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Un periodista hondureño murió la noche del martes por un impacto de bala en el norte de su país, convirtiéndose en el sexto profesional de la comunicación que pierde la vida en similares condiciones este año, lo que demuestra el incremento de la violencia que se vive en esa nación.
El jefe local de la policía, Héctor Mejía, informó que el periodista Jorge Orellana, quien se desempeñaba en una televisora de Honduras, falleció en la localidad de San Pedro del
Sula, ubicada a 165 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
El funcionario aseguró que el crimen está relacionado con actividades comerciales que realizaba el propio Orellana y no con el ejercicio de su profesión. El hoy occiso impartía
clases en la Escuela de Periodismo estatal en la zona donde fue abatido.
Según la Policía de Honduras, un hombre atacó al periodista y le propinó un disparo en la cabeza a su salida de la planta de televisión donde conducía un programa en San Pedro
del Sula, ciudad dominada tanto por industrias como por la violencia y agrupaciones dedicadas al narcotráfico.
Orellana, quien además era docente universitario, fue llevado aún vivo al estatal Hospital Mario Catarino Rivas, donde murió hacia las 21.30 hora local (03.30 GMT), según la Policía.
En marzo pasado, se registraron otras cinco muertes de periodistas en medio de la que se consideró como el peor avance de violencia en ese país, que ha visto recrudecer este tipo de acciones luego del golpe militar contra el ex presidente Manuel Zelaya.
Fuentes policiales señalaron que ninguna de las muertes anteriores a las de Orellana se han esclarecido. Sin embargo, el jefe de ese cuerpo de seguridad, indicó que fue identificada una persona que podría ser la responsable del crimen contra Jorge Orellana.
De los seis profesionales del periodismo que han sido asesinados este año, uno militaba en las filas del partido de Zelaya, y otro trabajaba para el Gobierno de facto de Roberto Micheletti, instaurado tras el golpe de Estado.
"Los periodistas estamos en una situación de indefensión, de muerte. Demandamos del Gobierno y de los cuerpos de seguridad que investiguen estos crímenes y los aplaque",
declaró el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Elán Reyes.
Agregó que "estamos en un estado de indefensión, exigimos a las autoridades actuación", y recordó los otros cinco periodistas hondureños asesinados, mientras reiteró que la muerte de Orellana "es otro hecho criminal contra el gremio".
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo el martes en San Salvador que Honduras se encuentra bajo una "alerta roja" y calificó a ese país como uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo.
"En este momento hay una alerta roja en Honduras", declaró a los medios internacionales Catalina Botero, durante un seminario en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador.
Sobre los seis profesionales asesinados en lo que va de año, la funcionaria expresó que "cuando hay ese número de periodistas que han sido objeto de ese tipo de atentados y de
ese tipo de crímenes en tres meses, pues inmediatamente se convierte en uno de los lugares más peligrosos para el ejercicio de la libertad de expresión de toda la región (América Latina)".
La relatora recordó que el año pasado, una comisión de su organismo visitó Honduras junto a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y admitió que está a la espera de regresar para conocer "qué medidas se han adoptado para proteger periodistas y cómo se ha avanzado en las investigaciones".
El mes pasado fue asesinado un periodista en Tegucigalpa, otro en La Ceiba y un tercero en Tocoa, en el Caribe hondureño, y dos entre las ciudades de Juticalpa y Catacamas, en el departamento oriental de Olancho.
Fuente: teleSUR
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