El 25 de agosto del año en curso, en compañía de un grupo de empresarios guatemaltecos emisarios del sentir de la oligarquía guatemalteca con fuertes intereses en Honduras, la señora María Eugenia Villagrán De León, presidenta del Tribunal Supremo Electoral, llegó a Tegucigalpa a respaldar a los golpistas manifestando a los medios: “El fin del TSE de Guatemala es venir a contribuir y apoyar al Tribunal de Honduras en cuanto a todos los actos y resoluciones que han tomado en relación al problema que ocurrió en esta nación”.
Con esta acción y con estas declaraciones, la señora Villagrán no solamente avaló el golpe de Estado y el régimen dictatorial en Honduras, sino comprometió la idoneidad de un organismo que tiene como suprema función velar por la realización del más visible y contundente procedimiento de la democracia en una sociedad moderna y civilizada. Así mismo, con su proceder, socavó la confianza que dicho órgano debe ostentar ante la ciudadanía.
Con su presencia avaló el rompimiento constitucional que no solo pretende burlar la decisión soberana del pueblo hondureño sino hacen peligrar la democracia a nivel continental y mundial al revivir el uso del golpe de Estado como recurso de los que pretenden con ello usurpar en el momento que ellos convengan desconocer gobiernos legítimamente electos por el voto popular.
Sus acciones y declaraciones fueron diametralmente contrarias a la decisión del Gobierno guatemalteco que a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, declara que: "todas las entidades descentralizadas y autónomas (entre las que se cuenta el TSE) deben en toda actividad de carácter internacional sujetarse a la política que trace el Poder Ejecutivo", de acuerdo con la Constitución.
En clara desobediencia a nuestra Carta Magna y a sus superiores, la presidenta del TSE usurpó funciones que le corresponden al Estado representado en el gobierno y en particular en su Ministerio de Relaciones Exteriores. Asimismo, se abrogó el derecho de poner en tela de juicio la decisión del gobierno de no reconocer al gobierno de facto de Roberto Micheletti
De lo anterior se desprende que la actual presidenta del TSE, María Eugenia Villagrán, se permitió contravenir y usurpar funciones que corresponden solo al Ministerio de Relaciones Exteriores, quien es el que traza la política del Estado de Guatemala en esa materia y que bajo los elementales principios de la democracia rompió relaciones con el gobierno golpista de Honduras. Por tanto, la sola presencia de la actual presidenta del Tribunal Supremo Electoral en la capital hondureña para reunirse con funcionarios golpistas es una desobediencia flagrante a sus superiores y una traición a la política del Presidente Álvaro Colom.
Ante esos hechos, el Frente Popular, exige la inmediata destitución de la señora María Eugenia Villagrán De León por violar principios fundamentales de la democracia y las propias de su alta investidura.
FRENTE POPULAR
¡Por la soberanía, la dignidad y la solidaridad!
Guatemala, 1 de octubre de 2009.
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