El jueves 25 de enero de 2010 nació oficialmente en Caracas la Nueva Radio del Sur o Radiosur, emisora que, según fuentes del gobierno venezolano, tiene la misión de difundir la visión real de la diversidad política, social y cultural de Latinoamérica y del Caribe, así como de África, Asia, Europa y Oceanía.
Radiosur es un proyecto concebido por el Presidente Hugo Chávez en el año 2007 y su señal inicial salió al aire en septiembre de 2009, durante la Cumbre América del Sur-África (ASA), realizada en Isla Margarita, estado de Nueva Esparta.
En realidad, la flamante emisora ya venía materializándose en cuanto a su estructura en los planos nacional e internacional, y hoy se erige como una red de radios que incluye estaciones comunitarias, universitarias, privadas y públicas de todos los países de América, del Caribe y de algunas naciones de África y de Asia, deviniendo así un instrumento más para el fortalecimiento de los pueblos que luchan por la igualdad y la libertad.
Con Radiosur se amplía a nivel cosmopolita el paso de siete leguas dado con el surgimiento de la Nueva Televisión del Sur (Telesur) que, según Chávez, obedeció a una idea lanzada en su momento por el líder tanzano Julius Nyerere, e inició sus transmisiones regulares el 24 de julio del 2005 con emisiones de cuatro horas, caracterizadas por sus imágenes y efectos visuales de singular belleza.
Según dijo el Presidente en aquel momento, Telesur está imbricada con “el fomento de la identidad latinoamericana, mediante una programación comprometida con la integración, con la promoción de la democracia participativa, el desarrollo humano, la solidaridad entre los pueblos, la conformación de un mundo pluripolar, la paz, la verdad y la justicia social”.
Esta televisora es un proyecto grannacional surgido en el contexto de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) y sus fundadores y accionistas principales fueron Venezuela (51 por ciento), Argentina (20), Cuba (19) y Uruguay (10).
En el momento actual, la entidad posee corresponsalías en estos y en otros países de la región, y cuenta en su Consejo de Dirección y en sus estructuras con personalidades, técnicos y especialistas de los estados suscribientes. La entidad ha extendido su esfera de acción en años sucesivos a Bolivia, Nicaragua y demás naciones del ALBA, así como a Colombia, México, los Estados Unidos y otros no asociados.
Pese a su aún corta existencia, Telesur recibió el 15 de octubre de 2009 un reconocimiento de la ONU en el marco de un debate de la IV Comisión de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Relativas a la Información “gracias al trabajo, dedicación y profesionalismo con que se ha desempeñado la Nueva Televisión del Sur en la búsqueda de los valores, la integración y la defensa al derecho de los pueblos a estar informados”.
La eficacia informativa de Telesur quedó de manifiesto con la cobertura dada al golpe de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya el 28 de junio del pasado año en Honduras, y las acciones de la resistencia contra la represión en ese país centroamericano que gracias al “putsch” tornó a ser república bananera. También sus reportes desde el Haití devastado por el terremoto del 12 de enero pasado clasifican por la calidad de sus imágenes y el enfoque objetivo de su contenido.
De manera que si Telesur constituye una copa de vino amargo para los poderes imperiales y oligárquicos en el continente -acostumbrados al monopolio de los medios, con más de 700 emisoras bombardeándonos día y noche con sus mensajes distorsionantes de la realidad y envenenadores de las mentes-, Radiosur viene a ser como la tercera taza de caldo para el que repudia ese alimento.
Hay que suponer lo que Radiosur significa para los citados poderes, si se tiene en cuenta que el 20 de julio de 2005, antes de que la televisora iniciara sus emisiones regulares, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó “realizar transmisiones de radio y televisión para ofrecer a los venezolanos información precisa y objetiva a fin de contrarrestar el antiamericanismo del futuro canal Telesur”.
Ese órgano del Congreso yanqui aprobó un fondo de 18 millones de dólares destinados a “apoyar los partidos políticos, la vigencia de las leyes, la sociedad civil y los medios de comunicación independientes” en Venezuela.
Casualidades que tiene la vida: en la patria de El Libertador, esos medios “independientes“, propiedad de grandes capitalistas nativos o transnacionales, disponen de una impresionante red compuesta por cerca de 60 periódicos, 200 emisoras de radio y 60 canales de televisión, con cinco que difunden sus imágenes por todo el país.
Ante el peso apabullante de los hechos sólo queda razonar y que cada cual deduzca dónde está la verdad y dónde el fetiche interesado de quienes detentan el poder omnímodo del capital y de los medios de comunicación, para ejercer la guerra mediática con las divisa de que “quien controla la programación programa las mentes de los ciudadanos”.
Fuente: escambray.cu
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