domingo, 18 de julio de 2010

La lucha no sólo es en Honduras

Sí, la voz y la lucha nos ha venido desde Panamá, y a los sectores hondureños nos despertó de un tajo a las luchas compartidas y a las solidaridades que rompen el silencio de los pueblos y arrasan de un porrazo con las fronteras políticas. Y así como las luchas de resistencia hondureña fueron aplaudidas por las voces de todos los continentes, hoy ese aplauso lo compartimos con las luchas panameñas.
Las últimas jornadas panameñas comenzaron con las movilizaciones del sindicado de la bananera, en contra de una ley que atentaba contra los derechos laborales. Pasaron los días, y de pronto se sumaron las luchas de los pueblos Indígenas en defensa de los Recursos Naturales, y le siguieron los estudiantes de las universidades, hasta desembocar en una huelga general.
El gobierno panameño de Martinelli ha sido incapaz de buscar una salida negociada al conflicto, y ha respondido con lo único que saben responder los gobiernos incapaces: gases, balas, toletes, dejando al menos dos manifestantes muertos y centenares de heridos. Es curioso: este gobierno es el mismo que lanzó su voz de respaldo al régimen hondureño cuando en lo más duro del golpe arremetía con una violencia desproporcionada a las movilizaciones pacíficas de la resistencia hondureña.
Los sucesos en Panamá dejan bien claro que el asunto de la inestabilidad no es cosa hondureña. Es una Centroamérica y un continente que emergen en demanda de Dignidad y en Defensa de la Soberanía, los Recursos Naturales y los Derechos Humanos de la ciudadanía, especialmente de los pueblos marginalizados como las juventudes, las mujeres y los pueblos originarios.
Las jornadas de lucha de los sectores populares panameños nos dejan una formidable tarea: así como los grandes capitales y las elites pudientes de Centroamérica se unen para defender sus mezquinos intereses, las luchas de los pueblos deben articularse, para hacer sentir que la resistencia es mucho más que en Honduras, que somos más que dos, que somos los pueblos más dignos del continente que defendemos nuestra dignidad y apostamos por la vida.

Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso, 15 de julio de 2010
Fuente: Radio Progreso


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