia arriba, desde las necesidades del pueblo a las autoridades y empresarios”.
“El Plan de Nación puede tener buenas intenciones, pero no se trata de buenas intenciones, sino de involucrar en el a todos los sectores de la población, pero eso es un asunto muy cuestionado en el país porque la sociedad se encuentra seriamente dividida y el Golpe de Estado nos vino a fraccionar más”, describe el analista social.
Luego del 28 de junio de 2009 la gente tiene menos confianza en las instituciones públicas y privadas, “han perdido credibilidad y los hondureños se siente utilizados por los políticos, entonces el Plan de Nación no se escapa a esa desconfianza”, dice el también catedrático universitario.
Al construir un Plan de Nación previsto para ejecutarse en 28 años, las autoridades y empresarios debieron involucrar al pueblo, especialmente en consultarle sobre los grandes renglones que debe llevar ese Plan, dice Lara.
“Rehúyen consultar al pueblo porque desde la primera hasta la última letra el Plan de Nación es una copia del modelo neoliberal que al final trae mayor exclusión social, mayor concentración de las riquezas y del poder político”, expone el sociólogo.
Primero la Constituyente
Entonces la solicitud de Lobo Sosa sigue siendo una actitud demagógica, quieren aparentar que el Gobierno está seriamente trabajando para abordar los problemas nacionales, pero a todas luces se presenta como un procedimiento equivocado, indica Lara.
“Ellos, por socialización entienden invitar a un determinado grupo de personas al salón de un hotel y explicarle algunas cosas superficiales de lo que pretenden efectuar y firmar un
listado para con ello dar como convalidada esa ley”.
Eso es otro paso muerto de esa ley porque no va a dar los resultados esperados porque los caminos que ellos toman no son los adecuados, no surgen de la consulta, ni son propuestas de abajo hacia arriba.
El sociólogo expone que ante la desconfianza de las autoridades el pueblo primeramente
pide revisar temas torales que primeramente se debieron haber resuelto antes como la Constitución de la República. Entonces no puede haber un Plan de Nación mientras no se revise el gran pacto social plasmado en la nueva Constitución de la República porque en la actual hay una desconfianza total.
Concesionar los recursos naturales a empresas privadas, y no a las comunidades, es una de las prioridades del Plan de Nación.
El Plan de Nación está planificado por los políticos y empresarios para un período de 28 años de vigencia, “pero el problema no es si se planifica a 20, 30 ó 50 años de ejecución, porque la experiencia se repite, pues es muy sabido que en cada cambio de gobierno los planes y las leyes del Estado, los mismos gobernantes las cambian”, advierte el sociólogo
Jorge Lara.
“Si le hubieran consultado al pueblo, ello implicaría una justa distribución de las riquezas y de los recursos naturales y la justa distribución de la tenencia de la tierra, pero claro está que hay un sector muy elitista que no está dispuesto a compartir”.
14 l A Mecate Corto - Agosto 2010
Fuente: Vos el soberano
No hay comentarios:
Publicar un comentario