martes, 2 de marzo de 2010

Del golpe de Estado a las elecciones fraudulentas



Como señalamos anteriormente, debido al aislamiento internacional y la resistencia popular, los golpistas hondureños vieron en las elecciones de diciembre, una alternativa para superar la crisis e impedir el regreso definitivo de Zelaya. [1]

En este sentido, los sectores conservadores y reaccionarios del país encontraron en Porfirio Lobo Sosa, el candidato ideal: terrateniente y empresario de la región de Olancho, [2] miembro del Partido Nacional del cual ha sido tres veces diputado, y sobre todo, un dirigente que apoyó el golpe de estado contra Zelaya y las acciones de Roberto Michelleti.

Lo anterior también fue posible por el apoyo que brindó el ejército hondureño, los medios de comunicación, la jerarquía católica, las oligarquías de la región centroamericana y el gobierno de Estados Unidos.

Por un lado, los sectores tradicionales de poder vieron en el movimiento social vinculado a Zelaya el avance del “Chavismo”, del “Castrismo” y del “Moralismo” en la región. Dicho de otra forma, una expresión social y política que ponía en peligro el status quo del sistema, por lo cual era necesario derribarlo a toda costa, incluyendo la violencia y la muerte. Para ejemplificar esta mentalidad de las oligarquías centroamericana, puede citarse la “visita de cortesía” que dieron veinticinco representantes del sector empresarial guatemalteco al gobierno de facto de Michelleti, [3] a pesar de la condena unánime de la comunidad internacional, sobre todo de los países miembros de la Alternativa Bolivariana de las Américas (AlBA), de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), de la Organización de Estados Americanos (OEA), y de las Naciones Unidas.

Por otro lado, la administración de Barack Obama apoyó implícitamente el golpe de Estado en Honduras, le dio el mismo estatus de negociación a los golpistas frente al gobierno de Zelaya, retardó los procesos de negociación al incluir la mediación del presidente Oscar Arias, y como era de esperarse, avaló las elecciones presidenciales.

Sin embargo, las pasadas elecciones se desarrollaron bajo un régimen golpista marcado por las desapariciones extrajudiciales, los asesinatos, la represión y la tortura. No contaron con el reconocimiento del pueblo hondureño y gran parte de la comunidad internacional. Inicialmente, únicamente los gobiernos de Estados Unidos, Panamá, Colombia, Republica Dominicana reconocieron los resultados electorales del 29 de noviembre: un mar de abstencionismo (aproximadamente el 60%) del cual salio ganador “Pepe Lobo”.

Por su parte, la Unión Europea más allá de interesarse por el retorno del orden democrático, su preocupación radica en el estancamiento de las negociaciones de los Acuerdos de asociación, es decir, los tratados de libre comercio con Centroamérica. Por el momento, Francia y España han reconocido el gobierno nacido de las elecciones fraudulentas

Si éste ha sido el comportamiento de las elites locales y de los Estados del llamado primer mundo, la actuación del pueblo hondureño, de los sectores democráticos de la región y las organizaciones humanitarias a nivel internacional, ha sido generalmente en consecuencia con las demandas y aspiraciones de las mayorías hondureñas.

En el primer caso, la resistencia civil se organizó el mismo día del golpe militar. Diferentes organizaciones estudiantiles, sociales, campesinas, indígenas, sindicales y de mujeres lograron converger en el Frente Nacional de Resistencia Popular contra el Golpe (FNRP), no solamente para exigir el retorno del orden democrático, sino también para impulsar las demandas del pueblo hondureño: el avance de las transformaciones impulsadas por Zelaya, la realización de una consulta popular y la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente.

Sin embargo, la misma minoría de sectores sociales y partidos políticos de izquierda que consideraban necesario participar en las pasadas elecciones, son aquellos que ahora participan en el gobierno de Porfirio Lobos. Esta actitud oportunista puede verse a través de Marvin Ponce, que al ser electo diputado por la UD dio un giro a la derecha: se incorpora a la directiva del Congreso Nacional, debilita la unidad que se había generado entre los movimientos sociales y partidos políticos de izquierda que apoyan la movilización social, y traiciona las reivindicaciones del FNRP.

El segundo caso, lo podemos ejemplificar en la creación del Frente Guatemalteco en Resistencia con el Pueblo Hondureño . Una iniciativa popular que organiza acercamientos con distintas organizaciones sociales victimas del golpe de Estado, así como actividades de denuncia de los sectores e instituciones que apoyan el régimen, por ejemplo el Tribunal Supremo Electoral guatemalteco.

Finalmente, a nivel internacional han sido notorias las acciones de solidaridad hacia el pueblo hondureño, en distintas regiones de Grecia, Italia, España o Francia se organizan mítines de solidaridad, concentraciones de repudio a las violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas y grupos paramilitares, así como foros o debates sobre las implicaciones políticas de un golpe de Estado en pleno siglo XXI. El trabajo de Alerta Honduras [4] o del NPA [5] en Paris es un ejemplo de la importancia de la convergencia de diferentes expresiones políticas y la internacionalización de las luchas sociales.

Por ello, es necesario seguir al tanto de las luchas sociales que se libran en América latina, en este caso el trabajo incansable del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe, que a pesar del acoso constante de las fuerzas policiales lleva mas de siete meses en las calles, organizando y movilizando a la población hondureña, poniendo en evidencia que las pasadas elecciones no constituyen una salida a la crisis y tampoco el “Plan de nacion” que plantea el actual régimen.



[1] Miguel Ceto. Honduras : le régime putschiste doit tomber ! La Gauche, 8 octobre 2009. http://www.lagauche.com/lagauche/spip.php?article2537

[2] Graduado de la Universidad de Miami como Bachelor of Business Administration.

[3] Entre las personalidades que se dieron cita encontramos a: Otto Kushiek, Armando Asturias, Hans Peter, Francisco Botrán, Diego Moreno, Rodrigo Aparicio, Roberto Díaz Scharwz, Jean Paul Morel, José Manuel Moreno Botrán y Gerardo Poitevin. Elperiodico, Guatemala, miércoles 19 de agosto de 2009.

[4] http://www.alerte-honduras.org/

[5] http://www.npa2009.org/

Fuente: www.rebelion.org

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