Por Gerardo Torres
Los Necios
Por la mañana despertamos pensando en que había llegado la hora de un nuevo enfrentamiento.
No de uno deportivo, si no de la continuación de este choque que ha hecho colisionar en Honduras a los pocos que siempre lo han tenido todo contra los muchos que no tenemos nada o casi nada, que no es lo mismo, pero es igual.
Cada quien llego a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán portando orgullosamente la camiseta del equipo, de este equipo que somos todos, que no es patrocinado por bancos golpistas y que lleva el apellido y el nombre de todos los que luchamos, de los que no pueden luchar y de aquellos que han caído luchando impreso con orgullo en estas espaldas ya tan acostumbradas al sol.
Salimos de las instalaciones de esta universidad como esos que salen de camerinos envueltos de aplausos. Empezaba así el minut... perdón el día 46 de esta gran lucha de resistencia.
Los titulares decían "Honduras se enfrenta hoy contra Costa Rica en San Pedro Sula", pero en realidad en las calles Honduras se enfrenta contra la tiranía que llama vándalos a sus mejores hijos e hijas, Honduras se enfrenta a los grupúsculos empresariales que piden paz y mandan a los salvajes gorilas vestidos de verde militar y azul policía (uniformes desteñidos por la culpa y la infamia y que están manchados con sangre inocente) a las calles a matar.
El desgaste físico es alto pero la entrega es todavía mayor, descendía entonces el equipo popular al corazón de la ciudad. La finalidad era el Congreso Nacional que esta dispuesto a aprobar de nuevo el servicio militar obligatorio para iniciar una cacería contra la juventud como intento de hacer perecer la esperanza juvenil en la patética frialdad de los batallones.
Provocaron y rompieron una marcha pacifica a base de bombas lacrimógenas, balas de fusil y granadas de goma. A pleno mediodía el centro de Tegucigalpa fue el escenario de la ira de las fuerzas represivas que hasta con tubos se le iban encima a jóvenes, mujeres, hombres, ancianos y ancianas, niños y niñas que levantaban sus manos no para celebrar goles ni para iniciar batallas, si no solamente para tratar de protegerse de las rabiosas fauces.
Se acercaba la hora del partido y por toda la ciudad quienes logramos escapar, buscábamos de posta policial en posta policial a aquellos que habían sido capturados. Por decenas iban saliendo los compañeros y compañeras manteniendo la frente alta y viendo directamente a los ojos a aquellos que aunque provienen del mismo pueblo hoy sin conciencia humana han aceptado la orden de atacar a sus hermanos y hermanas.
"Hay capturados en los batallones" se anunciaba con voz de preocupación. Los portavoces militares lo negaban, nosotros buscábamos. Se confirmo, aun a esta hora en el Batallón de las Fuerzas Especiales o "Batallón Cobra" de la Colonia 21 de octubre de Tegucigalpa se mantiene capturados ilegalmente los compañeros y las compañeras:
1.. Avilio Antonio Izaguierre 23 años
2. Florentino Izaguirre Hernandez 32
3. Santos Ricardo Pena Pavon 22
4. Emerson Barahona Avila 25
5. Daniel Angel Carcamo Sanchez 23
6. Osmin Daniel Santillana 27
7. Nilko Duran 30
8. Santos Rene Herrera 53
9. Justo Pastor Mondragon 65
10. Darwin Said Hernandez Carbajal 23
11. Lisandro Gomez Martinez, 56
12. Mario Rodrigo Ardon Betancourt 20
13. Nelson Gustavo Rivera Lopez 32
14. Jose Natividad Perez Lorenzo 48
15. Oscar Marcell Murillo 22
16. Ariel Arturo Sierra Coello menor de edad 16
17. Allan Samael Cruz menor de edad
18. Santos Ricardo Pena Pavon 21
19. Darwin Amaya Alvarado 22
20. Magdalena Lazo Pineda 48
21. Alba Leticia Ochoa Camacho 53
22. Sergio Raul Jerezano Cruz menor de edad 16
23. Wilmer Domingo Lopez Marroqui 26
24. Arturo Flores Baleriano 36
25. Mabel Carolina Lopez.
Pero aun así el silbatazo de inicio se dio en el Estadio Olímpico de San Pedro Sula a las 7:30 PM de manera puntual. Las instalaciones estaban completamente abarrotadas y el pueblo hondureño al tener un espacio para poder gritar sin el estorbo de las bombas lacrimógenas o el peligro de los fusiles lo hizo con todo su corazón.
Cuando el joven arbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez anulaba el claro gol del equipo hondureño al inicio del partido las cosas se pusieron tensas. Televicentro (principal cadena de televisión nacional privada) que ha sido uno de los principales portavoces del Golpe de Estado y del gobierno de facto usaba sus micrófonos para llamar a la insurrección popular para castigar al arbitro. Los narradores le decían a la gente que si la selección perdía no había que dejar que el mexicano saliera vivo del país. Es fácil para estos delincuentes mediáticos llamar a atacar a un hombre por un error en un partido de fútbol, pero imposible hacerlo contra los que nos han quitado mucho más que un simple gol.
Pero bueno cayó el gol de Carlo Costly y Honduras estalló en júbilo. Mientras en el coloso sampedrano todos brincaban en las trincheras de los batallones se quería apagar la voz del pueblo. A la mente vienen esas historias que muchos solo habíamos leído del ejemplo de aquel mundial en Argentina del 1978 en que el grito de los estadios sirvió para ocultar los gritos de auxilio de los millares de argentinos que morían estrangulados por la violencia militar.
Honduras le gano 4-0 a Costa Rica y durante los 90 minutos el pueblo grito como no lo había hecho nunca, en las calles de las diferentes ciudades la celebración se extendió de manera cuantiosa pues gritar un gol en Honduras es una experiencia liberadora, pero gritar cuatro es un acontecimiento histórico.
La gente salía del estadio mostrando cuatro dedos a las cámaras con una sonrisa de complicidad pues precisamente era un cuatro con sus dedos lo que mostraban antes que los militares y los empresarios atentaran contra la democracia. El cuatro de hoy se parece mucho al signo de la cuarta urna que anunciaba el inicio del camino hacia una nueva Constitución Popular Democrática que va en camino a ser realidad aunque los grupos del poder arcaico se rehúsen a aceptarlo.
Para gritar un gol como es debido es necesario dejar atrás todo tipo de elementos represivos, abrir los brazos y dejar salir toda esa energía contenida para tener una efímera sensación de libertad.
Para liberar una patria es necesario enfrentar a todos los elementos represivos, abrir los brazos y presentar los puños, dejar salir toda la energía popular en una explosión que permita la instalación de la libertad de manera permanente.
Hoy nos mantenemos en vigilia pendientes de los compañeros y compañeras secuestrados en batallones.
HOY jueves 13 de agosto estaremos una vez más en la Universidad Pedagógica para un nuevo encuentro con la historia a partir de las 8:00 am en punto.
En este partido ya no queda nadie en las graderías, todos estamos en la cancha.
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