Dina Meza
En los últimos días en la medida en que se acerca el 28 de junio y que el Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP, prepara multitudinarias manifestaciones, a un año del golpe de Estado, la oligarquía y sus medios de comunicación tienen una avanzada en imagen pública alrededor de Micheletti.
Las mujeres se plantaron frente a Torre Libertad, donde se ubica Canal 10, con jabón, agua y escobas para repudiar al dictador Roberto Michelletti que se encontraba en ese momento en Foro del 10, con el periodista Armando Villanueva, a quien las mujeres le denominan “el golpeador de mujeres”, porque ha sido denunciado ante los tribunales de justicia de golpear a su compañera de hogar.
Suyapa Martínez dijo que el propósito era lavar la vergüenza nacional y todo aquello que representa el golpismo en el país, “se lavó todo el camino por donde pasó el dictador y la Bandera Nacional para limpiar a Honduras del golpismo y recuperar la dignidad”.
Martínez criticó que mientras las mujeres siguen siendo asesinadas, sin que se les brinde ningún tipo de seguridad en las casas, ni en las calles, el dinero del pueblo hondureño se despilfarra en acciones de protección para Micheletti, quien se desplaza a todas partes con un contingente de más de 30 policías.
En su última sesión, el 13 de enero de 2010, el Congreso Nacional, conformado por diputados liberales, nacionalistas, democristianos y pinuistas, nombró a Micheletti como diputado vitalicio al aprobar un decreto para darle sueldo de diputado por toda la vida al usurpador, Roberto Micheletti Baín, y además se obliga a las Fuerzas Armadas a asignarle un fuerte dispositivo de seguridad a él y a sus familiares cercanos.
Fuente: Defensores en línea
Con escobas y jabón ocho feministas en resistencia “lavan dignidad nacional” ante presencia de Micheletti
Por Red Morazánica de Información
Tegucigalpa. 25 junio 2010. Al conocerse la presencia del ex gobernante de facto, Roberto Micheletti, quien reapareció en público, ayer, en un canal hondureño de televisión, un grupo de apenas ocho mujeres en resistencia, se apostaron, de inmediato, en un costado de ese edificio, para protestar por la presencia del hombre símbolo del golpe de Estado.
Las mujeres, vestidas con ropa de faena, en camisetas del movimiento feminista en resistencia, chores, faldas, pantalones y sandalias, reventaban con ímpetu bolsas de agua contra el piso, tiraban detergente para espumar el área, y restregaban con escobas de palma, tradicionales en el país, una plancha de cemento que sirve como acera.
“¡A lavar, a lavar, nuestra dignidad nacional!, repetían, mientras también levantaban cartulinas en las que se leía la misma consigna.
“¡Asesino, asesino, asesino!”, le gritaban indignadas, las mujeres a Micheletti, a través de un megáfono, mientras permanecieron al lado de las mallas de seguridad y eran vigiladas por una cantidad de policías de a pie, en patrullas y motos, que casi triplicaba el número del grupo de las manifestantes.
Ante los agentes, que las miraban con sorpresa, unos, y hasta admiración, con sonrisa burlona otros, que se cuchicheaban entre sí, las mujeres siguieron gritando, sin ninguna muestra de temor: “¡Fuera golpistas, fueras golpistas, fuera asesino, Micheletti asesino, dictador, violador de mujeres!”.
Para identificarse, en tanto alzaban los brazos y levantaban los puños, coreaban gritando: “¡La gente se pregunta: y esas quienes son, somos feministas en revolución!”.
Micheletti, en visible señal de no intimidarse ante el grupo de feministas en resistencia, decidió salir y se detuvo de espaldas a las puertas de vidrio espejeado, en la entrada del edificio, para responder a las preguntas de periodistas.
El ex gobernante de facto acusó a los países del G16, de tener “doble cara”, porque llagaban al Congreso, cuando él era presidente del órgano legislativo, “a poner quejas de la incorrecta actuación de Zelaya y, de repente, ya hoy aparecen dando apoyo a Zelaya”, satirizó.
Sobre los cuestionamientos de “asesino”, Micheletti, quien reapareció a cinco meses del régimen de Porfirio Lobo, y a escasos días de cumplirse un año del Golpe, respondió que él no ha asesinado a nadie.
Micheletti, repitió su discurso de unidad y democracia y denunció que Hugo Llorens, embajador de Honduras en Tegucigalpa había intentado imponer como magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a Marlina Dubon, esposa de Enrique Flores Lanza, ministro de la presidencia de Manuel Zelaya, presidente defenestrado con el golpe de Estado. (D. C.)
Las mujeres, vestidas con ropa de faena, en camisetas del movimiento feminista en resistencia, chores, faldas, pantalones y sandalias, reventaban con ímpetu bolsas de agua contra el piso, tiraban detergente para espumar el área, y restregaban con escobas de palma, tradicionales en el país, una plancha de cemento que sirve como acera.
“¡A lavar, a lavar, nuestra dignidad nacional!, repetían, mientras también levantaban cartulinas en las que se leía la misma consigna.
“¡Asesino, asesino, asesino!”, le gritaban indignadas, las mujeres a Micheletti, a través de un megáfono, mientras permanecieron al lado de las mallas de seguridad y eran vigiladas por una cantidad de policías de a pie, en patrullas y motos, que casi triplicaba el número del grupo de las manifestantes.
Ante los agentes, que las miraban con sorpresa, unos, y hasta admiración, con sonrisa burlona otros, que se cuchicheaban entre sí, las mujeres siguieron gritando, sin ninguna muestra de temor: “¡Fuera golpistas, fueras golpistas, fuera asesino, Micheletti asesino, dictador, violador de mujeres!”.
Para identificarse, en tanto alzaban los brazos y levantaban los puños, coreaban gritando: “¡La gente se pregunta: y esas quienes son, somos feministas en revolución!”.
Micheletti, en visible señal de no intimidarse ante el grupo de feministas en resistencia, decidió salir y se detuvo de espaldas a las puertas de vidrio espejeado, en la entrada del edificio, para responder a las preguntas de periodistas.
El ex gobernante de facto acusó a los países del G16, de tener “doble cara”, porque llagaban al Congreso, cuando él era presidente del órgano legislativo, “a poner quejas de la incorrecta actuación de Zelaya y, de repente, ya hoy aparecen dando apoyo a Zelaya”, satirizó.
Sobre los cuestionamientos de “asesino”, Micheletti, quien reapareció a cinco meses del régimen de Porfirio Lobo, y a escasos días de cumplirse un año del Golpe, respondió que él no ha asesinado a nadie.
Micheletti, repitió su discurso de unidad y democracia y denunció que Hugo Llorens, embajador de Honduras en Tegucigalpa había intentado imponer como magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a Marlina Dubon, esposa de Enrique Flores Lanza, ministro de la presidencia de Manuel Zelaya, presidente defenestrado con el golpe de Estado. (D. C.)
Fuente: honduraselogoali.blogspot.com - Red Morazánica de Información
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