miércoles, 15 de septiembre de 2010

Alegrón de burro

Por Mario Roberto Morales

Breve crónica de declaraciones malinterpretadas, y una pésima noticia para algunos tontos que se van de boca.

Las declaraciones que Fidel Castro dio a Jeffrey Goldberg causaron revuelo mundial. En especial, la frase: “El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”, después de que Goldberg le preguntara (según palabras de éste) “si él creía que el modelo cubano era algo que aún valía la pena exportar.” La respuesta de Fidel, quien supuso que le hablaba de la revolución —según aclaró (Cubadebate 10-9-10)—, fue que no valía la pena exportarla, pues vive serios problemas. Lo cual tiene todo el sentido del mundo, ya que cada país debe hallar vías originales para el cambio social, sin copiar modelos ajenos.

En EEUU, esa declaración de Castro fue tomada con mucha más inteligencia por la ultraderecha republicana, que como la interpretaron los neoliberales de América Latina, quienes se recetaron un alegrón de burro creyendo (con la puerilidad analítica que los caracteriza) que Fidel estaba afirmando que aceptaba el capitalismo como panacea. Por eso, su aclaración del 10 de septiembre cayó como bomba sobre los incultos “libertarios” del subdesarrollo. El ex presidente cubano dijo: “Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis, que son cada vez más graves, globales y repetidas, de las cuales no puede escapar. Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba”. Más claro no canta un gallo de 84 años.

He conversado mucho con Corina Matamoros, curadora de la colección de arte contemporáneo en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, quien se encuentra acá en el Vermont Studio Center (VSC), invitada como yo para escribir. Cuando aparecieron los avances de la entrevista de Goldberg a Castro, comentamos la declaración del ex presidente como un probable lapsus de su parte, pues era una afirmación suicida. Pero, después de la aclaración, fue obvio que, aunque se hubiese tratado de una ligereza involuntaria de Fidel, su puntualización dejaba fuera de dudas la posición socialista de Cuba. Además, muchas de sus declaraciones a Goldberg expresaban una abierta aceptación de responsabilidades acerca de los graves problemas que afronta el país, e igualmente dejaban entrever futuros anuncios sobre cambios profundos cuanto necesarios en la economía de la Isla. Pero de capitalismo salvaje, nanay.

En otra reciente entrevista con la directora de La Jornada, Fidel se declaró personalmente responsable de la persecución a homosexuales iniciada en Cuba en los años sesenta. Le dijo a la periodista que se hallaba tan ocupado librándose de los atentados contra su vida, enfrentando la crisis de los misiles soviéticos y otros tantos problemas, que descuidó lamentablemente ese y otros aspectos de la política interna del país. En esa misma línea autocrítica, le dijo a Goldberg otras cosas, algunas de las cuales fueron —según Castro— malinterpretadas por el periodista. Sea como fuere, sus recientes advertencias sobre el peligro de una guerra nuclear a partir del conflicto con Irán, lo han reinstalado en las primeras planas de la prensa mundial, y los malentendidos sobre “el modelo cubano”, más aún. Pésimas noticias para quienes lo han dado por muerto, por arrepentido o por chocho.

Mientras tanto aquí en el VSC, las cosas van de maravilla. Los pintores y escultores exponen su trabajo y los escritores y poetas leen sus obras. Todo en un ambiente de fraternal camaradería y tertulia intelectual, en la que también se habla —y por qué no— de Fidel Castro.


Johnson VT, 10 de septiembre del 2010

Fuente: www.albedrio.org

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