lunes, 6 de julio de 2009

El mundo vio desafío de los golpistas

Por Juan José Dalton

No apunten sus fusiles, no maten a sus hermanos. Les ordeno, en nombre de Dios, que cese la represión contra el pueblo hondureño, dijo Zelaya al parafrasear a Arzobispo Oscar Romero

SAN SALVADOR - La comunidad internacional representada por los máximos foros mundial y regional, así como por varios países latinoamericanos reiteraron el domingo en San Salvador su condena al golpe de estado protagonizado hace una semana en Honduras y al tiempo que exigieron la restitución del depuesto presidente Manuel Zelaya.

Pero este domingo la tensión y la condena contra el régimen de facto que gobierna en Honduras se subió de tono, cuando el mundo ha sido testigo de la brutalidad con que actuaron los militares hondureños contra centenares de manifestantes que esperaban la llegada de Zelaya en el aeropuerto de Toncontín, a donde pretendía llegar para recobrar su lugar como presidente constitucional.

Los militares no sólo impidieron el aterrizaje de Zelaya, quien estaba acompañado por el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), Miguel d´Escoto, sino que minutos antes dispararon a los simpatizantes de Zelaya, asesinaron a dos e hirieron a varios.
Las cadenas teleSUR y CNN trasmitieron en vivo y en director al mundo a balecera previa a la llegada de Zelaya, y luego la forma en que coparon los militares fuertemente armados en la pista de aterrizaje. "O se retira el avión o será interceptado", amenazó la torre de control de Toncontín al vuelo presidencial. La orden era clara, de lo contrario podrían bajarse el avión.

Zelaya, ya en territorio salvadoreño, denunció la represión contra los manifestantes indefensos, y puso en evidencia la arbitrariedad del nuevo gobierno que preside Roberto Micheletti, a quien hasta el momento ningún gobierno del mundo a reconocido.

Zelaya, llamó al Ejército de su país a no apuntar con sus fusiles ni matar a sus hermanos hondureños, en una conferencia de prensa ofrecida junto a varios mandatarios latinoamericanos en el aeropuerto internacional de El Salvador.

Zelaya parafraseó algunas partes de un discurso que pronunciara en marzo de 1980 el asesinado arzobispo salvadoreño Oscar Romero, cuando llamó a las Fuerzas Armadas a no disparar contra los manifestantes que protestaban entonces en contra de la dictadura.

A Romero lo asesinaron "escuadrones de la muerte" de ultraderecha. Un solo disparo al corazón; magnicidio que se mantienen impune.

"No apunten sus fusiles, no maten a sus hermanos. Les ordeno, en nombre de Dios, que cese la represión contra el pueblo hondureño", dijo Zelaya con la voz entrecortada por la emoción. El auditorio que lo escuchaba rompió en un aplauso.

Antes de hablar Zelaya, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, reiteró que "continuará haciendo todas las gestiones diplomáticas" para que en Honduras se restablezca el orden constitucional y que se restituya a Zelaya en la presidencia".
En iguales términos se pronunció el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), Miguel d´Escoto, quien además reiteró que tiene un mandato del organismo mundial, que ha rechazado el golpe y que clama por el retorno de la democracia en Honduras como un signo importante de la revitalización de la ONU.

En tanto, el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, reiteró la "hospitalidad de El Salvador que ha seguido con preocupación lo sucedido en Honduras" desde hace una semana.

"A nadie escapa la posición de El Salvador de condena enérgica del golpe de estado y de exigir la inmediata restitución del presidente Zelaya. Nuestro gobierno no ha reconocido a los que han usurpado el gobierno en Honduras y que lo están ejerciendo en forma ilegítima", apuntó Funes.
Para finalizar la conferencia, en la que no hubo preguntas por parte de la prensa, habló la presidenta Cristina Kirchner, para reiterar la solidaridad con Zelaya, pero además enfatizar que Latinoamérica y el mundo se debe unir contra el unilateralismo, en defensa de la democracia y de los derechos humanos.

La mandataria argentina, quien habló en nombre también de sus homólogos de Ecuador, Rafael Correa y de Paraguay, Fernando Lugo, afirmó que lo ocurrido en Honduras demostraba que la democracia "no es un bien definitivo, sino que tiene que construirse todos los días, no sólo por las autoridades sino por los ciudadanos".

Estamos aquí, dijo la mandataria, con la convicción última de reconstruir un mundo multilateral, multipolar, plural y respetuoso de todas las naciones y los derechos de los pueblos.


Fuente: http://www.contrapunto.com.sv


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