A golpes y balas
desalojado del INA y puesto preso,
Morazán en huelga de hambre.
Preso de conciencia,
curtido del polvo y el sol de los caminos,
curtido de luchar y esperar,
de soñar a fuerza de desvelos,
de carencias y hambrunas,
de cautiverios y desolaciones.
Encarcelado Morazán
por una causa,
por una idea,
un origen social,
por su pobreza.
Preso por saberse el hambre de memoria
y para que no tenga memoria
de cómo salirse de ella.
Un Morazán de uso y abuso,
acusado de ilícito
si se las quiere dar de decente
y atentar con ser libre
teniendo su propia casa,
nombre
o un pedacito de tierra para trabajarla,
no solo,
si no en colectivo,
en un signo de desobediencia
contrario al poder
de un esquema ya probado.
Morazán detenido y desaparecido
por causar daños a la propiedad
habiendo recurrido
a las manifestaciones
y manchado paredes,
en brotes de violencia
y de portación de ideas
que se salen del orden.
Morazán amotinado
por desacuerdo con sus carcelarios
que son del criterio
que por las malas,
es mejor que por las buenas,
por aquello del riesgo a lo contrario.
Preso político Morazán,
asesinado por sicarios,
en castigo
por no ser comedido
y volverse intolerable
incitando a la resistencia
y no apegarse al Toque de Queda.
Patriota,
Morazán común y corriente
en condición denigrante
de haber perdido sus derechos constitucionales.
Morazán en el asombro del silencio obligado
de que si piensa,
es que siente
y si siente
disiente y se vuelve peligroso.
Ciudadano Morazán
a las seis de la tarde
frente al pelotón de fusilamiento
de la prohibición de salir,
asomarse,
intentarlo
o tan sólo decir que lo hará.
Morazán rehén obligado a escapar
de la propiedad de esclavo mental
porque lo considera perverso e injusto,
en evidente
impulso
de delinquir volviéndose mal ejemplo.
Feliz cumpleaños,
Morazán,
con la pata puesta en el cuello
por el malvado y el perverso
y vos
tratando de salvar
si no la vida,
la dignidad.
Candelario Reyes García
98 días de resistencia pacífica
.
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