Honduras continúa siendo la voz desafinada en el coro del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), pues no logra regresar con todas las de ley en la organización regional a pesar de las maniobras para allanarle el camino por parte de Estados Unidos y la mayoría de los socios centroamericanos.
Aunque se ha querido dar la impresión de un retorno “de hecho” de Honduras al SICA, hasta el punto de que el canciller y vicepresidente Juan Carlos Varela, de Panamá, afirma que “técnicamente” la reincorporación está consumada, lo cierto es que nuestro país sigue a la espera, quizá por algún tiempo más.
“No estoy satisfecho con la sola presencia ‘de facto’ del presidente Lobo en estos foros –ha dicho el presidente Funes, de El Salvador—porque ustedes ven al presidente Lobo, pero no está el presidente Ortega por alguna razón”. Sucede, como lo hemos estado indicando, que en el SICA las resoluciones son por consenso, según corresponde a esta clase de relaciones multilaterales.
En la XXXV Cumbre Ordinaria del SICA, en la ciudad de Panamá, el tema de la reincorporación quedó al margen, sin ninguna alusión directa en la Declaración Conjunta, puesto que el cónclave se ocupó de la agenda para la que fue convocada, cuyo fondo es la gestión integral del riesgo de desastres, la revisión del proceso de la integración centroamericana y la seguridad democrática, que incluye el combate al narcotráfico.
Es obvio que la ausencia del presidente Ortega, de Nicaragua, en esta Cumbre Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA es el impedimento básico a la revocatoria de la exclusión de Honduras. Sin embargo, alrededor de esto también es perceptible un doble discurso a nivel centroamericano, debido a la amenaza latente del golpismo a nivel regional, que reinició su escalada al poder con el golpe de Estado del 28 de junio/09.
En lo que se refiere a la primera parte de la reunión del SICA en Panamá, o sea la III Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA-Corea del Sur, sobre cuestiones de cooperación económica, si bien sirven para realzar la imagen de la organización regional, no se traducen en resultados concretos. Son foros de bellas palabras, como generalmente los llaman.
En síntesis, la presencia del presidente Lobo Sosa en la jornada del SICA en Panamá ha sido exitosa en el sentido de que con ello cultiva su relación con los demás mandatarios del Istmo, a la vez que da prueba de realismo al interpretar y juzgar los acontecimientos y resultados de la diplomacia regional.
Esto contrasta con la actitud exhibicionista, de propaganda, del canciller Canahuati, quien prefiere las versiones acomodaticias de las actuaciones y los eventos diplomáticos, hasta el extremo de contradecir al Presidente de la República o de expresar puntos de vista diferentes, más allá de lo planteado por el Ejecutivo, lo cual es imperdonable en un secretario de Estado.
Aparte de esto, queda en perspectiva la reunión del SICA en El Salvador, por efectuarse en este mes de julio.
Fuente: tiempo.hn
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