lunes, 3 de mayo de 2010

Honduras: Facussé, premiado ambientalista, derrama veneno en el Bajo Aguan

Ida Garberi*

“Es todo una gran locura impuesta mediante un sistema de fuerza y de
prepotencia, de dominio tecnológico, científico, financiero y de los medios
masivos de comunicación e impuesta, precisamente, a los países de donde
salió la riqueza con que se desarrollaron, y han creado condiciones en el
mundo muy difíciles para que los demás se desarrollen”.

Fidel Castro

Durante el viaje que hice en el Bajo Aguan, ubicado en la zona Atlántica de Honduras, mientras acompañaba al Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), tuve la oportunidad de visitar las comunidades de campesinos que pertenecen al Movimiento Unificado de Campesinos del Aguan (MUCA).

Creo que a muchas personas burgueses y egoístas, hondureñas y no, que viven en sus casitas con todas las comodidades, le harían bien, una excursión educativa en las grandes plantaciones de palma africana, donde los campesinos han ocupado la tierra como un reclamo al derecho de la supervivencia y la esperanza de vivir un día en condiciones humanas.

Los pobres viven en carpas construidas con palos y laminas plásticas, sin los servicios básicos, los niños tienen vientres grandes por los parásitos, deben lavarse en el agua fangosa... ... cosas que son sorprendentes, sobre todo teniendo en cuenta que están luchando contra uno de los hombres más ricos de Honduras, Miguel Facussé, que con su dinero podría pagar la deuda externa del país centroamericano.

El problema es que Honduras siempre ha sido dirigida por las 10 familias más ricas del país, que consideran a los pobres sólo una mano de obra para ser explotados hasta la muerte, luego de tirar el cadáver y esperar a que otro campesino, hambriento y desesperado ofrezca su fuerza de trabajo por unos pocos centavos.

Pero, ¿porqué el asesino Facussé no quiere dar nada (ni siquiera quiere aceptar el acuerdo ultimo que firmaron el gobierno y los campesinos del MUCA... el claramente se escribe la ley solo!) de esta inmensa riqueza en tierras, especialmente la más fértil, en la margen izquierda del río Aguan?

Debido a que sus deseos malsanos por el poder, quiere cultivar uno de los productos más buscados de los países ricos hoy en día, ellos que son los consumidores de biocombustibles: la palma africana.

El cultivo extensivo de la palma africana requiere poca mano de obra, muchos fertilizantes, herbicidas y plaguicidas químicos y mucho terreno. Por tratarse de una palmácea arbórea, ha entrado en los planes de reforestación de muchos países donde ha sido presentada como una excelente inversión, incluso con matices ambientalistas.

El modelo de cultivo que se presenta en estos casos sigue siendo hoy el modelo asiático de grandes extensiones de monocultivo.

Pero el primer problema es que muchos campesinos fueron expulsados o presionados para abandonar sus medios tradicionales de subsistencia y sus territorios ancestrales para dedicarse a esta nueva actividad.

Existen dos condiciones en las cuales vive esta población y por la que son afectados, las condiciones ecológicas en primer lugar, porque remplazan en muchos casos cultivos o bosques existentes, y condiciones sociales, tanto para las poblaciones existentes que para los trabajadores del sector.

Al parecer, esta iniciativa empresarial que anuncia nuevas “oportunidades de inversión” sólo disfraza la vieja dinámica de acumulación capitalista, concentrar las ganancias en pocas manos y únicamente socializar las pérdidas económicas y ambientales.

El producto final que se obtiene se ofrece a bajo costo en el mercado internacional, siguiendo la lógica del mercado, no refleja el gasto ecológico ni las consecuencias sociales de su obtención, como la perdida de la capacidad alimentaria del territorio rural.

Para desmascarar la falsa imagen ecologista de Facussé (que incluso ha sido galardonado el año pasado con su empresa DINANT con el sello de empresa socialmente responsable, que asigna Fundación Hondureña de Responsabilidad Social Empresarial (FUNDAHRSE) por haber logrado los estándares establecidos después de evaluar sus programas ambientales, el desarrollo integral de su personal y su relación con la comunidad !!!!!) entrevisté a un antiguo empleado que casi murió por los químicos asesinos, que normalmente se utilizan en el Bajo Aguán, en las enormes extensiones de tierra de este terrateniente “socialmente responsable”.

Mario Pérez, un nombre de fantasía que yo puse al que está arriesgando su vida por denunciar el hipócrita Facussé, aún no tiene treinta años y no sé cuántos podrá cumplir después de la intoxicación que tuvo con productos químicos que había rociado en las plantaciones de palma africana de su dueño palestino.

"Trabajé cuatro años con el aprovechador de Facussé, me hacia contratos de dos meses, y luego me dejaba sin empleo, para no pagar mis contribuciones." "Ganaba 75 lempiras (poco más de tres dólares) en un día de ocho horas, con mucha presión y insultos por mi capataz, llegaba al final del día destruido. "Los frutos de la palma africana pueden alcanzar decenas de metros de altura y se requiere mucha fuerza física para recogerlos."

"Me despidieron porque traté de exigir más condiciones humanas de trabajo y la oportunidad de crear un sindicato.” relató Perez

Pero lo que me hace más rabia de la historia de Mario es su intoxicación. El utilizaba un artefacto plástico totalmente inseguro y sin protección, para realizar la fumigación de herbicidas, pesticidas y fungicidas altamente tóxicos.

"Para empezar nos dieron una máscara, pero no era adecuada, por lo que el tóxico penetraba, se concentraba y nos ahogaba. Facussé decidió no usar nada, porque todo lo demás era demasiado costoso. "

Un día Mario se cubrió completamente de una sustancia química tóxica debido a que el artefacto estalló durante el trabajo. Cuando, asustado, preguntó al capataz que tenia que hacer, como respuesta recibió una carcajada y el consejo de bañarse completamente con el mismo producto, el capataz aseguró que no era tóxico. El resultado ha sido muchos meses en el hospital y Mario todavía no se recuperó totalmente... ... de ahora, llevará a una vida de secuelas crónicas.

Mario recuerda los nombres de algunos de los productos “ecológicos” que Facussé manda a utilizar por sus trabajadores: ellos, con sus propias manos desprotegidas, lavan los equipos y los residuos de sustancias químicas tóxicas se lanzan con alegría en el mismo río Aguán!

Estas "perlas ecológicas" están prohibidas por los países desarrollados, que son los productores hipócritas de ellas mismas; y los países del primer mundo se benefician luego vendiéndolos a los subdesarrollados.

Por ejemplo el carbendazim, un fungicida altamente tóxicos a nivel hormonal y casi indestructible en el medio ambiente; el herbicida glifosato, considerado inicialmente inofensivos hasta que se descubrió las falsificaciones científica de la misma multinacional que lo produce, que reconoció en seguido que crea problemas teratogénos y no se destruye en el medio ambiente y para terminar el peor, el paraquat.

Este último, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mata a cerca de 40 mil personas al año y una de las más peligrosas de la llamada "docena sucia", lista de sustancias identificadas Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que están consideradas entre las sustancias químicas más tóxicas existentes y esta lista fue creada por el Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA) y ha sido aceptado y firmado por más de cien países alrededor del mundo en 2001.

Entonces, ¿cuál es el premio siguiente que podremos regalar al ecologista hipócrita Facussé, para que la prensa golpista se lo entregue para lavar la imagen de un capitalista tan irresponsable que considera la vida humana y el medio ambiente solo como medios para ganar dinero?

Termino, pero con un poco de esperanza en mi corazón, pienso en la sonrisa optimista de Mario, que ahora trabaja en una cooperativa del MUCA, donde al fin encontró un ritmo humano de trabajo, hermanos con quienes pueda compartir las ganancias de la cosecha y las preocupaciones de la vida, aquí pone todo su corazón y su alma en las horas de trabajo porque ya aprendió una lección muy importante: sólo con la unidad y la ayuda mutua, podemos esperar de ganar el tirano Facussé.

*la autora es responsable de la página web en italiano de Prensa Latina



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