jueves, 1 de octubre de 2009

Los ultimos dias de Goriletti en su bunker

Según cuenta la historia, en la primavera de 1945 el genocida Hitler se escondía con sus últimos secuaces en el Fuhrerbunker de Berlín, mientras la Armada Roja constantemente bombardeaba la ciudad.


Dias mas tarde Hermann Goring lanza un ultimatum: que él personalmente tomará el mando del régimen nazi si sus demandas de negociar con los Aliados no son reconocidas por Hitler.
Hitler le responde agriamente mandándolo a arrestar en Bavaria.


Luego entonces Heinrich Himmler comienza a comunicarse con los Aliados para negociar la rendición, sin embargo Hitler se entera, y reacciona violentamente demandando la detención y ejecución sumaria de Himmler, uno de sus principales comandantes.


En su bunker, Hitler se vuelve mas violento, a veces llora, a veces ríe, a veces grita, a veces habla con elocuencia… pero todos a su alrededor saben bien que con cada hora que pasa, su líder pierde más contacto con la realidad, y se aisla más y más, encontrando el tan necesitado asilo en un mundo aberrante y torcido, un mundo personal donde él es el héroe que todo el mundo admira, un mundo donde todo es como él quiere que sea, y donde todo está bien, es decir, un mundo donde NO PASA NADA.


Mientras tanto, la gran Batalla de Berlín se recrudece, y las fuerzas nazis se van quedando sin soldados.


No obstante, Hitler se envanece mas, grita más, enloquece más, pero no se rinde nunca!
Grandes números de niños y ancianos son incorporados en cuestión de minutos a las fuerzas nazis, armas les son proveídas, y se les envía a encontrar la muerte unos minutos más tarde a encontrar una muerte atroz en manos de los soldados soviéticos.
Pero Hitler no se rinde nunca!

Cualquier parecido con la realidad hondureña NO ES NINGUNA COINCIDENCIA, pues los psicópatas se comportan siguiendo los mismos patrones de conducta aberrante y demencial.
Según cuentan los mismos edecanes de Goriletti, éste ya no atiende el celular si la llamada viene de Carlos Flores Fracassé, de Misael Fariseo Argeñal, ni de otros de sus mas cercanos colaboradores golpistas.


No, Goriletti sólo quiere hablar con los que están de acuerdo con él, y es por eso que la presencia de Romeo Vásquez lo agría, por que no quiere escuchar lo que el General constantemente le recuerda, que él, el Gran General, no va a caer sólo, si no que acompañado por su cabeza de ajo, sus gritos de marica envejecido, y sus lágrimas Gorilescas.


Así mismo, Hitler, perdón, Goriletti hace constante alarde de sus ancianos reservistas, esos pobres hambrientos, y manda a reclutar a la fuerza, e inconstitucionalmente, a los jóvenes y menores de edad que deambulan en aldeas lejanas, preparándose para esa gran batalla que, según él en su triste demencia senil, pronto ha de pelear en contra del Presidente Zelaya.



No cabe duda que estamos viviendo los últimos días de Goriletti en su bunker, donde llena de excrementos esa codiciada silla que ahora hay que quemar…



Fuente: hablahonduras.com

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