viernes, 23 de julio de 2010

De las exigencias o amenazas de la derecha salvadoreña

A raíz del incidente fortuito, pero no por ello fuera de la ley, cuando agentes policiales revisaron los permisos de portación de armas de miembros armados, que resultaron ser de la seguridad de la residencia del Expresidente Armando Calderón Sol, la derecha política y empresarial ha montado una muy buena campaña que ha ocupado las primeras páginas en los periódicos y los primeros bloques noticiosos de la televisión.

Esa campaña, hoy mediática, busca dos objetivos, a saber: primero, sembrar en el imaginario colectivo que ARENA y el empresariado salvadoreño son víctimas de una persecución política y acoso policial de parte del gobierno y del partido FMLN, y, segundo, mandar amenazas veladas.

Analicemos. El gobierno, a través de importantes funcionarios como el Ministro de Seguridad y Justicia, Manuel Melgar, y el Secretario de Asuntos Estratégicos, Hato Hasbun, luego de hacer las averiguaciones pertinentes, dieron un amplio y convincente informe de lo sucedido, en lo que queda claro que, ni hubo intento de allanamiento ni mucho menos acoso político o policial ni contra el expresidente Calderón Sol ni ningún funcionario del partido ARENA.

Sin embargo, tanto los miembros de la cúpula del principal partido de derecha, como reconocidos periodistas y analistas, insisten en hablar de allanamiento.

Inclusive, pese al absurdo, dicen que es copia de lo que hace el Comandante Hugo Chávez en Venezuela, es decir, es un problema del Socialismo del Siglo XXI. Vaya estupidez.

Nadie, hasta hoy, sensatamente ha dicho, una vez conocida la versión y explicación oficial, de la apropiada actuación de la Policía.

Tampoco han censurado el mal ejemplo del expresidente Armando Calderón Sol, de tener hombres armados violando la Ley de Tenencia y Portación de Armas.

Hay que aplaudir que la Policía se esfuerce en evitar que los salvadoreños con permiso, porten armas sin los documentos debidamente legalizados, y no hay que atacar a la Policía por ello.

Sospechamos, como lo expresamos en el editorial del pasado miércoles, que a ARENA y a los empresarios lo que les preocupa es que muchos de sus cuadros están señalados en oscuras crónicas del crimen organizado, como la célula terrorista de Posada Carriles que operaba y opera en El Salvador y Guatemala, tal como lo demuestra la captura reciente del salvadoreño Francisco Chávez Abarca.

Tal parece que a algunos les preocupa que la Policía Nacional Civil, le haya ofrecido protección a la esposa de Chávez Abarca, quien en un programa televisivo amenazó con dar nombres de los cercanos a su esposo y Posada Carriles, si no le ayudan en la asistencia legal al salvadoreño detenido.

Y, lo más grave aún, muy ligado a lo anterior, es la amenaza velada que han hecho desde dirigentes políticos hasta empresarios.

Mario Acosta Oertel, dijo, en un programa televisivo que “nosotros no vamos a poner la otra mejilla”. Es decir, si ARENA está denunciando persecución policial, acoso político, como ellos dicen, van a responder. Pero, la pregunta es ¿cómo van a responder? Si lo hicieran por la vía institucional no nos preocuparía, pero si lo hacen como una amenaza, como parece ser, sí.

Los dirigentes empresariales piden que “no se arriesgue la estabilidad”. Esto último es preocupante, porque, si las denuncias de ARENA, si la campaña de ARENA va en la dirección que está en peligro la institucionalidad, pues seguramente estos y los empresarios van a actuar para garantizarse la estabilidad. ¿Cómo piensa hacerlo? Es la pregunta. La respuesta es preocupante ¿al estilo de Micheletti en Honduras? Esto nos debe llevar a todos a estar alertas.

Fuente: Diario CoLatino

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