A mecate Corto N° 141 | 21 Mayo 2010 | Editado por COMUNICACIONES-SJ
Las familias de los mártires del Sumpul todavía recuerdan con lágrimas en sus ojos la masacre hecha hace 30 años, exactamente los días 13 y 14 de mayo por la Fuerza Armada del gobierno de El Salvador.
A pesar de las investigaciones efectuadas durante años, esta masacre sigue en la impunidad. La Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador hizo un homenaje a las víctimas y familiares de tan atroces hechos, con el fin de que se conozca la verdad y para que las generaciones venideras no repitan estos crímenes de lesa humanidad.
Según investigaciones efectuadas por la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, la Fuerza Armada del gobierno de El Salvador desplegó un amplio operativo militar desde el cantón Las Minas, del municipio y departamento de Chalatenango, a 4.5 kilómetros al Noreste de la cabecera departamental, hasta el caserío fronterizo de Las Aradas, el cual pertenece al cantón Yurique, jurisdicción de Ojos de Agua de Chalatenango.
El objetivo del operativo era forzar a los pobladores civiles a desplazarse hacia el caserío Las Aradas, con el fin de realizar ejecuciones sumarias y arbitrarias, masivas de personas, en ese lugar. Los campesinos desplazados llegaron a Las Aradas a tempranas horas del 14 de mayo de 1980. Desde la fecha anterior, 13 de mayo de 1980, un contingente de aproximadamente 150 soldados hondureños, pertenecientes al Doceavo Batallón con sede en la ciudad de Santa Rosa de Copán, formaron un cerco militar de contención en las aldeas de Santa Lucía y San José, pertenecientes al municipio de Guarita, Departamento de Lempira, República de Honduras. El cerco de contención cubría precisamente la línea fronteriza que demarca el río Sumpul, frente al caserío Las Aradas.
El día 14 de mayo de 1980, tropas de la Fuerza Armada del gobierno de El Salvador, entre soldados y guardias nacionales debidamente uniformados, así como paramilitares de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), quienes participaban de la persecución a los civiles, ingresaron al caserío Las Aradas, al igual que otros contingentes de militares y paramilitares que se desplazaron hacia ese lugar por los rumbos de la población de Ojos de Agua y del municipio de Las Flores.
Los militares referidos procedieron a asesinar a todas las personas que tuvieron a su alcance entre adultos, niños y ancianos. Muchos de tales crímenes se produjeron con desmedida brutalidad, como fue el asesinato de menores de edad y mujeres embarazadas con machetes y cuchillos militares, así como ametrallamientos indiscriminados en los cuales participaron tropas de infantería y helicópteros de la Fuerza Aérea Salvadoreña.
El Ejército hondureño fue partícipe del operativo militar, en el sentido de contener la posible huida de los campesinos y campesinas. Tambièn entregaron a los militares salvadoreños a aquellas personas que lograron ingresar a territorio hondureño para salvar su vida de esta matanza en el rìo Sumpul.
Fuente: Radio Progreso - Vos el soberano
Los pueblos latinoamericanos nunca van a descansar, un ejemplo es El Salvador, antes era
ResponderEliminarla guerra civil que en realidad el problema era
la fuerza armada cometiendo atrocidades como la del Sumpul, la del mozote y otras, pero eso se fue y ahora son las maras. Yo creo que en El Salvador el gobierno tiene que adaptarse y modernizarse para poder enfrentar las amenazas al pueblo, porque no esta lejos el dia que el pueblo se canse y se organize para levantarse en armas otra ves.