viernes, 6 de agosto de 2010

Vidas Paralelas: ROSUCO-Pepe







De entre los personajes más funestos de la historia hondureña, podemos darle un puesto importante a Roberto Suazo Córdova, presidente títere del Estado Militar de Honduras 1982-1986.
Entregó cualquir viso de soberanía a las fuerzas imperiales y encumbró al asesino General Gustavo Álvarez Martínez.
Se vestía con fatiga militar e impuso -a través del Ministerio de Educación- que los niños cantáramos el himno saludando con la mano en la frente como mascotas de milicos.
Caído de carámbola a la presidencia (igual que Pepe Lobo) por la muerte prematura de Modesto Rodas Alvarado, este médico-brujo (oficiaba de santero), mandó a construir un estadio completito en su ciudad natal, La Paz, estadio que nunca fue concluído y que sirvió y sirve de potreros a la eternas vacas paceñas.
Su fulgor de óxido y latón se inició en las componendas del PUN (Pacto de Unidad Nacional) promovido por el otro generalote Oswaldo López Arellano y dio su punto álgido al ser nombrado como diputado por La Paz a la Constituyente del 81.
Amigo fiel de Negroponte, no dudaba en mostrar la cicatriz de su barriga a los medios extranjeros. Beato confeso de la virgencita del Perpetuo Socorro, le tocó en gracia recibir a su santísima reverendísima presencia arrecha de Juan Pablo II, quien venía de reprender en público a Ernesto Cardenal durante su visita a Nicaragua (1983)
"Aquí -le dijo ROSUCO al Papa- no encontrará a quien regañar, porque aquí todos cumplimos con las órdenes del Tío Sam". El polaco lo bendijo, subió a su papa móvil y vio que en verdad todo era bueno. Era el día primero.

Raíz amadísima de los actuales golpistas, ROSUCO supo dar regalías de todo tipo y supuso el acelerado desmembramiento de la dizque democracia hondureña bajo su eslogan propagandístico "La revolución del trabajo y la honestidad"...

Fuente: Bitácora del párvulo

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