Estoy convencido de que el regreso de Mel Zelaya es el principio del fin para los golpistas. Estos en su desesperación, a pesar de que su líder Micheletti aseguró ayer en cadena nacional que los “seguidores” de Zelaya serían respetados, hoy a las 4 de la madrugada fueron desalojados con bombas lacrimógenas y bastonazos por la policía y el ejército y algunas radios “silenciadas” como la Radio Globo y Cholusat Sur para lograr una desinformación total. Sin embargo, la gente se une, se envía mensajes y se comunica por teléfono fijo y móvil, por Internet o a viva voz. Las fuerzas vivas y dignas de Honduras se están movilizando y esta vez es difícil que las retrocedan como lo han hecho las otras veces. El pueblo sabe que esta es la mejor oportunidad para recuperar el control del poder que le fue arrebatado.
Los golpistas no ceden pero están acorralados. Cualquier locura está sobre la mesa, por eso creo que un baño de sangre es muy factible en la nación centroamericana, por tanto, la Comunidad Internacional debe estar presta a ayudar al pueblo hondureño a que no sea masacrado. Como toda idea que se niega a morir a pesar de su improcedencia y decadencia, el golpe de Estado anacrónico dado en Honduras, es una vieja herramienta vuelta a usar contra los pueblos en épocas que la democracia llegó para quedarse y que los mismos pueblos la han asimilado de tal manera que los mismos oligarcas que una vez la convirtieron en su bandera, hoy están dispuestos a pisotearla en el momento que ésta se convierta en un peligro para la pérdida o disminución de sus intereses de clase y privilegios. Atentos y alertas.
Los principales medios de la oligarquía hemisférica, al tomarlos por sorpresa el regreso de Mel, ahora dictan la norma de que en Honduras hay dos presidentes, uno derrocado y otro en funciones, tratando de soslayar el hecho de que el único presidente legítimo es Manuel Zelaya Rosales. Micheletti en cambio, el usurpador, sin ningún derecho más que el relativo a su naturaleza humana.
Esos medios propugnan por una salida negociada y perdón a los golpistas con vistas a que cometan las mismas fechorías en el futuro si “no les gustan” las decisiones que tome el pueblo. Que se siga con el proyecto de elecciones y que ni siquiera se contemple el proyecto de “Asamblea Constituyente” que es uno de los puntales que el pueblo ahora exige. Por ello, ante ese peligro para sus intereses y privilegios, la oligarquía hondureña está dispuesta a arremeter contra los más humildes de siempre. No obstante, si pierden, como es la tendencia, no les quedará más que refugiarse en el paraíso de los terroristas: Miami.
Desde el Frente Popular por la Soberanía, la Dignidad y la Solidaridad enviamos toda nuestro apoyo al bravo pueblo hondureño, instándolo a que siga esa digna lucha que levantó desde que su legitimo presidente fue derrocado por la rancia oligarquía y que llegue hasta conseguir sus más firmes propósitos: la restitución de Mel Zelaya y la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente en su largo camino a su liberación.
Carlos Maldonado
Coordinador de Comunicación
FPsds-Guatemala
Coordinador de Comunicación
FPsds-Guatemala
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