Las acciones de FOPRIDEH son coherentes con la misión que le encomendó la USAID. Coincide con el auge de los movimientos revolucionarios en la región. Fue creada a inicios de la década de los ochenta, al mismo tiempo que otra similar se impulsaba en Guatemala y probablemente otra en otro país centroamericano. FOPRIDEH coincide en su aparecimiento con la ofensiva de centenas sino miles de sectas religiosas que nos venían a salvar del comunismo.
La gran mayoría de sus miembros no son organizaciones de desarrollo sino asistencialista, muy apropiadas para desmovilizar al pueblo hondureño en el campo y la ciudad. Juan Ramón Martínez, fue su primer presidente, y su Director Ramiro Irabien, de origen cubano y, para más señas, contrarrevolucionario.
Si se hace un recuento de sus logros se concluye con facilidad en que no han sido muchos. Desde su nombre: Federación de Organizaciones *Privadas* de Desarrollo, comenzaron sus desatinos. Quien se detenía a descifrar esa sigla entendía que era una organización que no apuntaban al desarrollo, porque sus organizaciones estaban privadas de desarrollo. Ahora la llaman sin renunciar a la sigla: Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras.
Su “genialidad” es impresionante. Para no confundirse con otras organizaciones llamaron a las organizaciones miembro Organizaciones Para el Desarrollo (OPD), en vez de Organizaciones No Gubernamentales reconocido por la ONU.
Antes del golpe jugaron el papel de desestabilizadores del gobierno de Manuel Zelaya; después del golpe como celestinas de los golpistas; y, ahora, estabilizadores del gobierno ilegítimo. ¿Qué entienden como democracia? El poder omnímodo de los norteamericanos y de la oligarquía en el país. El fortalecimiento democrático significa desmovilización del pueblo.
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