jueves, 13 de agosto de 2009

El Cineasta Oscar Estrada nos reporta el día 45 de Resistencia

Por Oscar Estrada

Día cuarenta y cinco. 12 de agosto de 2009

Contrario a lo que habría esperado, dada las circunstancias en que vivimos muchos hondureños desde hace cuarenta y cinco días, la selección nacional ganó frente a la selección de Costa Rica por una diferencia de cuatro goles a cero. En otro momento sería una buena noticia, que mejor que sentirnos cerca del mundial de futbol, celebrar en los bares y estadios, o como suele ser en mi caso, sonreír frente a las muestra de euforia patriótica catracha. Pero esta vez es distinto, porque mañana todos hablarán del partido y poco se mencionará en los medios de la brutal represión que vivió la resistencia tanto en la ciudad de Tegucigalpa como en San Pedro Sula.

Desde los acontecimientos del día de ayer pudimos reconocer una incapacidad de la dirigencia de controlar la marcha, su energía y frustración ante una resistencia que lleva ya más de seis semanas en las calles. El reconocimiento por parte de Juan Barahona de que la marcha se le había salido de las manos y que no podían controlar a los infiltrados muestra que, si bien el movimiento cuenta con un gran respaldo popular, moral, y anímico de gran cantidad de hondureños y hondureñas, la dirigencia se encuentra lejos de tener la estatura, y la madurez para saber dirigir esta lucha.

La marcha de hoy salió como han salido la gran mayoría de las marchas. De la calle frente a la Universidad Pedagógica. La represión de ayer capitalizó hoy un número muy grande (quizá más grande que los manifestantes de ayer) que impulsados por la indignación y la rabia se dieron cita para mostrar su repudio a las nuevas tácticas del régimen. Caminaron por la avenida que lleva hasta la plaza INTUR, a donde siempre llegan, y al igual que ocurrió ayer, un grupo de manifestantes empujó la maza completa hasta la plaza central en el casco histórico de Tegucigalpa.

Había razones para querer ir al Congreso Nacional, porque aparte del ya conocido rol dentro del golpe de estado, la reciente propuesta de ley que vuelve el servicio militar voluntario en obligatorio causó indignación en muchos de los manifestantes. Pero llegar a una ratonera, como puede ser el centro de Tegucigalpa, sin una estrategia definida, sin medidas de seguridad y control de los agitadores, es un suicidio.

Incluso antes que el grueso de la marcha se apersonara al parque central, y mientras aun caminaban por la avenida Cervantes, un pequeño grupo de jóvenes se colocó en la plaza bajo el Congreso Nacional que a esas alturas apenas contaba con una veintena de elementos policiales y para su “suerte” se encuentraron con Ramón Velázquez Nazzar, secretario del Congreso Nacional y una de las figuras más repudiables del mismo. Su actitud, ya en una nota anterior lo mencioné, fue de desprecio y de provocación a los manifestantes. Pero esta vez no había nadie quien controlara a los jóvenes presentes que enfurecidos aceptaron la invitación del anciano sacándolo del pelo y arrastrándolo un par de metros a punta de patada, de la misma forma que haría la policía con los manifestantes seguidamente. Esa fue la escusa que necesitaba la policía para iniciar una represión a nivel nacional con toda la fuerza que saben usar cuando les dejan la correa suelta.

Mientras en el centro perseguían, golpeaban y detenían a los manifestantes, en los jardines de la UPNFM un comando del ejército ingresó por la fuerza golpeando a todos los estudiantes y profesores que preparaban las condiciones para recibir a los peregrinos que andaban en la marcha al otro lado de la ciudad. Cuentan testigos que mientras eran humillados, los elementos militares les tomaban fotos amenazándoles con matarlos si eran vistos nuevamente entre los manifestantes. Uno de los fiscales de delitos comunes que se hizo presente al lugar unas cinco horas después del ingreso militar, dijo a la prensa que ellos no eran detenidos, sino “retenidos”, y solo en calidad de testigos porque habían encontrado unas pruebas de bombas molotov en el lugar y estaban haciendo las investigaciones respectivas.

Lo que no dijo dicho fiscal, fue que el comité de disciplina de la resistencia logró dar captura a un agente de la policía infiltrado entre los manifestantes y con unas veinte botellas de cocteles molotov en la mochila, que fueron ellos quienes presentaron la denuncia a la fiscalía pidiendo que se hicieran presentes en el lugar para levantar las respectivas declaraciones (de esto hay constancia en el acta que se levantó por parte de COFADEH) que minutos después de la llamada a la fiscal se hizo presente el ejército para reprimir, tomar las instalaciones y usar dichos cocteles en los casos que ahora se estan siguiendo contra los miembros de la resistencia.

A esta altura hay 3 procesados oficiales por los delitos de Terrorismo, Sedición, Incendio Agravado, Asociación Ilísita los cuales podrían llevarles penas de 15 a 20 años. Mañana se presentarán ante el juez un grupo más de acusados, entre ellos la compañera artista Alba Ochoa, quien todos conocemos y respetamos, y quien sufrió tortura por parte de la policía la tarde de hoy.

En el Hospital Escuela y demás hospitales de la ciudad se encuentran los heridos de las últimas dos manifestaciones. Las enfermeras del lugar cuentan como los doctores se niegan a atender a los ingresados que vienen de las manifestaciones argumentando que ellos se lo buscan al causar este relajo. Un señor, de 54 años de edad, fue ingresado con varias costillas rotas y heridas causadas por las cadenas que usaron los elementos policiales para golpearlo. Una mujer sufrió de agresiones sexuales por parte de elementos policiales que introdujeron un tolete en su ano. Un joven con dos heridas de bala en su abdomen desconfiaba de quien le hacía preguntas mientras dos camas después estaba otra señora quien fue cruelmente golpeada por una mujer policía y quien sólo le pegaba en la cabeza con un tubo pintado de negro.

En cadena nacional Roberto Micheletti justificaba la represión como las acciones necesarias para controlar a los terroristas extranjeros y malos hondureños que solo quieren causar daño al país, luego elevó una plegaria al cielo para que la selección ganara el partido frente a Costa Rica, su dios le cumplió su plegaria, quizá porque como dijo un general del ejército hondureños, ese Dios está de su lado.

¡NO PASARÁN!

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