Juan Moreno
Hace unos días, el presidente ilegítimo de Honduras, don Porfirio Lobo Sosa, denunció una supuesta conspiración contra su gobierno. El miércoles 10 y el jueves 11 de junio, las agencias periodísticas y las cadenas internacionales de televisión, se hicieron eco de las denuncias del señor Lobo Sosa. La Nación de San José de Costa Rica, por ejemplo, tituló la noticia a ocho columnas: “Presidente de Honduras denuncia intenciones golpistas”. He aquí algunas de las palabras textuales del señor Lobo Sosa: “Me quieren fregar, pero más bien se van a enredar conmigo porque jamás hay que olvidar que a toda acción hay una reacción”. Luego, en el siguiente párrafo de la noticia enviada por la agencia AFP, Lobo Sosa afirma: “Tenemos todo bien seriado, los tengo ubicaditos a todos; sé quiénes son, tengo toda la información, o sea, creo, que se han equivocado con mi sonrisa”, advirtió, aunque no identificó a quienes intentan derrocarlo”.
Si con estas declaraciones, el señor Lobo Sosa quería convertirse en el centro de la noticia, pues lo logró. Lo que no creo que haya logrado es el objetivo que este señor tenía al hacer semejante denuncia: despistar a la opinión pública sobre el fracaso de su gobierno para reintegrar a Honduras al seno de la OEA, reunida en esos días en un país suramericano. Para no mandar a casa a la señora Clinton sin nada en las manos, los delegados de la OEA nombraron una comisión para estudiar el caso de la reinserción de Honduras. Lobo aprovechó este movimiento de la OEA para hacer ruido y seguir con el juego del demócrata a quien los sectores de la izquierda y de la derecha no dejan gobernar, según lo ha afurmado en éstas u otras palabras. El, uno de los protagonistas del golpe de estado del 28 de junio, se siente ahora “amenazado” por un grupo de “conspiradores” salidos de su propio circulo de amigos.
Yo me pregunto, y supongo que muchas personas se plantean preguntas parecidas: ¿a qué juega el señor Lobo Sosa? ¿A qué tinglado sicológico está recurriendo este señor golpista? ¿Pero es posible que Lobo Sosa crea que los hondureños le van a creer semejante patraña después de no haber movido ni siquiera un dedo para revertir los hechos del 28 de junio de 2009? ¿Acaso hizo algo Lobo Sosa para que los diputados de su partido votaran para que restituyera al defenestrado presidente Zelaya Rosales aquel fatídico tres de diciembre de 2009? ¿No fue el mismo Lobo Sosa el que dejó a Romeo Vásquez Velásquez, jefe militar golpista, como jefe de Hondutel, una de las instituciones estratégcas del Estado hondureño? ¿A cuál de los golpistas ha despedido el señor Lobo Sosa? ¿Cuántos asesinados ha enterrado ya la Resistencia hondureña durante su gobierno, por oponerse frontalmente ejerciendo el derecho ciudadano de defender las instituciones y las tradiciones democráticas que tanta sangre han costado al pueblo hondureño? ¿Y cuántos exiliados, presos, secuestrados, amenazados y perseguidos tiene ya el país sólo en estos meses de gobierno de Porfirio Lobo Sosa? El desgraciado panorama de los derechos humanos bajo el gobierno de Lobo Sosa, auténtico continuador del golpe de Estado del 28 de junio, continúa siendo el mismo. Estos son los hechos, y los hondureños, cuya gran mayoría se alínea con el FNRP, sólo se atienen a los hechos, no a jugarretas verbales de políticos tradicionales y golpistas hasta el tuétano como el señor Porfirio Lobo Sosa.
Por otro lado, el zipizape a propósito de las denuncias de Lobo Sosa se concatena también con sus declaraciones en España, en las que públicamente reconoció que lo del 28 de junio fue un golpe de Estado. No había terminado con sus declaraciones cuando escritores golpistas ya escribían sus columnas recomendando tenerle listas las “piyamas planchadas” al presidente golpista. Ni lerdo ni perezoso, Lobo Sosa aproveha la coyuntura para seguir con sus maniobras de juegamanos político y ver así cómo sale del embrollo en que lo han metido y en que él mismo se ha metido.
¿Preocupado porque le van a madrugar con un golpe de Estado uno de estos días? Si Lobo Sosa está tan preocupado, por qué él y un enorme contingente de miembros de su gobierno se fueron muy campantes para África del Sur? El mismo ha denunciado que hay una conspiración para darle un golpe de Estado y he aquí que, a unos pocos días de semejantes declaraciones, el hombre hace maletas y se va a disfrutar al campeonato mundial de fútbol.
Caramba, qué talante el del señor Lobo Sosa. Con razón ya nadie le cree en Honduras.
Fuente: Vos el soberano
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