martes, 25 de mayo de 2010

SALUDOS A NUESTROS PERIODISTAS

Gustavo Zelaya

El golpe de estado del 28 de junio modificó por completo la noción de objetividad informativa, hecho por los suelos viejos mitos acerca de los periodistas y su compromiso con eso que algunos llaman verdad. En mi caso particular creo que tenía una idea más o menos formada de ese gremio y me di cuenta que no todos caben en el mismo costal: están los miembros del MOLINA (periodistas liberales nacionalistas), un grupo informal que se jacta de no estar nunca en la llanura, algunos cubren casa presidencial y el congrezoo nacional, grabadora en mano asaltan a cuanto político tradicional yfuncionario público esté a la vista; se reparten contratos de publicidad, viajan con funcionarios importantes y están prestos a solicitar obsequios, una casa o una beca, minucias así; unos pocos se constituyen en directores de medios informativos, estos tal vez sean los peores junto con los “orientadores de opinión”, alias, analistas; supuestos plumíferos de altos vuelos que, junto a los periodistas “independientes”, organizan ONG y observan con la debida neutralidad ideológica los acontecimientos , de ellos hay que guardar mucha distancia ya que adornan sus escritos con tecnicismos que no son más que discursos al servicio de la oligarquía y los golpistas, valga la redundancia. Y un montón más dedicados a vociferar, a escandalizar sin el menor fundamento sobre nuestra sociedad. El grito, la frase vulgar, la carcajada burlona y muletillas como el “de que”, “y no son mentiras mías” o “hablando como mables”, son algunas de sus características. Es decir, el gremio entero demuestra constantemente que ser graduado en periodismo no es garantía de integridad, honestidad y veracidad. Sólo es una formalidad, el contenido se va mostrando con la práctica valiente o cobarde y con la limpieza o la corrupción en el ejercicio de la profesión.

Pero algo importante ocurrió en ese gremio. El golpe de Estado puso muchas cosas en su lugar y nos mostró que hay una gran cantidad de excepciones, que la prensa corrupta, montada en las coyunturas, servil, irresponsable y otros calificativos no son la regla. Nos dimos cuenta que en Honduras hay muchas situaciones extraordinarias como un golpe de estado en el siglo XXI o el surgimiento de la Resistencia Nacional, supimos también que a veces no hay relación entre ese principio de la excepción y la regla. Y que hay periodistas de verdad. Por ejemplo, es dolorosa la imagen de César Silva levantando el cuerpo ensangrentado de Isis Obed Murillo, o las palizas que recibió el mismo César en los alrededores del congrezoo nacional; seguirán siendo de primera los reportajes de Dick Emanuelson y su esposa Miriam Huezo, o las entrevistas de Mario Casasus y de Ida Garberi; las notas untuales de Diana Canales, la delicada ternura de Iris Mencía, la constancia de Félix Molina, la puntual divulgación que realiza Marleny Mendoza, los riesgos y ataques que sufrieron periodistas como David Romero y su equipo de Radio Globo así como Esdras Amado López y los de Cholusat Sur. Debe reconocerse su valiente trabajo en esos medios denunciando el golpe, llamando las cosas con su nombre y enfrentando con todo su personal la dura represión contra ellos. Eso nadie puede negarlo. Y no se puede dejar de mencionar a Ronny Huete, Andrés Molina y a Ronny Martínez o al colectivo de Radio Progreso y Radio Uno. Y, por supuesto, Radio Gualcho y la entrega de Johnny Lagos al frente de El Libertador. Hay otros que laborando en las relaciones públicas de algunas instituciones nacionales e internacionales también demuestran su real valía, es el caso de viejos amigos como Sandra Maribel Sánchez, Hector Espinal y Ana Elsy Mendoza. Y la Resistencia del exterior representada por Roberto Quezada. Faltan más en esta pequeña lista que sirven de ejemplo de periodistas honestos comprometidos con la veracidad
de los hechos y con la justicia.

Casi todos los mencionados de hecho fueron expulsados de las cámaras de la televisión golpista y de los medios impresos que conspiraron, organizaron y respaldaron el golpe de estado. Mientras tanto ahora está Pepe Lobo a la cabeza del continuismo del golpe de estado, preparando los premios del mes del periodista, con todas sus vergüenzas y su cinismo, participando de la fiesta oficial, con sus juristas y los intelectuales del sistema con sus garrotes y su gas lacrimógeno, con sus relacionadores públicos y los imitadores de los Rambos colombianos como los chepos de la televisión.Mientras tanto los demás no existen. Y para su pesar, ahí están, en las calles, caminando, cubriendo la gran noticia de la consolidación de la Resistencia que no sale en los medios golpistas, con la esperanza a cuestas dispuestos a no claudicar, con la firme y segura intención de que sí es posible una Honduras mejor, con paz y equidad.

25 de mayo de 2010




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