“Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar su única, verdadera e irrenunciable independencia”
Segunda Declaración de La Habana
Hermanas y hermanos cubanos.
Hace 57 años se inició la gesta heroica que habría de transformar la historia de los oprimidos del mundo. Con el asalto al Cuartel Moncada, en aquel entonces bastión de la dictadura Batistiana en el oriente de Cuba, los valientes jóvenes que arriesgaron y ofrendaron su vida por la libertad de su pueblo, no podían saber que su ejemplo sería piedra fundacional de una nueva etapa por la dignificación de los pobres no sólo en su propio país, sino en la patria grande latinoamericana y en todo el mundo oprimido por sistemas de explotación colonial e imperialista.
Lo que se fundó el 26 de julio de 1953, inspirado en el más sublime humanismo del apóstol José Martí, llevado a cabo por una generación de hombres y mujeres entregados a la lucha y conducidos impecablemente por el Comandante Fidel Castro, se ha convertido en el faro que seguimos quienes creemos en un nuevo mundo mejor. No hay sacrificio demasiado grande ni esfuerzo inútil, cuando se sabe que puede conseguirse una sociedad donde todos tengan derecho a la dignidad, donde todos puedan contar con salud, educación, seguridad, libertad y plena soberanía.
Los hombres y mujeres nuevos que dio a luz la Revolución Cubana, son todos y cada uno ejemplos de esa nueva sociedad que buscamos en todas las partes el mundo. Una sociedad en la que las prioridades sean la satisfacción de las necesidades básicas y la felicidad de todos y todas y no el interés de acumular riquezas y poder.
La participación de internacionalistas cubanos para atender desastres humanitarios y asistir sistemáticamente a comunidades pobres donde sea requerido, son muestras de que es posible lograr que la solidaridad prevalezca sobre el egoísmo que impone la sociedad capitalista.
En Honduras sabemos bien de ese ejemplo, lo vivimos con la inmensa colaboración desinteresada que nos brinda el pueblo cubano cada día y en todas partes del país. Ayuda que se da sin tener cobertura de los medios de comunicación, que no está sujeta a ningún pacto comercial y que se entrega al mismo tiempo que se comparte el inmenso amor a la humanidad que se siembra en una sociedad genuinamente socialista.
No podemos dejar de mencionar a los cinco héroes prisioneros del imperio, paradigmas del sacrificio y la lucha por una sociedad nueva. A ellos se les mantienen rehenes en prisiones de los Estado Unidos por defender a su patria de los ataques terroristas de una mafia corrupta y criminal. Para ellos exigimos libertad y manifestamos que los hondureños y hondureñas sentimos como propias las injusticias que se cometen en su contra, que representan actos desesperados de tortura contra todo un pueblo que no pudo ser vencido con sabotajes, intervenciones y un bloqueo económico genocida.
Hoy, el imperialismo amenaza con guerra a varios pueblos del mundo, muestra desafiante su poder nuclear contra Irán y Corea del Norte, aumenta su presencia militar en Latinoamérica, busca, aunque inútilmente, fortalecer la posición de sus fuerzas de ocupación en Iraq y Afganistán. En Centroamérica somos también víctimas de esa realidad con la presencia de una abrumadora fuerza militar en Costa Rica y la instalación de dos nuevas bases militares en nuestro país.
Se intenta con ello mantener la hegemonía económica y política de Estado Unidos en el mundo y detener los procesos de transformación estructural que vive nuestra patria grande. Cuba y Venezuela son blancos principales de esta ofensiva, por cuanto sus revoluciones se consolidan y avanzan. Por ello declaramos que así como mantenemos un proceso de lucha contra la dictadura que se instaló a partir del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, también sabremos ser solidarios con los pueblos latinoamericanos que estés en riego de intervención por parte del imperialismo norteamericano.
Hace dos días conmemoramos el 227 natalicio de El Libertador Simón Bolívar, que supo vislumbrar desde aquellos tiempos la terrible amenaza que se cernía contra nuestros pueblos tan cercanos a la potencia imperialista. Hoy su ejemplo nos llama a mantenernos alertas contra las intenciones por retomar nuestro territorio como plantación o campo de extracción de riquezas y trabajo.
Latinoamérica, sus pueblos, sus líderes conductores, sus procesos revolucionarios, sabrán responder al ejemplo del Moncada. Al unísono los explotados, los pobres y los que hoy construyen nuevas sociedades estamos prestos a Vencer o Morir por un futuro justo e igualitario.
¡Viva la Revolución Cubana!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Viva el socialismo!
Asociación de Amstad Honduras - Cuba
Tegucigalpa, M.D.C. 26 de julio 2010
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