TODOS los integrantes del FNRP, es decir el pueblo de Honduras, nos sentimos plenamente identificados y muy satisfechos con la acertada designación de Helen Umaña Portillo como integrante de la verdadera, la legítima, la única confiable “Comisión de la Verdad” cuya delicada labor será la de poner al descubierto ante el mundo las consecuencias del cruento golpe contra la democracia.
Habrá de conocerse LA VERDAD: los turbios manejos políticos y las componendas, la injerencia de poderes geopolíticos foráneos, el voraz y apresurado saqueo del erario, la malversación de los fondos públicos (desde los más lejanos municipios hasta la delegación ante la ONU), las “leyes” redactadas presurosamente (entre gallos y medianoche) para entregarle prebendas a los golpistas y a sus familiares y los recursos naturales de la Nación a las transnacionales; millonarios negociados para beneficiar a los de siempre, los narco-acuerdos, la cesión del territorio nacional en beneficio de potencias extranjeras, el “obsequio” de tierras campesinas ancestrales a los latifundistas, el amordazamiento y cierre de los medios de expresión independientes, el dispendio en "relaciones públicas" y francachelas para intentar "lavarle la cara a Micheletti, la sujección -hasta ahora- de todos los "poderes" bajo amenaza militar, los despidos masivos, la violencia contra manifestantes pacíficos, las violaciones, los secuestros, las torturas, los asesinatos selectivos; y un largo etcétera de delitos, entre ellos haber amnistiado asesinos confesos.
Helen Umaña, respetada y respetable, es digna representante de la mujer hondureña, talentosa escritora. Quien lo sabe, lo celebra; quien aún no la ha podido conocer, tiene ahora ocasión de aproximarse a su vital modo de decir las cosas. Considero de interés general la lectura (o la escucha, a través de las radios populares) de su testimonio -inteligente, lúcido, valioso- ; visión de primera mano de la crucial circunstancia en que la cual la voluntad del pueblo fue violentada -una vez más- por las armas e intereses particulares de una miserable minoría. Pongo ante ustedes el artículo de Helen “El miedo a una palabra de dos letras”.
Resistente de base. FNRP. Honduras
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