sábado, 9 de octubre de 2010

En diálogo sobre la Asamblea Constituyente

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Quienes promovieron el golpe de Estado y la masacre del pueblo hondureño se sienten derrotados moral e intelectualmente. Así como no tuvieron la capacidad intelectual para medir las consecuencias de sus actos (desde el 28 de junio del 2009 hasta la fecha), tampoco tienen, ahora, la capacidad discursiva para continuar encubriendo los delitos que cometieron. En 15 meses no lograron engañar a la comunidad internacional, mucho menos al pueblo hondureño.
Por eso, ahora, por intermedio del gobierno sucedáneo del golpe (presionados por la comunidad internacional y por el millón cuatrocientas mil hondureñas/os en resistencia), llaman a dialogar sobre la convocatoria a la Asamblea Constituyente. ¿A caso no fue exactamente éste el motivo por el que dieron el golpe de Estado al Presidente Manuel Zelaya? ¿Por qué asesinaron, y aún lo siguen haciendo, más de 250 hondureños/as que exigían Constituyente? ¿Por qué hicieron de Honduras un rufián en la comunidad internacional? ¿Por qué fraccionaron familias y sembraron el odio entre las y los hondureños?

La convocatoria al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), para hablar sobre la Asamblea Constituyente, es la máxima expresión de la contradicción terminal en la que se encuentra hundidos los grupos de poder que perpetraron el golpe de Estado. Esta convocatoria es una especie de acto de contrición porque se sienten asediados por el lamento estridente de sus víctimas cuyas almas los persiguen clamando justicia. ¡Este llamado al diálogo es una clara pública confesión culpa!

Con este diálogo los grupos de poder persiguen varios objetivos. Primero, como ven que ya es inevitable el proceso y la sanción penal que los espera, buscan el perdón lastimero del pueblo por sus actos criminales. Segundo, ven en el proceso Constituyente su única tabla de salvación para evitar la cárcel y/o negociar sus privilegios mal habidos. Tercero, buscan derrotar políticamente y/o imponerle su agenda al FNRP, al carecer éste de propuestas y estrategias políticas para impulsar y participar en el proceso Constituyente.

¿Debería acudir el FNRP al diálogo con el gobierno? Sí. Pero, luego de haber debatido y consensuado una agenda mínima con las bases en una asamblea nacional. Esta agenda debe contener las siguientes demandas:

Primera. La destitución inmediata y simultánea de civiles y militares golpistas en ejercicio de función pública. Éstos son: los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General de la República, los militares premiados con puestos en la Aduana Nacional, Migración, Marina Mercante y otros. Éstos, juntamente con todos los y las implicadas en el golpe, a la cabeza del ex dictador Roberto Micheletti, tienen que ser juzgados.

Segunda. El retorno de todas y todos los exiliados, y el resarcimiento moral y económico a familiares de las y los asesinados y desaparecidos/as en estos 15 meses de terror criminal que enlutó al país.

Tercera. La conformación de una comisión nacional para que establezca los criterios básicos para la convocatoria y la elección de constituyentes. Estos criterios, para su aplicación, deberán ser sometidos a una consulta popular a nivel nacional.

Cuarta. La convocatoria a la Asamblea Constituyente garantizando la participación activa de todas y todos los hondureños. No sólo en la elección de constituyentes, sino también en la elaboración de propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado, así como en la aprobación del texto final de la Constitución.

No debemos distraernos con los diálogos. Ahora, más que nunca, tenemos que acelerar los procesos de organización y construcción de propuestas para la nueva Constitución Política. ¡Tenemos que llegar a la Asamblea Constituyente con propuestas concretas elaboradas desde las bases! ¡Ya no dejes que otros/as hablen y decidan por ti!

En el Occidente del país, las parroquias, células del FNRP y algunas ONGs están promoviendo talleres y diálogos para construir propuestas. Acudamos a éstos u otros espacios para proponer lo que estamos dispuestos a hacer por la nueva Honduras que soñamos.

El FNRP también debe debatir y consensuar los mecanismos de su participación política en el proceso de la Asamblea Constituyente. No esperemos que nos representen dirigentes políticos bajo la paragua del bipartidismos. Por más de un siglo ellos sólo velaron por sus intereses.

Éste proceso es nuestro y es único. No hagamos que nuestros hijos/as lamenten por causa de nuestra indiferencia, ni traicionemos la sangre y la inmolación de nuestros/as mártires pro Constituyente. Ellos y ellas lo arriesgaron todo por esta causa. ¿Y nosotros?
Fuente: revistazo.biz

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