lunes, 30 de noviembre de 2009

El triunfo de la resistencia hondureña

Por Godo de Medeiros

Acaba de realizarse en Honduras una rara consulta que han llamado “elecciones” y que en realidad son una maniobra del gobierno golpista para legitimar un régimen que en cinco meses ha cometido al menos unos 1,600 asesinatos, lesionado gravemente a más de 3,000 personas (entre mujeres, adolescentes, niños y ancianos), encarcelado a cerca de 2,000 personas y violado, desde el domingo 28 de junio, los derechos humanos en todas sus variantes (políticos, económicos, sociales, etc.).

Sin embargo, lo que oligarcas y militares hondureños imaginaron como una victoria contra el pueblo no fue sino una rotunda derrota infligida por éste: el 75 por ciento de la población se negó a formar parte de esa farsa electoral promovida por el señor Barack Obama, la señora Hillary Clinton y el sirviente de ambos, el señor Oscar Arias.

El domingo 29 de noviembre de 2009 pasará a la historia como la fecha en que el pueblo hondureño, sin más armas que su propia paciencia e indignación, le dio un duro golpe moral no sólo a los golpistas sino también a sus patrocinadores imperialistas.

Informaciones recibidas vía correo electrónico el día de las “elecciones” me indicaban que del 30 por ciento de la población que se prestó al circo electoral, la mayoría eran personas de elite que nunca habían ido a votar (por lógica deducción ahora se sabe por qué sí lo hicieron), otras fueron obligadas bajo amenazas de represalias tales como dejarlos sin trabajo o arrestarlos bajo cargos de sedición. La lista de maniobras continúa, pero quizás no valga la pena ya desperdiciar espacio en ello.

Porfirio Lobo, un criminal similar a Roberto Micheletti, vinculado a los escuadrones de la muerte junto con Billy Joya, ha resultado ser el espurio ganador de estas ilegítimas elecciones que si no fuera porque Honduras se encuentra secuestrada en toda su institucionalidad por los golpistas tendrían que ser declaradas nulas de todo derecho.

Con la excepción de Estados Unidos y Costa Rica, ningún país del mundo ha reconocido las elecciones de este domingo 29 de noviembre, porque como ya se ha dicho hasta la saciedad Honduras está desde hace cinco meses en una rotunda ilegalidad. Prácticamente su Constitución Política ya no existe, porque con el Golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya el texto constitucional fue violado y, por consiguiente, perdió validez ipso facto.

Ahora, y tras su contundente triunfo, el pueblo hondureño y su vanguardista Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado tienen por delante unos desafíos enormes para los que se tendrán que preparar, pues tendrán que hacerle frente no sólo a la represión cotidiana sino a una escalada terrorista que ya viene preparando el círculo criminal cercano a Micheletti y que comenzó con la colocación de artefactos explosivos como parte de una maniobra sucia que persigue confundir a la opinión pública (hacer creer que el pueblo hondureño se está organizando en células insurgentes) para luego justificar la represión a gran escala.

Hay que estar alertas y tender puentes de comunicación con las cortes penales internacionales (no hay que descartar la posibilidad de juzgar a los golpistas por crímenes de lesa humanidad), con las comisiones de derechos humanos del sistema interamericano y con todas aquellas instancias que puedan acompañar las luchas del pueblo hondureño.


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Godo de Medeiros
Escritor
Guatemala, C.A.
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