Porfirio Lobo vive una enorme disyuntiva: o profundiza la dictadura o busca un reconocimiento total al poder de convocatoria que posee la Resistencia.
El primer paso le resulta fácil, pues allí están intactas las fuerzas oligárquicas que destruyeron la democracia, mediante el nefasto expediente del golpe de Estado. Solo es cuestión de que profundice al máximo la represión contra el pueblo, independientemente de las consecuencias que ello conlleva.
La profundización de la dictadura, por supuesto, traería aparejado una intensificación de la lucha del pueblo en otros escenarios y con otras formas de lucha superiores a la movilización popular. El desastre sería mayor puesto que la lucha sería prolongada y cruenta, con un enorme costo humano, económico y político, costo que al parecer quiere correr la oligarquía.
Por otra parte, y como segundo paso, el reconocimiento de la Resistencia, como una fuerza con extraordinaria capacidad de convocatoria, por encima de las fuerzas tradicionales, es una necesidad que impone la dinámica política y social del momento, para evitar el holocausto. Y esto lo sabe Pepe Lobo, se lo señala el triunfo del llamado al abstencionismo que hiciera el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado.
Claro que no es fácil, en este camino no faltará la garra fascista que se parapeta tras la asonada del 28 de junio, que conspira contra toda posibilidad de establecer diálogos proclives a la solución pacífica del conflicto, pues la oligarquía teme dirimir las controversias sociales mediante el juego eleccionario que se plantea en el marco de la democracia.
Nada contribuye Porfirio Lobo a la solución política del conflicto, convocando a un diálogo nacional para montar un gobierno de unidad nacional con los mismos sectores que propiciaron el golpe. En Honduras, debe saberse con precisión, después del 28 de junio, solamente quedaron dos sectores debidamente diferenciados: el Partido nacional y los sectores oligárquicos versus la resistencia con el apoyo masivo del pueblo hondureño.
Si realmente se quisiera resolver de verdad el conflicto, lo único que tiene que hacer Pepe Lobo es convocar a la Resistencia para discutir y aprobar el restablecimiento del orden constitucional, la restitución de los derechos políticos y constitucionales a Manuel Zelaya Rosales, el cese a la represión contra el pueblo, la disolución de las Fuerzas Armadas, convocar la Asamblea Nacional Constituyente y Popular, Plan Nacional de Desarrollo, castigo para los golpistas y violadores de los derechos humanos y refundación del país. Estos puntos, su discusión y aprobación, traerán paz y tranquilidad a los hondureños.
Ignorar, entonces a la resistencia, es un craso error que cometen los sectores oligárquicos, pues sin esta fuerza nadie puede hacer nada en este país. Aquí nada se mueve sin el concurso de este enorme conglomerado de hondureños.
Comentario de Ricardo Salgado:
Muy preciso este analisis. Seria bueno que lo lea Porfirio Lobo. Yo pienso que él, debido a los intereses que lo han llevado al poder (no olvidar que ha sido electo por solo el 17% del electorado), se inclinará ante la presion de la oligarquia. Sin embargo, es crucial para el entender la dimension de la resistencia si quiere sobrevivir. Ua hoy existen dudas incluso de que llegue a tomar posesión. Es grave esta situación, porque, como bien señala Oscar aqui, la situacion es fragil y puede llevar al pueblo a tomar estrategias diferentes de lucha. Para Lobo ignorar esto es fatal, pero admitirlo es un suicido politico. Amigo Oscar, este es unlio en el que s encuentra este señor, y es que la verdad es que para resolver esto se necesita pàsar por la Asamblea Nacional Constituyente. Para reparar los daños del golpe hace falta una nueva constitucion que garantice a los hondureños oportunidades y condiciones y su aplicacion irrestricta.
Es posible que la resistencia deba definir el camino de lucha de aqui al 27 de enero. Ahora necesitamos presionar donde está la mayor debilidad de estos sujetos. Pepe Lobo es su punto mas debil, no creen ustedes?
- Fuente: Fian Honduras
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